Si yo fuera atleta...

PD 1. El otro día un amigo jubilado como yo me dijo: «Javier, hoy a las 12.30 en el bar 66 estábamos 27 personas. Todos jubilados». «No me sorprende. ¿Tú sabes la vida que damos con los viajes del Imserso? En todos los destinos me lo dicen. Gracias a vosotros tenemos trabajo. Gracias a vosotros, mi autobús no está parado. Y gracias a vosotros, los bares de alrededor sobrevivimos. Pues eso, sin apenas tiempo para quitarme la arena de las zapatillas de Gandía, «volando, volando...» a Mallorca fui. Y «cantando, cantando» feliz volví.

PD 2. Y ojo, que no tengo mano con los viajes. Siempre he ido de rebote. Esta vez me tocó ir con el grupo de los alaveses. Me llamaron Maite y Marijo, mis ángeles de Charlie de los viajes. «Javier, ocho días en un Meliá de cuatro estrellas en Magaluf saliendo desde Foronda». ¡Cómo vas a rechazar eso! El hotel, Sol Guadalupe, es un monstruo. 493 habitaciones. Estaba a tope, y a la hora de desayunar, comer y cenar había que tener paciencia, tranquilidad, que es lo que nos sobra. El hotel muy bien. Hombre, a los parrilleros les traería este fin de semana a Tolosa para que aprendieran a asar la carne en la fiesta de Haragi.

PD 3. «Ya está este contando milongas, haciendo la pelota al Imserso». Esta vez tengo testigos porque hemos sido muchos los tolosarras que hemos coincidido y todos han vuelto felices. La primera semana estaban mi hermano, Conchi, mi primo Iñaki, Maite, Encarni y Cándido, Inma y Joserra, y de LegorretaMª José y Agustín. Pero, es que conmigo vinieron Mila y Castor, Marisol y Joxe Manuel, Merche y Vicente, que se quedaron una semana más, y de VillabonaMª Ángeles y Patxi. Frente al hotel había un pub magnífico Clems Windsor. Fue nuestra segunda casa. Ya sabes cómo somos; si en un bar te tratan con cariño y bien ya se han ganado unos clientes. «Sois buena gente los vascos. Jamás habíamos visto aquí clientes que no fueran ingleses, es la primera vez que el hotel trabaja con el Imserso, y no entiendo algunas quejas que he oído», me dijeron. «A los ingleses lo que habéis pagado vosotros les cuesta 1.200 euros. Con ese dinero he estado yo una semana en el Caribe. Ellos no van, prefieren venir aquí, se sienten a gusto».

Zurutada. La semana pasada se fue Esteban. Fue el portero de fútbol que siempre quise batir en el inolvidable campeonato de la plaza de Ibarra. Se presentó en el juvenil del Tolosa, pero como entonces solo había un equipo no entró y el Zazpiak Bat lo acogió con los brazos abiertos. Tuvo dos nietos muy buenos porteros, pero seguro que con la persona que más habló de fútbol fue Lurdes, su nuera, capitana de mi equipo de fútbol femenino. Un recuerdo para una buena gente.