1 Un periódico en papel es un objeto que juega a poner orden en la descripción de una realidad que tiende al caos. Si usted ... está leyendo este texto en un periódico de papel, no le será difícil comprobar que hay conjuntos de páginas que conforman diferentes secciones cada una de ellas con sus fronteras perfectamente delimitadas. Por ejemplo, la sección de Esquelas acostumbra a estar en este periódico entre la de Opinión y la de Política nacional, de manera que tras ver la viñeta de Sansón o leer las cartas al director, usted, al pasar la página va a llegar al país de las caritas de quienes murieron ayer, ahí, todas juntitas, como si el periódico deseara que entablaran amistad durante su último viaje. Y tras ver las caritas, usted, al pasar la página, va a encontrarse con las carotas de Koldo, Ábalos o Isabel Díaz Ayuso porque ha llegado a la sección de Política nacional. En la sección de Esquelas ocurre a veces que los muertos son tantos que no caben y al periódico se le desparrama alguna esquela a otra sección, y entonces todos tenemos la triste impresión de que ese muerto es un muerto desubicadito, alguien que no ha acabado de encontrar su lugar en el mundo ni tan siquiera más allá de su último suspiro.
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2 Fíjense ahora en esa foto de la reciente reunión que Zelenski mantuvo con unos amigos suyos en la Casa Blanca y comprueben cómo esa imagen está también dividida en secciones perfectamente delimitadas en donde cada cosa tiene su lugar. Y también, como en el caso del periódico, ese orden milimétrico no expresa sino que el mundo está roto. En el centro la gran mesa, brillante, con sus flores y los vasos. Sentados a ella las hienas. Donald Trump que parece estar pensando en si se va a comer a Zelenski al chilindrón o en pepitoria. Mark Rutte, detrás de Zelenski, valorando en qué lado del cuello va a clavarle los caninos. Meloni y Merz firmando el acta de defunción. Starmer, Macron y Stubb en su papel de obedientes testigos de los detalles del óbito. A Ursula von der Leyen la acaban de sacar del frigorífico y la han puesto en la silla sin descongelar. Al fondo, los subalternos, ubicados a modo de pelotón de ejecución, serán quienes se encarguen de hacer el trabajo sucio para que los jefes no se manchen las manos. A la derecha, arriba, las banderas con las que todos se van a limpiar las babas tras el banquete. Y Zelenski que mira a la cámara sabedor de que está perdido.
3 Ya ven, todo es pulcritud y orden en esa fotografía y, sin embargo, el mensaje que nos lanza es que el mundo que representa no es sino un trágico desorden. Este verano nos ha dado también otras imágenes que, como esta, poseen la capacidad de describir el presente y desvelar las incógnitas del futuro. Entre ellas, la imagen terrible realizada por Haitham Imad de una madre gazatí con su niño famélico en brazos, una auténtica 'Piedad' contemporánea. O las imágenes y los sonidos de 'Sirat', la película de Oliver Laxe que se proyectará mañana jueves en el cine de mi pueblo y que es cine intenso, doloroso, una obra de arte que logra milagrosamente acertar con el tono de la respiración de nuestro mundo.
4 Por si algún lector cree que este texto desentona en la sección del periódico dedicada a Tolosa y que no contribuye al orden que el periódico mantiene para describir el desorden, quizás deba decir alguna cosa importante relacionada con Tolosa. No sé, por ejemplo..., que los montes de Tolosa continúan todavía más o menos verdes.
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