Tolosa

La futura Kultur Etxea tendrá que esperar

En realidad, la casa de cultura ya cuenta con un proyecto ambicioso de transformación, pero su elevado coste y el hecho de que implique a otras infraestructuras, obliga de momento a aplazarlo, en función de otras prioridades.

Hace unos años, la empresa Hiritik at llevó a cabo un estudio sobre el futuro de los edificios socioculturales de Tolosa. Una de sus propuestas más renovadas y ambiciosas afectaba a la casa de cultura y al edificio Gorosabel. Así, la biblioteca municipal, que actualmente se ubica en Aranburu, pasaría a la casa de cultura, que se llamaría 'Hitzaren Etxea-La Casa de la Palabra', con un planteamiento mucho más abierto y novedoso, trascendiendo del modelo tradicional de biblioteca. Será una obra muy importante, que cuenta ya con un diseño estructural, que implicará la transformación integral del edificio.

En cuanto a Gorosabel, la idea es que siga albergando la Musika Eskola, pero se trasladarían a este edificio los talleres culturales que actualmente se emplazan en kultur etxea. El euskaltegi, por su parte, pasaría a ocupar el palacio de Iturriza.

Desde el gobierno municipal desvelan que el proyecto, de momento, no se ejecutará. «Existe, sí, un importante proyecto de reestructuración para albergar la biblioteca municipal. Es un objetivo más a largo plazo, y que precisa de obras previas en otros edificios, como Iturriza Jauregia, para recolocar diversos servicios que permitan vaciar en última instancia la casa de cultura, y se puedan así acometer las obras necesarias para su adecuación, por lo que no se espera que éstas se puedan llevar a cabo los próximos años», aseguran fuentes municipales.

La empresa Beldarrain SLP es la que ha elaborado el proyecto de rehabilitación de kultur etxea. Ha planteado un esquema de planta abierta para extremar la versatilidad y la flexibilidad, con una cuidada organización de los núcleos de comunicación verticales que optimizan la organización y el uso eficaz del edificio.

En la planta baja, propone respetar los dos pasos públicos que atraviesan el edificio, al entender que «favorece la actual permeabilidad urbana entre la plaza y el casco antiguo de Tolosa y con los ciudadanos», al estar el edificio dentro del itinerario público de la villa. La propuesta de Beldarrain demuestra que se puede organizar la planta baja de forma eficaz y atractiva sin renunciar a estos pasos públicos ya arraigados.

Uno de los pilares del planteamiento consiste en ubicar la gran sala de la biblioteca en la planta bajo cubierta, con el fin de «que disfrute de un amplio lucero que la bañe de luz natural y al resto de las plantas a través de los vacíos próximos a la escalera», según se lee en la memoria.

Los autores del proyecto entienden que no hay mejor forma de dar uso intenso a un edificio que se desarrolla en cuatro plantas, «que llevar la zona más atractiva a la planta superior incitando a subir hasta arriba y recorrer de forma natural toda la biblioteca».