Tolosa
El derribo y sustitución del puente Nuevo estará ligado a la reforma peatonal de Zumardi TxikiSerá una obra complicada y laboriosa, necesaria según los expertos para evitar el peligro de inundabilidad en época de fuertes lluvias
Tolosa
Viernes, 6 de septiembre 2024, 20:46
La legislatura municipal que acaba de superar su primer aniversario tendrá en el derribo y posterior sustitución del puente Nuevo uno de sus momentos ... más importantes y complicados. A día de hoy, se desconoce cuándo puede empezar la obra, pero sí se manejan algunas certidumbres. La primera, que se tratará de una intervención compleja, que puede durar unos ocho meses o incluso más tiempo, y que durante su ejecución alterará sobremanera el tránsito rodado, al eliminar un punto importante de circulación de vehículos.
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La segunda realidad es que el puente sustitutivo deberá conservar buena parte de la esencia del que se va a derribar. El objetivo es alterar lo menos posible una imagen icónica de la villa. Esta es una condición que quedó claro en la anterior legislatura y que también se mantendrá en ésta.
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5,5 El coste aproximado en millones de la obra de derribo y sustitución del puente.
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Plazos Se calcula que la obra durará entre ocho meses y un año, lo que alterará el tránsito de vehículos por una zona clave de paso.
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Cuándo empezará Se desconoce y nunca antes de la reforma de Zumardi Txiki. Habrá procesos participativos y reuniones informativas.
La tercera cuestión relativa al tema, y quizás la más novedosa, es que el Ayuntamiento quiere ligar el derribo y reemplazo del puente Nuevo a la rehabilitación y posterior peatonalización de Zumardi Txiki. Se podrían incluso simultanear ambas obras, que el consistorio considera que, de alguna u otra manera, están relacionadas, una estrategia que persigue también no duplicar dos intervenciones que, ya de por sí, serán prolijas e incómodas.
Se mantendrá al máximo la similitud con el actual puente, aumentando la capacidad hidráulica ante el riesgo de inundabilidad Según los expertos, el dragado es factible pero no alternativa al derribo ante inundaciones, y no supondría una solución
El actual gobierno municipal quería evitar la demolición y ha estudiado fórmulas alternativas al riesgo de inundaciones en Tolosa, pero todos los expertos le ha aconsejado afrontar el derribo como una intervención de necesario bien mayor, de cara a eliminar definitivamente un peligro reiterado en época de fuertes lluvias.
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Más de cinco millones
La agencia vasca del agua URA presentó un primer proyecto del nuevo puente, que contaba con un presupuesto de 5,5 millones de euros y un plazo de ejecución de las obras de ocho meses. El nuevo que finalmente se construya no diferirá mucho de ese precio. Primero se desmontará y retirará completamente el tablero superior y después, se demolerán los pilares actuales hasta su base, que se aprovecharán para apoyar las estructuras provisionales necesarias para la construcción del nuevo puente. A continuación, se construirá el nuevo puente ya proyectado. Éste será, más o menos, el calendario de ejecución de la obra.
Asimismo, se prevé la instalación de muros móviles anti-inundaciones tanto en el inicio de la pasarela del Tinglado como en la puerta de acceso al río Oria en la margen izquierda, aguas debajo del puente de Arramele, que se almacenarán en el Parque de Bomberos de Tolosa, quien se encargará de su instalación en caso de aviso de emergencia por crecidas.
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Una vez acometidas las obras, será necesario proceder a la plantación de arbolado urbano en las zonas afectadas por las obras, tanto en la margen izquierda del río aguas arriba del puente Nuevo, y en el entorno de la rotonda de la carretera.
El motivo del derribo
Según URA, Tolosa es una de las zonas con más riesgo de inundabilidad de la Comunidad Autónoma Vasca. La Parte Vieja y parte del ensanche -Zumalakarregi, plaza del Triángulo, paseo San Francisco, Nafarroa Etorbidea- serían las áreas más susceptibles en caso de producirse una riada. «Se trata de una zona de gran actividad económica la que podría verse afectada», aseguran los expertos.
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En Tolosa, son dos los puentes que, por sus características, pueden causar más problemas de cara al riesgo de inundación: el puente de Navarra y el puente Nuevo. Desde el punto de vista patrimonial, el primero tiene un alto grado de protección, por lo que en caso de sustituir a uno de los dos, se ha priorizado el segundo.
Los vanos y la baja altura del puente Nuevo disminuyen la capacidad hidráulica, es decir, impiden el paso de más agua. Por otro lado, antes y después del puente Nuevo, se acumulan muchos sedimentos en el lado del paseo de Zumalakarregi. Con la sustitución del puente, el agua tendría mayor capacidad para arrastrar los sedimentos aguas abajo. Se acumularían menos sedimentos y el lecho fluvial descendería según han indicado los expertos de la agencia.
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El Ayuntamiento ha entendido que, ante todos los informes recibidos, no podía ocultar la realidad y ha acabado por asumir que es necesario priorizar la seguridad y optar por un puente Nuevo más liviano. «Ojalá no hubiéramos tenido que llegar a tener que optar por sustituir el puente, pero la respuesta que hemos recibido en todas las consultas realizadas es contundente», aseguró el alcalde cuando comunicó oficialmente a la ciudadanía la decisión de apostar por la sustitución.
Una de las opciones que se estudiaron como alternativa al derribo consistió en el dragado del río. Según el Ayuntamiento, si bien es técnicamente factible, no resultaría eficaz para reducir el impacto de las inundaciones, y no supondría una solución ante el problema. Además, podría provocar el aumento de la inestabilidad del cauce.
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Un puente con historia
El Puente Nuevo se inauguró con solemnidad el 12 de febrero de 1926. En el año 1933, el arquitecto municipal Adrián de Lasquíbar diseñó una barandilla de hormigón armado, para que fuese acorde con la ya diseñada del Puente Nuevo, pero más moderna. En 1954 se hizo una restauración de las forjas del puente, ya que se encontraban corroídas. Oficialmente se le impuso el nombre de Puente de los Fueros, como reflejo de la ambición de Tolosa por reivindicar su antigua condición de capital foral de Guipúzcoa.
Según escribió el arquitecto Ernesto Limousin, «hoy en día el puente ha llegado a nuestras manos con muy pocos cambios a la arquitectura que proyectó Guillermo Eizaguirre. Un puente que forma un bello conjunto con las edificaciones de la calle Santa Clara. Sin duda alguna, se trata de un elemento del patrimonio tolosarra que debería estar protegido en el catálogo municipal de patrimonio y ser restaurado», concluye.
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