Tolosa

30 años del 'Castillo' de Ricardo Ugarte

Cuando conoció el proyecto del CIT de crear en Tolosa un proyecto de esculturas al aire libre, Ricardo Ugarte (1942) se sumó entusiasta a la idea, ofreció toda su colaboración y, además, ejerció de indispensable intermediario para convencer a Jorge Oteiza para participar. Su obra, emplazada junto al Archivo Provincial, forma parte del circuito. Fue la segunda pieza en colocarse, y se instaló hace ahora treinta años, en abril de 1994. Le dedicamos este quinto reportaje, dentro de la serie centrada en esta colección, que hemos planteado en homenaje a Antxon Elosegui y Koldobika Jauregi.

'Oroimenaren Gaztelua', nombre de la pieza, hace referencia a la memoria colectiva, al pasado histórico de Tolosa. Es una obra de acero de tres metros de altura, perteneciente a la serie 'Castillos'. En este caso, el artista vio clara la necesidad de que la pieza no tuviese excesivo volumen. «Que no entrase en contraposición con el edificio del Archivo Provincial, sino que fuese cercano a él, algo íntimo».

Según comentó entonces el escultor, y que recoge Mikel G.Gurpegui en su libro 'Esculturas para el pueblo', la obra está elegida para emplazarse justo en esa ubicación. «Junto al Archivo Provincial de Gipuzkoa, que guarda la memoria de un pueblo. En el escudo de Tolosa aparece un castillo y los 'gaztelus' son recurrentes en mi obra. Así que he llegado a este castillo que, de alguna forma, está recogiendo la historia de un pueblo».

Para Ugarte, los espacios naturales son el ámbito natural de la escultura. «Siempre he defendido la importancia de la escultura pública como pedagogía. La gente va visualizando otras formas, acostumbrándose a la formas contemporáneas».

Ugarte siempre ha valorado el proyecto del CIT, uno de cuyos máximos impulsores, Antxon Elosegui, era gran amigo suyo. «Es un ejemplo de cómo un grupo de ciudadanos hace País y lucha para sacar adelante un proyecto cultura, con independencia de las actuaciones oficiales». Oteiza exigió que estuviese la obra de Ugarte para involucrarse en el proyecto. «Trabajé a toda velocidad y me quedé a gusto con el resultado. En un mes le pude llamar a Oteiza y decirle que ya estaba lista mi pieza y que, en cuanto quisiera, instalábamos las dos».

En 2001, el pueblo de Tolosa le dedicó un homenaje, por medio de una exposición antológica que se montó en el palacio Aranburu. «Este pueblo es único en Gipuzkoa; su empuje cultural y el dinamismo de sus habitantes es un ejemplo para todos», nos confesaba entonces.

Ugarte aprovechó, en aquella celebrada muestra, de forma precisa, los diferentes huecos que le brindaba el recinto expositivo del palacio de Aramburu. Cada uno de ellos acogió un resumen de la evolución experimentada por el escultor desde sus inicios. La muestra se configuraba así, para el espectador, como un recorrido cronológico, un itinerario que se iniciaba en la sala de los 'huecos habitables', primeros trabajos reconocidos del escultor, y seguía por los'aleteos', los'gaztelus', el'universo del mar'... para llegar así a la gran sala final, donde el artista colocó una instalación que simbolizaba la importante presencia de las fábricas de papel en Tolosa. 'De hierro al papel, título de la exposición', cobraba así su más puro simbolismo.