Abril, el mes de la lluvia y las tormentas

Cuando todos manteníamos la esperanza de poder disfrutar de un sábado libre de lluvias, en el que poder recorrer las calles de Tolosa sin paraguas, y en un cómodo estado de primavera avanzada, nos tocó toparnos con la realidad tolosarra. Un intenso sirimiri marcó el ritmo de la mañana, y provocó en compradores y sobre todo en cultivadores, un hastío que seguro desaparecerá como la humedad, con los primeros rayos de sol.

La elevada humedad, y sobre todo las bajas temperaturas tienen su efecto en los cultivos y cosechas. Nos comentaban en la mesa de Zugasti de la dificultad Este año en el cultivo de guisantes, verdaderos protagonistas de estos meses. Decían que los cultivos tempranos de campo libre se han visto muy afectados por lo bajo del mercurio, y que ya no se espera recuperen el ritmo. Enfocan sus esperanzas a la segunda tanda, a las plantas que se introdujeron en la huerta algo más tardías, ya que son ellas las que pueden alcanzar momentos más templados que están por venir en estadios de crecimiento clave, como son la floración o el cuajado. En fin, veremos.

Ayer hubo guisante de mucha calidad a precios que rondaban los 16 euros, y una buena muestra de habas del país que hicieron las delicias de muchos. La propuesta de Kaxi Izagirre sin ir más lejos, la adquirió el maestro Belaunzaran del restaurante Iriarte de Berrobi.

La parte positiva de las temperaturas y de la disponibilidad hídrica se veía ayer en las mesas que ofrecen setas y hongos. Vimos exquisitas zizas de primavera, de origen cercano, y que se vendieron a ritmo continúo. Todos tenemos amigos, amantes del mundo micológico, y verdaderos expertos en algunos casos, que están disfrutando estos días y que muestran sin rubor el resultado de su búsqueda.

Junto a ellas se vio buen hongo, de gran calidad y vendido también a buen ritmo, además de zizahoris, que alegraron los rostros de los clientes fijos. Los precios van poco a poco conteniéndose, y se adaptan a las calidades del producto. Ya no hay motivo para renunciar a ellas.

Otros productos que acaparan miradas estos días de primavera temprana son los espárragos frescos que vende Kaxi Izagirre, y los tirabeques que Zuhaitz ya ha comenzado a ofrecer. Tanto unos como otros son un fijo en sus puestos, y a fuerza de repetir año tras año, se están convirtiendo en un clásico de la Azoka y de sus mesas.