Repesca de un homenaje aplazado
El Artzain Eguna retoma el sencillo homenaje al sacerdote Luis de Lezama que la pandemia impidió en 2020 y en 2021
La pandemia provocada por la Covid-19 conllevó, de inicio en el año 2020, la suspensión de la primera feria extraordinaria de calendario; el Artzain Eguna, asociada al miércoles de la semana de Pascua, y a partir de ahí a todas las demás de ese ejercicio y a las de año pasado.
En cualquier caso, en el curso 2020, evitando cualquier tipo de aglomeración, el Ayuntamiento trasladó al mes de mayo, concretamente al día 27, en el parque de Oiangu, el acto de bienvenida a la nueva campaña del queso Idiazabal. Y de la misma manera y lugar, lo hizo el año pasado, eso sí recuperando en esa ocasión la fecha de miércoles de Pascua. Feria que esta vez vuelve a la normalidad y tendrá lugar, en su formato habitual, el próximo miércoles.
Desde aquella primera edición del Artzain Eguna de 1995, año tras año los promotores de esta pedagógica iniciativa –el Ayuntamiento, la Cofradía del Queso y la Denominación de Origen Idiazabal– han llevado a cabo dos actos de referencia. Por un lado, el corte de un queso nuevo, bienvenida oficial y expresa de la campaña, sin duda el que acapara el mayor interés, sobre todo por parte de los medios de comunicación, así como un sencillo homenaje a esas personas o entidades que, sin ser en su gran mayoría, parte intrínseca del sector, le han echado un decidido capote, en especial al Idiazabal. Concurre a su vez a la hora de la designación, al igual que sucede en el nombra miento de cofrade de honor, su aportación en pro de la localidad.
En este segundo caso, valga insistir que no se trata de la persona o personas designadas para llevar a cabo el corte de queso, sino de las que reciben ese sencillo homenaje.
Para la edición del 2020 la persona propuesta para recoger ese reconocimiento fue Luis de Lezama, polifacético sacerdote alavés de cuna (Amurrio, 1936), bilbaíno de adopción, y madrileño de acogida, que reúne no solo los dos requisitos establecidos ya que ejerce de paladín del Idiazabal, y es amigo de Ordizia sino que a su vez cuida a la Cofradía del Queso con primor y trato esmerado en cuantas actividades de promoción y divulgación lleva a cabo, la entidad ordiziarra, en alguna de las instalaciones del Grupo Lezama, hasta ahora, de manera especial, en la Escuela de Hostelería de Sevilla.
Pues bien la pandemia dejó en el tintero la propuesta del 2020, y desaconsejó el aplazamiento del 2021, y ahora, a la tercera, parece que el agasajo puede llegar a buen puerto.
El currículum del páter no solo resulta inagotable sino que se diría corresponde al de una persona con un punto de hiperactividad. A modo de retazo valga reseñar que llegado el momento de hacerse sacerdote su decisión no fue otra que llevar a la práctica la máxima 'no dar peces sino enseñar a pescar', empeño que desde un planteamiento, siempre de iniciativa social, dando una oportunidad a quienes más difícil lo han tenido, llevaba a abrir en su Madrid de llegada un bar 'La Taberna del Alabardero' al que luego le ha seguido, sin perder ese norte, un gran empeño hostelero que ha cuajado en el Grupo Lezama.
Sirva como apunte previo que desde su ordenación (1962) Luis de Lezama mostró, en aquellos primeros días del desarrollismo, una especial inclinación a favor de la juventud marginada, siendo conocido popularmente como el 'cura de los maletillas' por su protección a los jóvenes aspirantes a toreros, allí en su primera parroquia de Chinchón.
Un empeño que se diría no tuvo premio a la vista de la jerarquía, ya que de Chinchón fue trasladado al marginal barrio de Entrevías, donde lo primero que hizo fue abrir un albergue, para su gente, en Vallecas. En cualquier caso, el páter tenía claro que la clave para aquella juventud más desfavorecida era la formación como medio para poder desempeñar un trabajo. Y por fin, en ese 1974, abría en la capital castellana 'La Taberna del Alabardero' a la que sigue un amplísimo desarrollo en el ámbito hostelero que incluye la puesta en marcha de la Escuela de Hostelería de Sevilla, y un no menos extenso etcétera.
Primera visita en 1996
Periodista, escritor, educador, y siempre sacerdote, a Ordizia llegaba por primera vez invitado a formar parte del jurado del concurso de queso, en Fiestas Vascas de 1996, llegada que la sociedad Larrun Arri quiso aprovechar para que concurriera, la víspera del miércoles ferial, en el entonces concurso gastronómico intersociedades. Las comunicaciones de aquellos días quisieron que 'El cura', para los amigos, no llegara a tiempo. Al año siguiente volvió y presidió la mesa. Larrun Arri le entregó una placa de agradecimiento que ocupa un lugar preferente en 'La Taberna del Alabardero'.
La última vez que el páter estuvo en Ordizia fue en las Fiestas Vascas de 2017. Ni qué decir que en el Grupo Lezama, el queso Idiazabal es un producto que se puede adquirir, derivado lácteo que nunca falta en la carta de su taberna original.