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El primer equipo de basket se queda sin premio ante el mayor oficio del Santurtzi

Martes, 21 de noviembre 2017, 00:40

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El primer equipo, el Ordizia Basoa Banaketak disputó su noveno encuentro del campeonato de liga ante el Santurtzi, escuadra que acredita la segunda mejor defensa del curso deportivo, competidora nata, tarjeta de presentación que le sirve para ocupar, al día de la fecha, la cuarta plaza con dos únicas derrotas, y dos victorias de postín ante rivales como el Easo, Ardoi o Grupo Santiago, habiendo perdido hasta ahora, sólo ante el Zornotza, fuera de casa, y frente al Estela como locales.

Los ordiziarras por su parte están haciendo un baloncesto atractivo, que engancha, y que está teniendo un punto de precipitación en los últimos momentos de los encuentros, lo que acarrea un balance negativo en cuanto a resultados, todo ello sin perder de vista que los de Mendiluze y Sarasola se han codeado con algunos de los mejores equipos de la liga, perdiendo hasta en cuatro ocasiones por diferencias de entre 2 y 4 puntos y nunca por más de 9, lo que da muchísimo más valor a sus actuaciones y muestra la competitividad de la que hacen gala nuestros chicos cada vez que salen a la cancha.

El encuentro ante el Santurtzi había despertado interés entre los aficionados, como se vio a lo largo del partido por el llenazo de la cancha, que el club y los jugadores agradecen sobremanera.

El primer cuarto comenzó con una toma de contacto de los contendientes, los ordiziarras anotaron la primera canasta y continuaron con una defensa, marca de la casa, para adelantarse a continuación, de seis puntos. Los visitantes, poderosos bajo los aros, con jugadores de gran envergadura y con buenos y ágiles movimientos, se encargaban de sujetar a nuestros hombres altos, que no se amedrentaban, aunque tuvieron que fajarse durante toda la tarde. Los urdiñas fueron capaces de mantenerse por delante en el marcador a lo largo de todo el primer cuarto, terminando el mismo con un parcial de 20-17.

En el segundo, los vizcaínos igualaban de entrada el marcador gracias a un triple. El juego local obligaba a los visitantes a emplearse a fondo en defensa, lo que se tradujo en entrada en bonus para los foráneos en el minuto dos y medio de juego y una ventaja de seis puntos para los locales; 26-20. La defensa ordiziarra estaba funcionando también a plena potencia, por dos ocasiones consecutivas, agotaron el tiempo de ataque visitante, mostrando éstos cierto nerviosismo desde el banquillo. A 5:20 para el descanso los urdiñas vencían 30-22. Los visitantes reaccionaron y encestaron por dos veces, poniéndose a 4 puntos, momento en el que Mendiluze pidió tiempo para corregir algunos desajustes.

Los del txoko lograron ponerse a 7 puntos, la ventaja máxima en lo que restaba de cuarto. Pero el Santurtzi volvió a dejar claro que tiene un conjunto muy completo y equilibrado, con jugadores de gran talento y con un base que controla bien el tiempo del juego. Al descanso, empate a 33.

La reanudación fue también de color local, hasta conseguir la máxima diferencia que el marcador indicó en todo el encuentro, 42 a 33.

Los urdiñas habían conseguido que los vizcainos no encestasen en los primeros cuatro minutos del tercer cuarto, merced a una excelente defensa, basada en continuas ayudas y en dominar la pintura para hacerse con los rebotes. En este momento el entrenador del Santurtzi solicitó tiempo muerto. El remedio cobró sentido, por lo que se vio momentos después, puesto que los visitantes fueron recortando la distancia, hasta incluso superarla, además de que los urdiñas se mostraron algo más fallones de lo normal, errando hasta en seis ocasiones sus lanzamientos de tiros libres. Final del tercer cuarto, Ordizia 51-Santurtzi 55. Esta era la primera vez que los visitantes tomaban la delantera en el encuentro, que para los ordiziarras supuso un jarro de agua fría.

Había que solventar la situación, y en el arranque de la última tanda de diez minutos, los locales volvieron a tomar la batuta del envite. Antes de dos minutos dominaban por 58 a 55, pero los vizcainos, más acostumbrados quizás, a este tipo de finales no estaban dispuestos a dejar escapar la ocasión, tomaron las riendas del encuentro, y bien dirigidos por su base, se fueron hasta el 73-81 final, que dejaba en la grada un sabor agridulce.

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