Ordizia

«Me gusta transmitir las texturas y los colores con la acuarela»

Elisabet Mendia ha estado relacionada con la pintura desde que era pequeña. En su casa eran habituales las manualidades, a través de «la familia de mi madre, es de hacer manualidades y mi madre ha solido hacer hasta esmaltes. En casa siempre le he visto cosiendo, bordando», comenta. Mendia comenzó a aprender a pintar con el pintor Félix Vaquerizo con doce años, profesor de muchos otros pintores de la comarca que daba clases en su casa, con el que estuvo siete años. «Sobre todo desarrollabas paciencia, porque tenías que dibujar muy lento», recuerda.

Cuando llegó la hora de decidirse por los estudios, «con muchas dudas» dejó de lado Bellas Artes, pero nunca ha abandonado los lápices y los pinceles, aunque ha sido maestra de la ikastola en Arrasate y en Eskoriatza. «Siempre he ido a aprender con otros pintores: estuve en Donostia, en la Asociación Artística de Gipuzkoa con Jesús Gallego...», explica.

Durante todos estos años trabajó principalmente con óleo, pero siempre tenía la intención de aprender acuarela. «Hay muy pocos profesores, porque es la más técnica», añade.

En 2016 logró entrar en la clase de Ricardo Azkargorta y desde entonces ha sido casi su prioridad mejorar en la técnica. «En acuarela necesitas formación, porque llegas un poco contaminado del óleo», explica. A eso se le suma su pasión por pintar al aire libre. «En directo hay que pintar muy rápido y la acuarela es muy rápida, pero tienes que aguantar. Antes de poner la pincelada tienes que pensar '¿a dónde voy?'».

En los últimos años no ha parado de formarse, realizando cursos sueltos siempre que las circunstancias lo permiten. «Me ha costado, sobre todo porque estás en automático y en este sentido, la acuarela es difícil. La mayoría de las personas lo dejan porque se desesperan», subraya.

En Barrena presenta cuadros realizados únicamente con esta técnica, principalmente paisajes. A Elisabet Mendia le gusta pintar al aire libre para captar mejor los colores, texturas y sensaciones que le transmite el momento. «Las fotografías tienen los colores contaminados y en los móviles de hoy en día, ni te cuento. La deformación de los colores es tremenda. Siempre son azules o grises bonitos, pero la realidad es otra. En eso, pintar al aire libre ayuda mucho», explica.

En el salón de exposiciones se pueden ver paisajes, tanto marinos como de montaña, en los que busca captar el juego de la luz a través de los árboles o en los pozos de la playa. «Yo me lo paso bomba», con los colores, las texturas... La mayoría están pintados en verano y, en muchos casos, los ha rehecho de nuevo en casa», señala. Dice que «muchas veces los hago en directo y en casa hago otro», ya que son lugares en los que ha estado mucho, como la zona de la ermita de la Antigua de Zumarraga, las playas de Itzurun o Sokoa, o los bosques de Etxalar. Solamente hay dos hechos de fotografía, el resto son de sus estancias en diferentes lugares.