Beasain
Tres décadas de transformación 'desde el aire'El paisaje urbano de Beasain ha cambiado entre 1991 y 2024, con la llegada de nuevas infraestructuras que apuestan por el progreso y la calidad de vida
Las imágenes aéreas de 1991 y 2024 revelan la magnitud de un proceso de transformación que ha cambiado profundamente el paisaje urbano y social de Beasain. En poco más de treinta años, el municipio ha pasado de ser un núcleo eminentemente industrial y compacto a convertirse en una localidad moderna, expandida, conectada y con una clara apuesta por la sostenibilidad y la calidad de vida local.
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1991: un núcleo compacto
En 1991, la imagen aérea de Beasain mostraba una localidad que giraba en torno al eje del río Oria y a la actividad industrial de CAF, cuya factoría marcaba el pulso económico y urbano del municipio. El casco histórico, articulado prácticamente entre la plaza del Ayuntamiento y el entorno de las calles Fueros y Ezkiaga (cada barrio por un lado de la villa), mantenía una estructura mucho menos densa en lo que a construcciones se refiere. Otro de los puntos destacados es la nueva localización de la empresa Indar, que previamente se encontraba en el entorno de Igartza.
También se puede apreciar que la plaza Urbialde y sus viviendas, cuya urbanización comenzó en los años 90 sobre la antigua campa de Olano (apellido de la familia propietaria), todavía no estaban construidas. En el centro se distingue el antiguo centro de salud, inaugurado en noviembre de 1986 con un coste de 150 millones de pesetas y en pie hasta 2007, mientras que la rotonda de Zaldizurreta, inaugurada en 2009, aún no existía. Las zonas verdes entre los edificios y los bloques de viviendas eran mucho más amplias, como se observa en Igartza, Errekarte o en las calles Erauskin y Andra Mari (zona de Flemming), donde no existía la urbanización de viviendas unifamiliares, dejando amplios espacios verdes sobre la parroquia.
A mediados de los 2000, la expansión urbanística de Beasain hacia el sur y el este, con nuevas áreas residenciales y la reurbanización de espacios degradados, cobró fuerza. Con los años se ejecutaron importantes obras de mejora en los viales de la villa, incluyendo la construcción de rotondas como la de Zaldizurreta, la del cruce de la Cadena, la glorieta de Igartza, la situada entre las calles Zapatari y Nabarro Larreategi o la de Sempere, que dan más fluidez a la entrada y salida de la villa, así como al tránsito interno. También se construyeron y mejoraron los aparcamientos de Bernedo y plaza Gipuzkoa. La rehabilitación del entorno de Igartza, con la puesta en valor del palacio, el molino y el puente medieval, marcó un punto de inflexión en la recuperación del patrimonio local. Durante esos años también se sentaron las bases para la llegada del Tren de Alta Velocidad (TAV), cuyas primeras obras de plataforma comenzaron a proyectarse a finales de la década, alterando el paisaje ferroviario de la zona norte del municipio.
2024: el Beasain del siglo XXI
La fotografía aérea más reciente, de 2024, muestra un municipio mucho más articulado, con nuevas áreas urbanas consolidadas, equipamientos modernos y una movilidad distinta.
El paso del Tren de Alta Velocidad, con su trazado soterrado en parte y sus viaductos integrados paisajísticamente, ha supuesto una transformación urbanística de un importante calado. El entorno de CAF también ha evolucionado: la empresa ha renovado instalaciones, adaptando sus factorías a los nuevos procesos tecnológicos de fabricación ferroviaria, al tiempo que el municipio ha buscado equilibrar el peso industrial con nuevos espacios residenciales y de servicios.
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En las últimas décadas se han desarrollado equipamientos deportivos y culturales como el polideportivo Antzizar, la biblioteca municipal y la renovación de espacios como la plaza o la zona del paseo del Oria, a la altura del barrio de Ezkiaga, que se ha convertido en una zona más agradable y accesible para los viandantes. Las inversiones públicas en infraestructuras y vivienda han sido importantes en los últimos años, con aportaciones conjuntas del Gobierno Vasco, la Diputación Foral de Gipuzkoa y el Ayuntamiento. A diferencia de otros municipios que crecieron de manera desordenada, Beasain ha mantenido un urbanismo más equilibrado. La expansión ha estado guiada por sucesivos Planes Generales de Ordenación Urbana, que priorizaron la integración del crecimiento residencial con los espacios naturales y la movilidad peatonal.
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