Beasain
«Se trata de algo más que un simple campus»BKL ·
El club de baloncesto local ha organizado para Semana Santa un campus de baloncesto que trabaja más allá del deporte con sus participantesEl BKL ha sabido reinventarse en un pueblo como Beasain donde el deporte dominante es el fútbol. El club de baloncesto local, trabaja desde hace ... años para fomentar la práctica del baloncesto entre los más jóvenes beasaindarras con el objetivo de acercarlos al deporte y hacerlos crecer en un ambiente sano y respetuoso, «estamos muy contentos con la aceptación que ha tenido el campus que hemos organizado para Semana Santa. Se trata de una actividad que hemos decidido retomar tras su ausencia durante años, y los jóvenes han respondido de maravilla», recalcó Oskar Rodríguez, coordinador del campus.
Tras el éxito del campus celebrado en navidades, el BKL se ha lanzado a organizar el segundo de este año, y no ha fallado. En esta ocasión, el club ha organizado dos turnos, el primero, de 3 al 5 de abril y el segundo, del 11 al 14 del mes. En la primera semana, 40 jóvenes nacidos entre los años 2007 y 2014 participaron en el campus, mientras en la segunda, han sido 32. «Estamos muy contentos con la presencia de jugadores y jugadoras de ambos sexos que el campus ha reunido. En el club, es un tema que se trabaja duro, ya que creemos que debemos ser los primeros en fomentar la igualdad entre ambos sexos. En esta edición, la cifra entre niños y niñas que han acudido al campus ha sido cercana al 50% en ambos turnos, un dato que nos hace estar muy orgullosos», confesó Rodríguez.
«En el campus, además de prestar un servicio de baloncesto, buscamos transmitir unos valores útiles para el día a día»
Las sesiones están previstas con el fin de mejorar tanto técnica como físicamente, pero sin olvidar que se está trabajando con jóvenes que quieren divertirse y están en edad de aprendizaje. Arrancan con calentamientos basados en juegos, donde puedan ir activando el cuerpo poco a poco antes de entrar con los ejercicios de manejo de balón. Tras la parada para beber agua, dividen a los jugadores por su nivel, para realizar trabajo más específico según sus necesidades. Los ejercicios de esta fase específica van aumentando según avanzan los días en el campus. Tras algo más de la mitad de los ejercicios de la mañana, llegan a uno de los momentos favoritos de los jugadores, que no es otro que el almuerzo. Aquí, los jóvenes intercambian opiniones de la sesión y se divierten organizando la última fase del entrenamiento, que no es otra que el partidillo. «Los responsables del campus realizamos una especie de elección mezclando jugadores de distintas edades, sexos, niveles y condiciones con el objetivo de hacerlos jugar entre todos, y la verdad es que está siendo todo un éxito a la hora de crear buen ambiente» explicaron los preparadores.
Mucho más que baloncesto
Los organizadores aseguran de que la parte deportiva es importante en el campus, ya que sirve para que los jugadores mejoren en su progresión y se adecuen al juego, pero no es lo más importante. «Tratamos de transmitirles unos valores fuera de la cancha. Queremos formar jugadores y personas respetuosas, que sepan competir de forma sana, que aprendan a respetar al que tienen delante y sean capaces de interactuar y trabajar con la gente que les rodea» afirmó el coordinador.
Los preparadores buscan sacar a los jugadores de su zona de confort (sus compañeros de equipo y amigos fuera de la cancha), para mezclarlos con otros jugadores con quienes no tienen tanta relación, para de esa manera conocer las necesidades de cada uno y poder complementarse de la manera más eficaz. Aseguran que está siendo un éxito y está sirviendo a los participantes para conocer a gente nueva y aprender a comportarse.
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