Julio Herreros: «Mi objetivo primordial siempre ha sido hacer oposición constructiva»

Es el decano de los ediles en Beasain, a buen seguro en Gipuzkoa, y dentro de su partido, también a nivel estatal. Se trata del beasaindarra Julio Herreros, concejal del Partido Popular en el ayuntamiento de Beasain que vuelve a presentarse como candidato a la alcaldía bajo las siglas del PP.

-Va camino de su quinta legislatura, como edil, representando al PP, y sigue al pie del cañon...

-En realidad, cada día me siento con más ganas. No estoy nada aburrido, todo lo contrario, y encaro esta legislatura con ilusión de poder trabajar para Beasain y representar una vez más en el Consistorio a los votantes del PP.

-Ha estado en la oposición y tuvo responsabilidades de gobierno...

-Efectivamente, durante la legislatura 2007-2011 recibí el encargo de presidir la Comisión para la rehabilitación del Conjunto Monumental de Igartza. Fue una experiencia satisfactoria ver cómo avanzaba el proyecto. Trabajamos duro para ello, y ahora se puede ver el resultado de ese trabajo conjunto.

Además, en mi caso particular, aprovechando las negociaciones para el respaldo del Partido Popular a los presupuestos vascos, negociamos subvenciones del Ejecutivo de Vitoria al proyecto por más de 200.000 euros.

-¿Recuerda sus inicios como concejal representando al PP?

-Corría el año 1995 cuando entré como concejal representando al PP, era un completo novato. No sabía ni cómo era un Pleno. Pero con ayuda de mi partido y la experiencia que iba adquiriendo poco a poco, fui integrándome en la actividad municipal. Desde el principio, en la oposición, mi objetivo primordial ha sido siempre hacer una oposición constructiva

-¿Cómo estaba formado aquel Ayuntamiento?

-Lo primero que destacaba era la desproporción. Nos encontrábamos con un Ayuntamiento abrumadoramente nacionalista. Era una época en la que los atentados eran algo frecuente. Cuando estaban asesinando a compañeros míos, además teníamos que soportar los insultos y desprecios de los concejales de la izquierda abertzale. Había que aguantar la invasión del Salón de Plenos por parte de público convocado por los radicales, que te llamaban de todo, te amenazaban y no respetaban a nada ni a nadie.

-¿Porqué se metió en el mundo de la política municipal?

-Corrían los primeros años de la década de los noventa del siglo pasado, leyendo en medios de comunicación noticias y reportajes sobre política, me llamó la atención lo que decía un joven concejal donostiarra, Gregorio Ordóñez. Eso me condujo hasta la sede del PP de San Sebastián donde empecé a colaborar, hasta que el mismo Gregorio me propuso encabezar la lista de Beasain, asegurándome que saldría elegido, como así resultó.

-¿Dónde ejercía su vida laboral?

-Estuve trabajando con continuidad en la empresa privada hasta la crisis de los ochenta que provocó ya avanzada la década, cierres de industrias, entre ellas la que me daba trabajo. Después trabajé de manera más eventual porque había que seguir sacando la familia adelante.

-¿La idea que Ud. tenía preconcebida de lo que podía ser la vida municipal se cumplió?

-Yo no creía que la vida municipal fuese tan convulsa como llegó a ser por la presión de los radicales. En realidad llevábamos a cabo nuestras tareas como podíamos y a duras penas. A los que no éramos nacionalistas no nos dejaban vivir en paz y nos ponían todas las dificultades que podían.

-¿Cuál ha sido el peor momento en estos 20 años?

-Los peores momentos de toda mi trayectoria de concejal fueron cuando me avisaron de los dos intentos fallidos de atentado contra mi persona. Fueron muy duros, porque te enfrentas de cara a lo que te podría haber pasado.

-¿Está pillado por las redes sociales?

-No. Utilizo los medios informáticos y el correo electrónico para el trabajo municipal y para la comunicación con mi partido y con el Ayuntamiento.

-¿La política le ha permitido seguir cenand con su cuadrilla en la sociedad Murumendi?

-Mi relación con los amigos no se ha resentido nada en todos estos años y es algo que agradezco enormemente. El único problema es que, en ocasiones, por motivos de seguridad no me podía mover con libertad por Beasain. Aunque somos de casi todos los pelajes políticos, nos respetamos y no tenemos ninguna dificultad por ello.

-¿Y la relación con el resto de la corporación?

-La relación con los demás corporativos procuro que sea educada, pero con quienes todavía no han dado ninguna muestra de arrepentimiento por ciertas actitudes y actividades, no se puede pretender que sea cordial.

-¿Con cuál de estas tres palabras se quedaría: empleo, vivienda o políticas sociales?

-En estos momentos de crisis, creo que el asunto en el que hay que poner más énfasis es en el empleo. A fin de cuentas si hay trabajo y empleo y si la gente tiene esperanza y proyectos de futuro, la propia actividad de la sociedad hace que se generen los recursos necesarios para mantener las políticas sociales y los servicios.

-¿Qué le falta a Beasain?

-Lo más necesario es un cambio en el Gobierno Municipal. Necesitamos un Ejecutivo que se preocupe de los beasaindarras, que gobierne para todos, pensando en todos, sin exclusiones, que gestione bien los recursos municipales, vaya a lo práctico y se deje de ensoñaciones y de intereses partidistas.