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Energías renovables

Energías renovables: Una mirada global para identificar el ahorro

Debemos revisar nuestras rutinas para ver cómo con pequeños gestos y algunas nuevas tecnologías podemos disminuir nuestras facturas, pero también nos ayudarán a contribuir a un mundo más sostenible y un futuro más verde

Martes, 4 de noviembre 2025, 10:01

El ahorro energético es un tema de actualidad porque combina dos de las grandes preocupaciones tanto en el plano individual como en el social: la económica y la ambiental. A ambas hay que sumarle, además, que el futuro se marca, sobre todo en lo que al planeta respecta, con decisiones y rutinas que vamos adoptando hoy, por lo que no hablamos únicamente de ahorrarnos unos euros al mes, sino de gestos que marcarán el devenir de futuras generaciones.

El ahorro energético es, pues, una fórmula con doble beneficio: cuida de nuestra economía a la vez que nos ayuda a ser protagonistas de un mundo más sostenible sin tener que hacer, normalmente, grandes sacrificios. El inicio del conflicto entre Rusia y Ucrania fue, en cierta medida, el punto de inflexión a la hora de tomar conciencia sobre la importancia de este tipo de ahorro. Los precios del gas, la electricidad y los combustibles se dispararon y todos entendimos que ahorrar energía en nuestros hogares y empresas era también una necesidad económica que empezaba en el bolsillo de cada uno, pero que también era una necesidad a nivel nacional y supranacional: hubo que reducir la dependencia de las importaciones para que no se disparase el gasto climático y todos tomamos conciencia de la importancia que cada gesto tenía en el ahorro energético.

Pero tampoco podemos olvidar que el sector energético juega un papel protagonista en lo que a emisiones de CO2 se refi ere, con alrededor del 70 % a nivel global, y que los diferentes organismos han decidido que reducir el consumo energético es una de las medidas más efectivas que se pueden llevar a cabo para frenar el calentamiento global. Al fi nal, es una cuestión lógica: cuanta menos energía necesitemos, más sencillo será cubrir su demanda con fuentes limpias y sostenibles.

Los hogares, un papel crucial

No es sencillo, en el plano individual, poder afectar en la toma de decisiones de empresas o gobiernos, pero sí que podemos decidir cómo actuar en cada una de nuestras casas. Y esta no es una cuestión baladí, porque los edificios consumen más de un 30 % de la energía total. La rehabilitación energética es una cuestión en auge y ponerse en manos de profesionales que nos ayuden a estudiar qué medidas tomar en nuestras viviendas siempre será la mejor opción, pero es cierto también que, más allá de ello, todos debemos tener en cuenta que hay ciertas rutinas que nos podrán hacer reducir el consumo energético en nuestras casas y, consecuentemente, también el precio de nuestras facturas. Quizá sea algo exagerado, pero debemos mirar nuestro hogar como un espacio en el que en cada rincón se puede estar produciendo una 'fuga' de energía que, de una manera u otra, es muy probable que podamos evitar. Y, sobre todo si llevamos tiempo sin hacerlo, deberemos revisar nuestra tarifa eléctrica de la mano de profesionales que nos ayuden a reducir la factura, nos expliquen cuándo y cómo consumimos energía y si podemos ajustar los precios de la misma.

Concienciados. Es importante preocuparse por la eficiencia energética del hogar.

Pero, además, hay algunas cuestiones comunes a todas las habitaciones, acciones concretas que nos pueden ayudar mucho. Una de ellas es tener conciencia de lo importante que es aprovechar la luz natural, abriendo las cortinas durante el día y teniendo las paredes de nuestra casa pintadas con colores claros, que ayudarán a dar mayor luminosidad a cada espacio. Además, debemos apostar, si no lo hemos aún, por cambiar nuestras bombillas tradicionales a LED, que pueden consumir hasta un 80 % menos de energía, además de tener una vida mucho más larga. También deberemos invertir, para luego hacer uso de ellas, claro está, en regletas con interruptor, la mejor opción para apagar de manera agrupada todos esos dispositivos eléctricos que tenemos durante horas, días o semanas en 'stand-by' y que también consumen energía.

Los hogares juegan un papel crucial a la hora de contener el gasto energético

La climatización suele disparar también nuestras facturas y nuestro consumo, tanto en verano como en invierno. Cabe recordar que, en los tiempos más complicados, incluso los gobiernos entraron a regular las temperaturas en las que debían estar los establecimientos y espacios públicos. Los expertos señalan que en invierno la temperatura interior debe estar entre los 19 y los 21 grados, mientras que en verano lo indicado es entre 24 y 26 grados. Cada grado adicional (de más en invierno, o de menos en verano) puede aumentar el consumo en un 7 %.

Pero, más allá de utilizar la calefacción o el aire acondicionado de manera adecuada, ¿qué podemos hacer? Una de las medidas es aislar la casa correctamente, usando burletes que eviten 'fugas' en puertas y ventanas. Controlar la ventilación (diez minutos son sufi cientes) y el momento (en el momento más fresco del día en verano y durante el más templado en invierno) también ayuda, lo mismo que cerrar las persianas por la noche prácticamente en cualquier época del año.

Conveniente. La olla rápida es una gran aliada a la hora de ahorrar.

Un ojo a la cocina

Es la cocina uno de los puntos más delicados de la casa, con los fogones o vitrocerámicas y otros electrodomésticos que en ella nos encontramos. A la hora de cocinar, hay varios consejos que deberíamos seguir: por ejemplo, apostar por el microon- das o la olla a presión a la hora de calentar alimentos o cocinarlos, ya que, lógicamente, gastan menos que la vitrocerámica o el horno al ser más rápidos. También es importante saber que tapar las ollas al cocinar, siempre y cuando sea posible, puede suponer un ahorro de hasta un 25 %. Y, claro está, siempre será mejor no utilizar energía para llevar a cabo procesos naturales. ¿Un ejemplo? Es mejor para los alimentos, pero también para el ahorro energético, descongelar con tiempo y previsión que hacerlo utilizando el microondas.

¿Y con los electrodomésticos? La secadora se lleva la fama de ser un aparato con un alto consumo energético y merecida la tiene: siempre será mejor secar la ropa al aire libre cuando sea posible. En la lavadora, debemos saber también que el mayor consumo (entre un 80 y un 90 %) se destina a calentar el agua, por lo que siempre será mejor lavar con ciclo cortos y con agua fría. Y, por supuesto, una medida que es aplicable a estos dos electrodomésticos, pero también al lavavajillas: ponerlos a funcionar cuando la carga esté completa y no a la mitad.

Cerrado. No hay que dejar correr el agua mientras nos cepillamos los dientes.

¿Y el agua?

Es también importante reducir el consumo de agua para el ahorro energético, no solo por no malgastar un bien escaso en algunos lugares, sino también por la energía que cuesta calentarla. ¿Qué podemos hacer para ello? Pues, por ejemplo, apostar por la ducha, breve a ser posible, en vez de la bañera, lo que supondrá un importante ahorro. También debemos tener la costumbre de cerrar el grifo mientras nos enjabonamos o lavamos los dientes y usar el botón de media descarga si nuestra cisterna y las circunstancias nos lo permiten. Y, si contamos con jardín o terraza, es importante no regar en las horas centrales, reutilizar el agua de lluvia o instalar sistemas de riego por goteo.

En cualquier caso, deberemos estar también atentos a cualquier fuga o goteo constante, procurar tener bien aisladas las tuberías del agua caliente y revisar con cierta periodicidad el correcto funcionamiento de cisternas y grifos.

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