Begoña Pedrosa: «Debemos educar para evitar fanatismos y estigmatizaciones»

–¿Qué quería ser de mayor?

–La docencia siempre ha sido una de mis pasiones. Siempre me ha gustado enseñar y compartir, y durante el instituto, dedicaba las tardes a ayudar a otras personas. También me obsesionan las enciclopedias y las lenguas también, dentro de la curiosidad que siempre me ha movido. En mi ADN está la pasión por aprender cosas nuevas y compartirlas.

–¿Qué le preocupa del futuro?

–Los discursos radicales autoritarios nos deben poner en alerta y también merece una seria reflexión el tema de los movimientos migratorios. Nuestra responsabilidad es mayor porque es importante orientar a las personas a desarrollar una visión critica. Debemos educar para evitar fanatismos y estigmatizaciones de lo diferente.

–¿Cómo cree que evolucionará el ámbito de la educación?

–La educación es clave para el avance en cualquier sociedad, lo que está muy relacionado con pensar qué modelo educativo queremos. Debemos apostar por una personalización del aprendizaje y por desarrollar perfiles que estén preparados para la digitalización de unos valores humanistas. Por todo ello, es primordial para el futuro apostar por ciencia, educación e investigación.

–¿Cómo se ve dentro de 10 años?

–Aprendiendo cosas nuevas y promoviendo la misma energía. Me obsesiona una conviviencia positiva a todos los niveles y debemos hacer apología de lo posible y lo positivo. Eso ayudará a que los proyectos se hagan realidad.

–¿Y cómo se imagina Gipuzkoa en ese plazo de tiempo?

–Gipuzkoa es un territorio muy competente y comprometido con los retos sociales, que cuenta con una ciudadanía solidaria y muy preparada. Eso hará que aportemos valor a nivel local y a nivel mundial. Además, considero que Gipuzkoa tiene puesto el foco en los valores adecuados, como el compromiso con el entorno, la innovación y las personas. Hay que seguir por ese camino.

–¿Qué puede hacer el ámbito institucional para mejorar el bienestar colectivo?

–Es primordial invertir en educación y en investigación si queremos personas comprometidas y con valores fuertes hacia la cultura y la convivencia. Para convertirlas en promotoras de la transformación social, hay que apostar por la educación desde el ámbito de la excelencia en todas sus dimensiones: la técnica y la humana.

–«El futuro es mujer». ¿Qué le sugiere esta afirmación?

–Será clave el legado que dejemos a las nuevas generaciones en educarles en que no es de mujeres y hombres, sino de personas y capacidades. Es necesario acometer un cambio más profundo en este ámbito y promover valores e ideas para lograr una igualdad real. La apuesta por una coeducación desde edades tempranas tendrá un papel esencial.

–¿Qué aspectos no deben perderse de vista para asegurar una sociedad de bienestar en el futuro?

–Se necesitan liderazgos compartidos, que sepan construir política desde el acuerdo y el consenso. En el futuro las mayorías serán muy difíciles y hay que prepararse para resolver esos retos y complejidades. Una convivencia política requiere capacidades de empatía y de negociación. Sin convivencia política no se puede hacer política, así que hay que buscar una manera de integrar las diferencias y de buscar acuerdos que nos ayuden a mantener ese nivel de bienestar deseado.

–¿Qué opinión le merece el programa de la Diputación Etorkizuna Eraikiz?

–Construir una Gipuzkoa desde la colectividad es una manera de hacer partícipe a la sociedad y de comprometerla con el territorio. Retos como la conciliación, el envejecimiento, la gobernanza o el euskera nos parecen muy interesantes.

–¿Qué futuro ve a la cuestión lingüística en el ámbito de la educación? ¿Que lugar ha de tener el euskera?

–Tenemos que estar muy orgullosos de lo que se ha conseguido hasta ahora. Soy muy optimista y pienso que el futuro lo construimos entre todos los que trabajamos para impulsar el euskera y la cultura vasca. La prescripción no es una receta y hay que buscar fórmulas creativas para lograr que se quiera sentir y vivir en euskera.

–¿Cuál es la vía de innovación más importante en educación?

–Hay muchas vías de innovación. La formación dual es una manera efectiva de acercar la universidad y los entornos de trabajo. Creo que somos pioneros en este ámbito y se están haciendo las cosas bien. Además, creo que las formaciones del futuro pasan por ser híbridas. Se deben ofrecer al alumnado experiencias vitales en el contexto universitario; y también online. La hibridación es una de las claves para promover el aprendizaje.

–El papel del alumnado ha cambiado durante los últimos años. ¿Qué papel ha de jugar en la reconversión del modelo educativo actual?

–Se debe apostar por la personalización del aprendizaje, porque es más efectivo e inclusivo. También hay que preparar a toda la comunidad educativa para la transformación que nos traen las tecnologías emergentes y los nuevos perfiles, lo que supone una oportunidad para promover una educación de vanguardia en nuestro sistema. Pero lo más importante es que los proyectos educativos dependan de liderazgos capaces de promover nuevas ilusiones y de desarrollar capital social en los centros.