Nos dicen que el vino mejora con los años, pero todos sabemos que eso es cierto a medias. Cuando han pasado muchos años, lo más ... probable es que el vino se haya convertido en vinagre.
Según el libro Guinness de los récords, el vino con más años del mundo está contenido en una botella que se encontró en 1867 en Roma y que se estima que procede del siglo IV. Sin duda, es la botella de vino más antigua que existe, pero no se puede beber, es simplemente una pieza arqueológica, y, casi con seguridad, si pudiéramos abrirla y beberla, comprobaríamos que era vinagre.
Sin embargo, David G. López, en su reciente y excelente libro 'Historia oculta, enigmática y heterodoxa de León', nos pone sobre la pista del que probablemente es el vino de más antigüedad que todavía se bebe una vez al año. Se trata de una barrica de 176 litros y la leyenda dice que San Martino la llenó hace casi mil años. La barrica se conserva en una de las joyas del románico, la Basílica de San Isidoro en León. Cada Jueves Santo, se extraen tres cuartos de litro de la barrica y después se rellena con mosto nuevo. El cabildo y algún personaje importante, disfrutan de ese añoso caldo. Según algunos que han tenido la suerte de probarlo, se trata de «un coñac de gran solera».
Me sorprende que no se haya convertido en vinagre. Y me gustaría ser uno de esos privilegiados que han tenido la suerte de probarlo, como hizo el alcalde de León en 1990.
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