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L. G.
Viernes, 10 de enero 2025, 12:48
La uróloga Cristina Barrena ha abordado una de las curiosidades más intrigantes relacionadas con nuestra alimentación: el peculiar y desagradable olor de la orina después de consumir espárragos. Según la experta médica, el culpable es el ácido asparagúsico, un compuesto presente en los espárragos que, al ser metabolizado, se descompone en sustancias como el metanotiol y otros compuestos sulfurosos.
«El metanotiol tiene una esencia similar al olor característico de la mofeta, mientras que los compuestos sulfurosos recuerdan al olor de huevo podrido», explica Barrena. Este fenómeno, aunque común, tiene un componente genético sorprendente. «No todos producen este olor, y no todos pueden detectarlo».
Un estudio con 6.909 participantes reveló que hasta el 60,3% de las personas no son capaces de percibir este característico olor. Esto se debe a una variación en los receptores olfativos de cada individuo. Así, comer espárragos puede ser una experiencia inodora para muchos, mientras que otros lo encuentran notablemente perceptible.
Este tipo de investigaciones no solo explican aspectos curiosos de del día a día, sino que también abren la puerta a nuevos estudios sobre el papel de la genética en el sistema olfativo y en cómo se interpretan los estímulos externos.
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