Borrar
Barómetro Ikuspegi

La tolerancia hacia las personas inmigrantes despunta con la pandemia

La sociedad vasca percibe más los «efectos positivos» que generan en la economía y defiende los servicios públicos y de protección universales

Amaia Chico

San Sebastián

Lunes, 14 de diciembre 2020, 12:33

Comenta

La solidaridad que ha despertado la pandemia en toda la ciudadanía vasca tiene además una vertiente social y humana distinta y positiva. La mirada hacia la población de origen inmigrante, uno de los colectivos más vulnerables, se ha tornado más comprensiva y tolerante. Un hecho que no suele ocurrir en tiempos de crisis sino en los de bonanza económica, pero que este año en Euskadi rompe la tendencia y deja actitudes «más inclusivas» hacia quienes llegaron de sus países para buscar una oportunidad de vida. El barómetro 2020 de Ikuspegi refleja un «récord» en el grado de tolerancia mostrado por la sociedad vasca hacia la población de origen extranjero. Un índice que sube de los 60,6 puntos de hace un año a los 65 de este. Y que indica, ha destacado la consejera Beatriz Artolazabal, que «la sociedad vasca es consciente de la gravedad de la situación, de que hay muchas personas y familias en situación crítica y de que es momento de cerrar filas y ser solidarios».

La responsable de Igualdad ha presentado esta mañana junto a la directora del Observatorio Vasco de Inmigración, Julia Shershneva, y el vicerrector del campus de Bizkaia de la UPV, Patxi Juaristi, el último estudio realizado durante este trimestre final del año. Y en él, destaca esa aproximación hacia la realidad de este colectivo. «La inmigración nunca ha sido un problema» para la sociedad vasca, ha asegurado Shershneva, pero «ahora lo es menos». Solo un 10,2% de la ciudadanía la considera un problema para Euskadi y apenas un 2,8%, la siente como una amenaza para sus circunstancias «personales». El dato más bajo de toda la serie del barómetro. «Además, con respecto al año anterior se percibe un aumento de los efectos positivos que genera la inmigración en el empleo y la economía».

Ikuspegi detecta además un rechazo social cada vez mayor hacia los estereotipos falsos y negativos hacia la inmigración. En este sentido, el vicerrector de la UPV ha llamado a «trabajar, como sociedad y como universidad, para hacer desaparecer esos rumores» y creencias falsas sobre la inmigración. Y para ello, ha remarcado que «en la UPV tenemos claro que la educación pública, igual que el resto de servicios, son derechos universales de todas las personas, independientes de donde han nacido». El estudio refleja a ese respecto una opinión social mayoritaria favorable a que además de la educación y la sanidad, también el sistema de protección social atienda a todas las personas, no «únicamente a las autóctonas», ha remarcado la directora del Observatorio.

La positiva evolución de la tolerancia hacia la población inmigrante no es, sin embargo, uniforme. Hay colectivos con origen en países determinados que siguen sufriendo la «estigmatización» de la población autóctona. El barómetro detecta que son las personas de origen pakistaní, rumano y magrebí las que despiertan «menos simpatías en la convivencia». Una postura que se mantiene en los últimos años.

Asilo

Las imágenes de naufragios y de campamentos desbordados con personas migrantes que huyen de sus países sigue impactando, no obstante, entre la sociedad vasca. Un tercio de ella, un 32,2%, es partidaria de acoger a las personas solicitantes de asilo y refugio «sin ninguna restricción». Y ese porcentaje se eleva hasta un 73,7% una vez «demuestren su condición de perseguidas».

Euskadi refleja así su voluntad de acogida a las personas que huyen de entornos bélicos, violentos o sin recursos económicos para una vida digna. Pero la sociedad de momento no muestra una receptividad en clave de «interculturalidad». Ese concepto «no cala», evidencia Ikuspegi, pese a que las instituciones en su mayor parte optan por ese modelo de gestión de la diversidad. «La sociedad sigue optando por un modelo de convivencia 'asimilacionista por decantación' (llamado asimilacionismo blando)», explica Shershneva, de forma que aunque se reconoce que los procesos de integración exigen esfuerzo «compartido» entre la población inmigrante y autóctona, «se deposita» en el que llega «el mayor esfuerzo por adaptarse a nuestras costumbres y tradiciones».

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariovasco La tolerancia hacia las personas inmigrantes despunta con la pandemia

La tolerancia hacia las personas inmigrantes despunta con la pandemia