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Penumbra. Muchos bares y restaurantes continuaron atendiendo a sus clientes a oscuras. EFE
Tenerife se eclipsa

Tenerife se eclipsa

La isla recupera la normalidad tras sufrir un apagón el domingo durante nueve horas. Red Eléctrica no se explica qué pasó para «tirar todo el sistema eléctrico»

SUSANA ZAMORA

Martes, 1 de octubre 2019, 10:23

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Pasaban pocos minutos de la una de la tarde cuando Tenerife fundió a negro el pasado domingo. Semáforos apagados, tranvías parados, ascensores bloqueados, cajeros automáticos fuera de servicio, telefonía fija sin funcionar, móviles sin cobertura y miles de afectados por un apagón masivo que mantuvo a la isla nueve horas sin suministro eléctrico.

Una jornada de desconcierto para los 920.000 habitantes de la isla, que pudo haber sido caótica si cae en día laborable. «Nos trasladó a otra época, a más de 50 años atrás, cuando en todas las casas teníamos a mano las velas porque la luz se iba con frecuencia», recuerda Jorge Guzmán, propietario del Restaurante Carmen. Pero la situación que vivió en su establecimiento distó mucho de aquella imagen entrañable y familiar, casi nostálgica, que este empresario del municipio de Icod de los Vinos guarda de su infancia.

En el día grande de las Fiestas del Santísimo Cristo del Calvario, este negocio especializado en comida típica canaria estaba completo. No quedaba ni una mesa libre y el corte de luz llegó en el peor momento para el negocio. «Hasta entonces, habíamos podido despachar sin problemas a un grupo concertado de turistas. Fue a partir del apagón, sobre las 13.15 horas, cuando empezaron a llegar clientes y, viendo que no volvía la luz, decidimos atender solo las reservas comprometidas», explica Guzmán.

Ibrahim Ben Mohamed Jefe de Bomberos «Nadie estuvo atrapado en los ascensores más de 40 minutos» Jorge Guzmán Restaurante Carmen «Perdí muchos clientes; pude haber facturado el doble» Cristofer Hotel Playa Sur Tenerife «Al no poder cocinar, improvisamos una barbacoa» José Sánchez Gerente San Isidro Cinema «El apagón sirvió para que los parques se llenaran de niños»

En total, 60 comensales, que tuvieron que elegir entre una reducidísima carta, adaptada a las posibilidades que dejaba la cocina de gas, y el 'stock' preparado hasta ese momento. Reconoce la paciencia de todos ellos, porque «no es fácil emplatar a oscuras ni esperar cuando se tiene hambre», pero el agujero que el apagón dejó en su restaurante probablemente supere los mil euros. «Lo ocurrido fue un accidente, pero con la gente que acudió a las fiestas pude haber facturado el doble; a las 15.30 echamos la persiana y ya no pude abrir por la noche», lamenta.

Tensión en la isla

  • 467.000 es la cifra de abonados que tiene Endesa en la isla de Tenerife, en donde viven 920.000 personas. Todas se vieron afectadas por el apagón.

Aunque asegura que tirará de seguro para compensar las raciones ya preparadas para el día siguiente y los productos perecederos echados a perder, desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) advirtieron ayer que al tratarse de una interrupción imprevista, los afectados tienen derecho a un descuento en la factura, que puede llegar a un máximo del 10% del cómputo anual.

Incidencias

  • Hospitales y aeropuertos Ni hospitales ni aeropuertos se vieron afectados por la falta de suministro eléctrico. Solo en las urgencias hubo algún paciente que usa máquina de oxígeno y tuvo que acudir porque la batería se le agotaba.

  • 688 llamadas por incidencias eléctricas recibió el Servicio de Emergencias 112 durante el apagón. Además, atendió once más por problemas para abrir los garajes. Los bomberos rescataron a más de 60 personas, que quedaron atrapadas en ascensores.

  • Depurar responsabilidades El presidente del Cabildo de Tenerife, Pedro Martín ha amenazado con llevar a los tribunales a Red Eléctrica y a Endesa tras el apagón. «Hay que dirimir responsabilidades y, en caso contrario, tendremos que vernos en el ámbito judicial», declaró.

LOS AFECTADOS

«Nadie estuvo atrapado en los ascensores más de 40 minutos»

Ibrahim ben mohamed, jefe de bomberos

«Perdí muchos clientes; pude haber facturado el doble»

Jorge guzmán, restaurante carmen

«Al no poder cocinar, improvisamos una barbacoa»

CRISTOFER, HOTEL PLAYA SUR TENERIFE

«El apagón sirvió para que los parques se llenaran de niños»

josé sánchez, gerente san isidro cinema

Todo el mundo esperaba una explicación sobre lo ocurrido y la hubo, aunque habrá que esperar todavía varias semanas para esclarecer con detalle qué ocurrió. Todo apunta a que fue el «fallo fortuito» de un transformador de tensión, instalado en la subestación de Granadilla de Abona, la causa de este 'cero energético' y lo que habría dejado sin suministro a más de 450.000 clientes (casi un millón de personas afectadas, la totalidad de los isleños).

Eduardo Prieto, director de Operación de Red Eléctrica de España en Canarias, trató ayer de arrojar luz sobre lo sucedido en la isla, aunque no supo explicar cómo un problema así fue capaz de tirar todo el sistema eléctrico de Tenerife. «Fallos fortuitos ocurren con frecuencia y apenas tienen consecuencias», aclaró. Endesa quiso dejar claro que el problema se produjo en instalaciones «ajenas», pero que acabó afectando a todo el suministro que la compañía proporcionaba en ese momento en las centrales de producción de Granadilla y Candelaria. Dado que las condiciones de la red resultaban en esos momentos «incompatibles» con la generación de energía, optaron por la desconexión total. A partir de ese momento, el Gobierno canario se vio obligado a activar el protocolo establecido para este tipo de crisis entre Red Eléctrica y Endesa para «restablecer el suministro de forma segura», algo que no ha impedido que le abra un expediente informativo para depurar responsabilidades si las hubiera.

Los neoyorkinos vuelven a sus casas a pie el 13 de julio del 77. R.C

Del 'gran apagón' de Nueva York a la rutina venezolana

Tenerife ha vivido este domingo uno de sus apagones más largos. En 2010 tuvo lugar el anterior y, aunque duró seis horas, ocurrió en día laborable y el número de incidencias fue mucho mayor.

Pero el pequeño caos que han sufrido los 920.000 habitantes de la isla en esas nueve horas apenas es comparable con las graves consecuencias que padeció Nueva York con el 'gran apagón' de 1977. Ocurrió el 13 de julio y duró casi 24 horas. Nueve millones de personas se vieron afectadas por un incidente que desencadenó graves oleadas de saqueos y atracos: 1.600 tiendas dañadas, un millar de incendios provocados por actos vandálicos y 2.000 detenidos.

El corte de suministro eléctrico, que afectó principalmente a la isla de Manhattan, se produjo a las 21.30 horas como consecuencia de una fuerte tormenta. Un rayo afectó a la red eléctrica y, por seguridad, la planta nuclear de Indian Point tuvo que ser desconectada.

Pero el récord del apagón más largo de la historia lo tiene la ciudad de Auckland, en Nueva Zelanda. 66 días sin electricidad. Comenzó el 19 de febrero de 1998 a causa de un cable en mal estado, que derivó en el sobrecalentamiento de todo el sistema. Solo afectó a una parte de la ciudad, en la que vivían 6.000 personas.

Este año se han cumplido tres décadas de uno de los apagones más singulares. El 13 de marzo de 1989, Quebec (Canadá) quedó sumida en la oscuridad durante 24 horas, después de que una tormenta solar quemara generadores eléctricos y líneas de alta tensión. Al día siguiente se empezó a recuperar parte de la electricidad usando generadores de gasoil, aunque la normalidad no llegó hasta varios meses después.

Recientemente, quien sufre sin tregua los cortes de energía es Venezuela. Un apagón masivo el pasado julio, el quinto en menos de cinco meses, volvió a dejar sin luz a gran parte del país. Uno de los más importantes se produjo el pasado 7 de marzo cuando un fallo en una represa dejó sin corriente a Caracas y a 22 Estados del país durante casi una semana. El Gobierno de Nicolás maduro culpó entonces a la oposición y a la Administración de Donald Trump de un intento de desestabilización y llegó a hablar de «guerra eléctrica».

La luz fue llegando a cuenta gotas y a las 22.15 horas la isla recuperaba la normalidad. Aún así, todavía ayer había fallos puntuales en las comunicaciones y algunos comercios no podían trabajar con datáfonos. Era día de hacer balance, como las pérdidas que podría haber sufrido José Sánchez si no es por la «comprensión» que mostraron los 40 clientes que el domingo por la tarde acudieron con su entrada a ver 'Aladín' a San Isidro Cinema. Lleva ocho años al frente de este «cine de pueblo», en la localidad de San Isidro (Granadilla), y nunca se había visto en una situación así. «Cuando llegaron a la sesión de las cinco, les ofrecí devolverles los cuatro euros de su entrada a cada uno. Era lo justo, pero todos, sin excepción, prefirieron guardarla y acudir el próximo domingo», relata agradecido este empresario, aliviado con que el apagón no se produjese con la proyección empezada. Pese al contratiempo, Sánchez asegura que «a veces tienen que ocurrir cosas como esta para darnos cuenta de la dependencia energética, pero también para sacar a la gente de sus casas y llenar los parques de niños como ocurrió el domingo», declara.

Cena a la luz de las velas

A una conclusión similar llegó Ibrahim Ben Mohamed, jefe de Bomberos de Santa Cruz de Tenerife, quien disfrutó de una cena «a la luz de la velas» cuando regresó a casa después de una larga jornada. El día que pasaron los 44 efectivos habituales, más los ocho que acudieron de refuerzo, será para recordar. «Pero pudo haber sido mucho peor», advierte. De las 55 intervenciones que tuvieron en total, una treintena fueron para socorrer al medio centenar de personas que quedaron atrapadas en ascensores. «La mayoría se concentraron en la primera hora y no creo que nadie permaneciese más de 40 minutos aislado», precisa Ibrahim. Durante todo el día, se coordinaron con el Servicio de Emergencias 112, que recibió 688 llamadas por incidencias eléctricas y once por aperturas de puertas de garajes. En ninguno de los hospitales de la isla, ni en el Hospital Universitario de Canarias ni en el de Candelaria, hubo contratiempos. Las operaciones se desarrollaron con normalidad, tanto en los quirófanos como en las urgencias, aunque hubo que atender a algún paciente que usa aparatos de oxígeno y cuyas baterías comenzaron a descargarse.

Tampoco el tráfico aéreo se vio afectado por el apagón y todas las operaciones se mantuvieron con normalidad. Lo mismo ocurrió en los hoteles de la zona sur, la más turística de la isla, ya que cuentan con generadores capaces de funcionar de forma autónoma durante varias horas. No es el caso del Hotel Playa Sur Tenerife, un pequeño establecimiento en el sur de la isla, que tuvo que suplir la falta de electricidad con «dedicación e ingenio». «Tuvimos que acompañar a cada cliente que quería acceder a su habitación para abrirle con la llave maestra, ya que sus tarjetas no funcionaban», aclara Cristofer, al frente de la recepción desde hace cuatro años.

Asegura que la situación más crítica la vivieron a la hora del almuerzo, cuando tenían que dar de comer a una treintena de clientes. «Como no teníamos la cocina operativa, improvisamos una barbacoa en el exterior. Fue un acierto. Encantó a nuestros clientes», explica este empleado.

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