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«Decidí ser abstemio para poder decirles a mis hijas que no beban». DV
Julio Basulto: «No hay un superalimento que aumente nuestras defensas»

Julio Basulto: «No hay un superalimento que aumente nuestras defensas»

Nutricionista ·

«Estos días la dieta debe incluir verduras, granos integrales y legumbres secas, pero lo fundamental es no caer en el sedentarismo»

Domingo, 22 de marzo 2020, 10:02

Confinado en Santa Eulalia de Riuprimer, pueblo barcelonés de mil habitantes adonde también ha llegado el coronavirus, este inquieto nutricionista, padre de tres hijas vegetarianas, combate el sedentarismo saltando a la comba. Divulgador iconoclasta, Basulto sostiene que no hay que comer de todo ni cinco veces al día.

– ¿Desmontar falsos mitos es su hábito más saludable?

– Es un hábito adquirido. Como decía Mark Twain, el peligro no está en lo que desconocemos, sino en lo que damos por cierto y no lo es. Cada día estoy más convencido de que no se trata de comer mejor, sino de dejar de comer peor.

– ¿Tan mal comemos?

– La gente suele pensar que come bien. O incluso que la mala alimentación no perjudica la salud.

– Pero luego tomamos vitamina C.

– En países empobrecidos donde hay desnutrición estaría justificado, pero en nuestro medio no tiene sentido. Aquí a la gente no le falta calcio ni vitamina C. Le sobra sal, azúcar, grasas no saludables y calorías vacías. Ese es el problema.

– ¿Aconseja alguna dieta para el confinamiento que vivimos ahora?

– Lo primero, no hay alimentos que protejan el sistema inmunitario, eso no existe. Ni el Actimel, ni las perlas de ajo. El único superalimento que hay es la leche materna, y solo le hace efecto al bebé. En la dieta para un confinamiento no deben faltar granos integrales (pasta, harina, arroz, pan), legumbres secas, fruta, frutos secos y verdura fresca, que se puede trocear y congelar.

– Muchos temen engordar al quedarse en casa.

– Pues puede que sea al revés, porque no comerán fuera el típico menú del día, que suele aportar ya por sí solo las calorías que necesitamos para la jornada.

– ¿Usted cómo lleva el encierro?

– Bien. Estoy animando a la gente a través de las redes a que, aunque se quede en casa, haga ejercicio. El sedentarismo es peligroso, no hay nada peor.

– ¿Y cómo lo evitamos?

– Yo me he hecho la trampa de poner alto el ordenador para escribir de pie. Y mientras se abre un programa, me hago una sentadilla. Ahora, además, me he comprado un aparato que me permite andar mientras trabajo. No puedo ser un experto en salud pública y luego estar todo el día sentado. Además hago pesas, dominadas, estiramientos, abdominales, cinta, tengo una presa de escalada...

– Buf, ¿qué hay que desayunar para eso?

– Pues fruta entera, o lo que sobró de la cena... O no desayunas, que tampoco pasa nada.

– ¿No es la comida más importante del día?

– Solo para los fabricantes de 'cornflakes', o si no vas a hacer otra comida el resto del día. Desayunar está bien siempre que tengas hambre. Hay estudios que muestran que el que se fuerza a desayunar acaba engordando.

– Y a la hora de comer... ¿Una copita de vino, que dicen que es buena para el corazón?

– Eso no es cierto. La Asociación Europea de Cardiología desaconseja el consumo de cualquier bebida alcohólica, porque incluso incrementa el riesgo de muchos tipos de cáncer.

– Entiendo que usted no bebe.

– Exacto, soy abstemio. Decidí serlo por mis hijas, porque con qué cara les digo que no beban alcohol si yo estoy bebiendo delante de ellas... Para que no me tachen de talibán diré que el mensaje sería: alcohol, cuanto menos mejor.

– ¿Y por qué afirma que no hay que comer de todo?

– Porque hoy en España comer de todo es comer mal. En un supermercado hay cantidad de cosas que dicen ser saludables y no lo son: cárnicos procesados, cereales de desayuno, zumos... Hoy casi todos los productos envasados tienen una declaración de salud. Hay que dar prioridad a alimentos de origen vegetal y poco procesados.

–Lo último son las dietas basadas en el ayuno.

– Debemos huir de ellas. No han mostrado ninguna efectividad y pueden incrementar el riesgo de anorexia y bulimia.

– Aguantarse el hambre no es sano.

– No. Imagínate que te tiras doce horas sin comer, abres la nevera y tienes allí una zanahoria y una palmera de chocolate... ¿A por cuál te lanzas?

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