La Ertzaintza concluyó que el primer crimen del que se acusa a Nelson David era «un homicidio»
Los investigadores tumban la coartada del procesado de que actuó con una banda. «Iba solo», dicen
Ainhoa de las Heras
Jueves, 15 de mayo 2025, 16:39
«Para mí, se produjo un homicidio. No puedo determinar si la intención era la de acabar con su vida o sólo robarle y extraer ... dinero de sus tarjetas y se le fue de las manos». El oficial instructor de la investigación, jefe del grupo de homicidios del Servicio de Investigación Criminal Territorial de Bizkaia (SICTB) de la Ertzaintza, concluyó que el hallazgo del cadáver de un hombre de 42 años, el 18 de octubre de 2021, en su domicilio del Casco Viejo de Bilbao, considerado inicialmente como una muerte violenta por la autopsia, se trató en realidad de un crimen.
Así se lo ha explicado el mando policial, que ha investigado los crímenes de los últimos años en Bizkaia, al jurado seleccionado para determinar si Nelson David Moreno Bolaños es culpable o incocente en este caso. Aunque se le atribuyen cinco muertes y dos intentos de asesinato, este es el primer juicio en el que se le acusa de un delito de homicidio, además de robo, en la Audiencia vizcaína. En la segunda sesión han declarado 16 testigos, entre ellos los ertzainas que investigaron el caso y varias amigas de la víctima, entre otros.
Un hermano de la víctima, que ha fallecido y no puede testificar, descubrió días después de la muerte, movimientos de dinero en sus cuentas al mirar su móvil e interpuso una denuncia en la comisaría de la Ertzaintza en Ondarroa. «Sospechaba que la persona que había hecho las extracciones podía ser también el responsable del fallecimiento», ha aclarado este jueves en la sala el agente que le tomó la denuncia. Y se dirigió entonces al Instituto de Medicina Legal de Bilbao, donde se lo comunicó a los forenses. A partir de ese momento, se realizaron nuevos análisis, que arrojaron un dato inquietante. «El cadáver presentaba restos de GHB, conocido como éxtasis líquido, un producto que anula la voluntad de quien lo ingiere», ha apuntado un ertzaina, cuando el hombre era «abstemio. Nunca le vi tomar ni un zurito y mucho menos drogarse», confirma una de sus amigas. A partir de ese momento, la jueza que instruía las diligencias ofició a la Ertzaintza el 8 de abril de 2022 para que lo indagase como una posible muerte de etiología homicida.
Aplicaciones de contactos
Los investigadores lo relacionaron con otros casos, por su «modus operandi similar, ya que todas las víctimas eran homosexuales, utilizaban aplicaciones de contactos y vivían en la misma zona», ha indicado el máximo responsable de la investigación de la Ertzaintza hasta que el joven colombiano se entregó y fue detenido en la comisaría de Irun, apenas un mes después, en mayo de 2022, cuando salió su imagen publicada como sospechoso en redes sociales y medios de comunicación.
«Ante la posibilidad de que se tratara de un homicida serial y de que el autor podía ser el mismo», el atestado se derivó a la Sección Central de la Ertzaintza con competencia en casos especialmente graves.
El hermano de la víctima echó también en falta el ordenador portátil en la casa del fallecido. «Nos facilitó la marca y el modelo y lo recuperamos en una tienda cercana al domicilio», ha recordado. Nelson David había vendido el aparato por 213 euros, tal como aparecía en el tiquet, y a su vez el comercio a un tercero por el doble de esa cantidad.
El hombre, que no contestaba al teléfono y no había acudido a trabajar al conservatorio de música donde impartía clase pese a ser «metódico, serio y responsable», fue localizado por su tía y una amiga, «en el suelo, con la espalda apoyada en el sofá y los ojos abiertos». Un facultativo de una ambulancia no certificó la muerte como natural, si no que se limitó a confirmar «la ausencia de vida», lo que obliga a activar a los forenses, pese a que en el domicilio «estaba todo en orden y no había indicios de criminalidad», según han detallado los agentes que practicaron la inspección ocular.
«500 o 600 euros para salir de fiesta»
Los investigadores que han declarado en la vista oral han descartado la coartada de Moreno Bolaños, quien aseguró el primer día que había actuado junto con una banda. Lo hizo «solo», han dicho. Ni «Maracucho, Anthony o JJ», nombres que señaló, han sido identificados en ningún momento durante la investigación. «Hasta donde yo tengo conocimiento, no. Sólo fue una persona», ha aseverado el oficial de la Ertzaintza.
Tampoco conoce a estos supuestos cómplices un amigo de Nelson David, que ha sonreído por primera vez en todo el juicio al verle entrar en la sala y le ha guiñado un ojo. Ambos se conocieron en un bar latino de la calle Autonomía y salían «de fiesta». «Llevaba 500 o 600 euros, lo normal. Me hubiera impresionado si fueran 5.000», ha contestado a la fiscal, que le ha preguntado si había notado que tuviera más dinero o hubiera mejorado su ropa. Este joven le acompañó a la cadena El Arenal para comprar un perfume de 192 euros con la tarjeta de víctima, algo que él desconocía. El chico dio su teléfono a la dependienta para que le cargaran a él los puntos, ya que Nelson no sabe por qué no quería. Así fue identificado por la Ertzaintza. Con ellos iba un tercer amigo, «del que no recuerdo el nombre».
También ha subido al estrado con dificultades el agente del grupo de estafas de la comisaría de Bilbao que recibió la denuncia de Ondarroa y comenzó a investigar un hurto de tarjetas y estafas. Al ver el nombre, me sonaba, lo metí en la base de datos y resulta que le había imputado por un delito similar en 2019». El policía sufrió un accidente y cayó de baja, por lo que no volvió a trabajar y no pudo cerrar las diligencias hasta meses después, cuando las absorbió el SICTB.
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