Atan y golpean a un hombre de 89 años en su caserío de Zamudio para robarle

Los dos individuos cubrían sus rostros con buffs para que no pudiera reconocerles o identificarles ante la Policía. Irrumpieron en su caserío, de dos plantas y ubicado en un barrio del municipio vizcaíno Zamudio, en plena madrugada cuando el hombre se encontraba durmiendo en su cama. Le despertaron y vivió la peor de sus pesadillas. Según su propio relato, los asaltantes le maniataron. Restos de las bridas fueron después localizadas en la vivienda. Una vez inmovilizado, le golpearon con saña. Querían averiguar el lugar donde guardaba el dinero y las joyas. Para intimidarle aún más le amenazaron con un cuchillo. Le mantuvieron así, atado y detenido en contra de su voluntad unas dos horas, aproximadamente. Para forzarle a que hablara, le pegaron puñetazos en la cara y el pecho. También presentaba profundos cortes en las manos, probablemente de haber agarrado el filo del arma blanca para defenderse.

Una vez que el octogenario reveló dónde ocultaba el dinero, los asaltantes se apoderaron de unos 1.000 euros y huyeron dejándole herido. El propio anciano pudo pedir ayuda a un pariente, que reside en las cercanías. El hombre, que sangraba abundantemente de las heridas, fue dejando un reguero de manchas rojas por el caserío. Fue trasladado al hospital de Cruces, donde quedó ingresado para ser atendido de sus lesiones, que, en principio, no hacían peligrar su vida.

Tras tener conocimiento de los hechos, la Ertzaintza busca ahora a los presuntos autores del robo con violencia, lesiones y detención ilegal. Los ladrones se apoderaron de unos 1.000 euros en metálico. Se trata de dos jóvenes, uno de ellos «más alto», a los que no pudo ver la cara porque la llevaban tapada.

Se da la circunstancia de que hace unos días, este mismo caserío ya había sufrido un robo con fuerza. En esa ocasión, los ladrones entraron en la casa forzando una ventana. El o los delincuentes sustrajeron una televisión. Agentes de inspecciones oculares estuvieron en la vivienda intentando extraer evidencias que ayudasen a descubrir al o los autores.

Los investigadores sospechan que ambos asaltos pueden estar relacionados. Es posible que durante el primer robo, los asaltantes vieran algo que les hiciera creer que podía haber dinero en la casa y regresaran a por él.

En agosto de 2009, una anciana de 83 años murió tras ser asaltado su caserío en Urduliz. Los cuatro ladrones, dos menores, que fueron detenidos, golpearon a la mujer y a su hermano y les robaron una importante cantidad de dinero en metálico.