Los últimos 579 positivos en Euskadi agudizan el riesgo de que la pandemia «se dispare»

Tres reuniones del LABI en una semana, un mensaje del lehendakari nada tranquilizador la noche de Reyes y los 579 casos positivos de coronavirus en las últimas horas -el dato más alto de todas las Navidades- son el presagio de que Euskadi se prepara para apretar más las medidas restrictivas ya en vigor con el objetivo de contener esa tercera ola en ciernes. El Gobierno de Iñigo Urkullu sigue dilatando el plazo para decidir si toma alguna decisión sobre las limitaciones actuales hasta el próximo lunes, pero mientras tanto lanza mensajes sobre la «extrema gravedad» de la situación que se atraviesa cuando todavía no se conoce el impacto real que las celebraciones y encuentros familiares de estos días tienen en la evolución epidemiológica. «El efecto de este periodo lo podemos sufrir a lo largo de todo este mes de enero, tal y como estamos viendo que ha comenzado a suceder en muchos países de nuestro entorno», constató el propio lehendakari en el mensaje difundido en su perfil de una red social la noche de Reyes. El riesgo, advierten desde Lehendakaritza, es que Euskadi parte ahora «de una meseta muy alta» y en los próximos cuatro o cinco días -cuando se materialice el 'efecto Navidad'- puede «dispararse».

El regalo recibido ayer en forma de nuevos positivos de coronavirus es el menos deseado pero el que se esperaba. Tanto aquí como en el resto de comunidades, algunas ya pensando en cierres drásticos otra vez de los servicios no esenciales y hasta en confinamientos domiciliarios, como pedirá hoy Castilla y León. En Euskadi, de momento, los responsables sanitarios y del comité asesor LABI, consultados ayer, no avanzan oficialmente qué opciones concretas pondrán sobre la mesa tanto en la reunión técnica de mañana viernes a las 11 horas como en la institucional del lunes, en principio, en la que está previsto -en función de los últimos datos que se registren-, que con Urkullu al frente se decidan y anuncien los cambios en las restricciones actuales.

Pero mirando a las restricciones del pasado noviembre y a las comunidades de alrededor, irán encaminadas a mayores restricciones de movilidad con confinamientos perimetrales por territorios o por municipios, sobre todo en los más afectados que se sitúen en zona roja -ahora en Gipuzkoa hay tres con más de 5.000 habitantes y diez pequeños con una tasa superior a 500-, o a más limitaciones de horarios y aforos en actividades hosteleras, comerciales o no esenciales.

Los días festivos de las últimas semanas han trastocado por completo el ritmo de las pruebas realizadas y, con ello, los casos positivos que se han detectado. Desde que el 15 de diciembre se sumaron 582 positivos, la cifra ha oscilado. En las últimas dos semanas se contabiliza un mínimo de 226 casos el día 27 de diciembre, un pico de 517 tres días después, otro bajón a 302 positivos el 2 de enero hasta volver a los 579 de ayer. Unos dientes de sierra que han frenado hasta ahora a los responsables de Salud a la hora de confirmar si la tercera ola que se temía en enero ya está encima, y por lo que han pospuesto hasta el fin de Navidad modificaciones urgentes de las medidas en vigor. Estas medidas, como el confinamiento perimetral de Euskadi, el toque de queda a las 22.00 o el cierre de la hostelería a las 20 horas, con muy restrictivas si se comparan con otras comunidades que ahora las han endurecido. Pero el Gobierno Vasco también permitió alguna ventana de flexibilización sobre todo en la primera semana de Navidad que ahora están bajo revisión.

La cuesta de enero puede hacerse más empinada a partir de hoy, una vez finalizadas las fiestas, y regularizado el testeo entre la población, con números de cribado prenavideños. Ayer se realizaron en Euskadi 10.042 pruebas, el doble que en días precedentes. Y el resultado fue de 579 casos nuevos, un 5,8% de tasa de positividad. En Gipuzkoa, en las últimas horas se sumaron 210 positivos, 304 en Bizkaia, 60 en Álava y cinco proceden de fuera de Euskadi.

En los hospitales, la situación se mantiene estable. Hay 71 personas atendidas en las UCI vascas, cuatro menos que la víspera, y ayer se registraron 48 nuevos ingresos en planta. Es un escenario de nivel 3, el mismo que atraviesa Euskadi respecto a la transmisión del virus, pero con el riesgo de que se tensione más, ya que tanto «los indicadores de tendencia como de reproductividad» se sitúan ya en nivel 4.

Esta expectativa es la que evidenció Urkullu en su mensaje. «Se ha constatado un claro estancamiento en la evolución positiva que se había experimentado desde noviembre», cuando se decretó el segundo estado de alarma y se volvió a confinar perimetralmente los municipios y cerrar la hostelería, entre otros. Y por eso habló de «evolución epidemiológica negativa y preocupante», que puede confirmarse en los próximos días y agravar esos escenarios pandémicos, y aumentar el número de hospitalizaciones, personas en UCI y fallecimientos -hizo la progresión el lehendakari-.

En su mensaje incidió en que no cabe relajación alguna porque el contexto sigue siendo «de incertidumbre y riesgo» pese a la llegada de la vacuna, sobre la que hoy su Ejecutivo dará cuenta más detallada tras semana y media de vacunaciones en las residencias vascas.