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Lunes, 3 de julio 2023, 08:28
Otra de las muchas indicaciones médicas que tienen las ondas de choque es la «ayuda a la cicatrización de úlceras, heridas y quemaduras que no terminan de curar». Así lo anuncia el Dr. Ramón Aranzabal, traumatólogo responsable de la Unidad de Ondas de Choque de Policlínica Gipuzkoa, advirtiendo de que el empleo de dicho tratamiento pasa por «tener un buen diagnóstico» previo.
Y es que las causas de una mala cicatrización son muchas y muy diversas, por lo que conviene estudiar y conocer a fondo «qué tipo de herida, úlcera o quemadura tenemos ahí y qué patologías padece el paciente». Un retraso en la cicatrización puede, por ejemplo, estar provocado por «problemas de diabetes, de cicatrización, de vascularización, etc.», siendo estas «patologías de base que favorecen un ambiente en el que no se cicatriza correctamente». Si fuera este el caso, «lo primero sería equilibrar, si está descompensado, al paciente, con los tratamientos pertinentes».
En caso de que el problema asociado haya sido tratado y equilibrado y que esa herida no termine de curar, el tratamiento con ondas de choque puede ayudarnos. «Lo que hacen es 'resetear' esa herida, mejorando la circulación, la vascularización, la angiogénesis… y atraer factores de crecimiento a la herida para que esa cicatrización que está parada vuelva a ponerse en marcha», explica el Dr. Aranzabal.
Dr. Ramón Aranzabal
Traumatólogo responsable de la Unidad de Ondas de Choque de Policlínica Gipuzkoa
Se trata de un tratamiento que consiste en aplicar dichas ondas, de la tipología «focales desfocalizadas» concretamente, «directamente sobre la herida, con una serie de capas de gel para que transmita y penetre bien». Además, no resulta doloroso puesto que «el empleo de bajas energías suele ser suficiente» para que estas úlceras, heridas y quemaduras crónicas «evolucionen bien». De hecho, el especialista afirma que «los resultados son espectaculares».
Además de indoloro, las ondas de choque son un tratamiento muy cómodo y de carácter ambulatorio por el que «el paciente viene a consulta, se le realiza el tratamiento y vuelve a casa», con una frecuencia de sesiones que suele oscilar «entre una o dos semanas» en las que «suele verse la mejoría poco a poco». Todo ello sin implicar ningún cambio: «No hay que interrumpir el régimen de curas ni cambiar nada. Tan solo se aplican las ondas de choque como estímulo para esa cicatrización».
En definitiva, las ondas de choque en el tratamiento de las úlceras, heridas y quemaduras que no cicatrizan «merecen la pena porque hablamos de pacientes que tienen que vivir con esos males crónicos meses y meses, con todo lo que ello supone y las complicaciones -infecciones, descompensaciones, etc.- que pueden acarrear».
Dirección Policlínica Gipuzkoa – Paseo Miramón, 174 (Donostia-San Sebastián)
Teléfonos 943 00 28 00 | 619 937 397
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