¿Por qué siempre estoy cansado? Descubriendo el hipotiroidismo
Ana Grandío de Fisiogenómica
Miércoles, 29 de octubre 2025
Contenido elaborado por: Fisiogenómica
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El hipotiroidismo constituye una de las alteraciones endocrinas más frecuentes a nivel mundial. Lo curioso es que, aunque afecta a millones de personas, muchos ni siquiera saben que lo padecen. El cansancio constante, el aumento de peso sin motivo o la sensación de frío que no se va pueden parecer simples detalles del día a día, pero detrás de ellos puede esconderse una tiroides que trabaja a medio gas.
¿Qué factores influyen en el desarrollo de la enfermedad?
La tiroides es una pieza más dentro de un sistema complejo donde todo está conectado: lo que comes, cómo está tu intestino, tus hormonas y hasta los minerales que consumes influyen en su equilibrio. Cuando la microbiota se altera, puede aumentar la inflamación y favorecer la aparición de enfermedades autoinmunes como la tiroiditis de Hashimoto. Nutrientes como el selenio, el zinc, el magnesio, el hierro y el yodo son esenciales para su funcionamiento, pero tanto el déficit como el exceso pueden pasar factura.
¿Cómo se clasifican los diferentes tipos de hipotiroidismo?
No todos los casos de hipotiroidismo son iguales ni se originan por las mismas causas. Conocer sus diferentes tipos ayuda a entender mejor qué está pasando en el cuerpo y cómo abordarlo de forma más precisa.
Diferentes tipos de hipotiroidismo
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Hipotiroidismo primario: se produce cuando la propia glándula tiroides no logra fabricar suficientes hormonas.
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Tiroiditis: inflamación de la glándula tiroides, a veces transitoria, que puede causar primero un exceso y luego una caída de las hormonas tiroideas. / Postparto / Autoinmune o de Hashimoto: el sistema inmunitario ataca por error a la tiroides, reduciendo su capacidad de producir hormonas. / Secundaria a infecciones: algunas infecciones por virus, bacterias u hongos pueden inflamar la tiroides y alterar su función.
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Hipotiroidismo de origen metabólico: cuando hay un aumento de los niveles de colesterol, triglicéridos, ácido úrico o glucosa en sangre, junto con la aparición de cansancio y facilidad para ganar peso.
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Hipotiroidismo asociado al estrés: el exceso de cortisol inhibe la conversión de la hormona T4 en su forma activa, la T3.
¿Cómo se manifiesta el hipotiroidismo en el cuerpo?
Cuando la tiroides no funciona como debería, el cuerpo empieza a dar señales: uñas frágiles y quebradizas, irritabilidad, cansancio, calambres y dolores musculares frecuentes, estreñimiento, tendinopatías, problemas articulares, fatiga mental, ciclos menstruales irregulares, sensación constante de frío, caída del cabello, ganancia de peso, entre otros.
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¿Sabías que la tiroides también controla el ritmo de la digestión? Cuando se altera, pueden surgir problemas como estreñimiento, digestión pesada o malabsorción de nutrientes. Además, la inflamación de la tiroides puede interferir en la producción de enzimas digestivas, alterando el proceso normal de la digestión.
¿Qué alimentos conviene limitar en caso de hipotiroidismo?
Algunos alimentos pueden dificultar el buen funcionamiento de la tiroides. Entre ellos:
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Alimentos ricos en goitrógenos: entre los más conocidos están las crucíferas como brócoli, coliflor, coles de Bruselas, berza, repollo, nabo o rábano. También la soja y sus derivados, así como ciertos cereales y semillas como mijo, lino o cáñamo. Cocinarlos bien ayuda a disfrutar de sus beneficios sin afectar la tiroides.
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Lácteos de origen animal
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Cafeína y té en exceso: pueden afectar la absorción de la medicación tiroidea.
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Sal yodada en exceso: aunque el yodo es esencial, su exceso puede desencadenar o empeorar la autoinmunidad tiroidea.
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Cloro, bromo y flúor: aunque parezcan inofensivos, estos elementos compiten con el yodo que la tiroides necesita para producir hormonas. Los podemos encontrar en productos de panadería, pastas dentales, pesticidas, etc.
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Gluten: en casos de tiroiditis de Hashimoto, evitar gluten puede ayudar a reducir la actividad autoinmune.
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Fritos, azúcar, ultraprocesados, embutidos grasos y harinas refinadas.
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Carne roja en exceso
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Alcohol
¿Qué alimentos favorecen el correcto funcionamiento de la tiroides?
¿Alguna vez pensaste que ciertos alimentos pueden darle un empujón a tu tiroides?. Comer los siguientes alimentos puede ayudarte a sentir más energía y bienestar cada día.
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Alimentos ricos en selenio: nueces de Brasil, marisco, pipas de girasol, huevos, etc.
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Alimentos ricos en omega-3: pescado azul, semillas de chía, aguacate, etc, que combaten la inflamación y apoyan el metabolismo.
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Alimentos ricos en zinc: pipas de calabaza, frutos secos, legumbres, etc.
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Hierbas y especias antiinflamatorias: cúrcuma, jengibre, canela, etc.
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Aceite de coco: puede ser un pequeño gran aliado para mantener tu tiroides activa y tu energía al máximo.
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Frutas: granada, frutos rojos, papaya, aguacate, entre otras. Cargadas de antioxidantes y vitaminas que protegen la tiroides y ayudan a combatir la inflamación.
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Alimentos ricos en yodo: alga kombu, ostras, bacalao, etc.
¿Qué suplementos ayudan a mantener una tiroides saludable?
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Selenio y zinc: ayudan a la conversión de T4 en T3, la forma activa de la hormona tiroidea.
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L-tirosina: es un aminoácido clave para la producción de hormonas tiroideas y neurotransmisores como dopamina, noradrenalina y adrenalina. Esto la convierte en un aliado especialmente útil cuando el estrés afecta a la función tiroidea.
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Ácidos grasos Omega-3 (EPA y DHA): el aceite de pescado puede ayudar a reducir la inflamación y favorecer la salud de la tiroides.
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Probióticos: la microbiota intestinal facilita la absorción y el aprovechamiento de minerales esenciales para la tiroides, como yodo, selenio, zinc y hierro.
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Vitamina D: ayuda a regular el sistema inmunológico.
¿Listo para recargar tu energía?
Redacción: Ana Grandío de Fisiogenómica
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