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La suspensión de los cribados de cáncer durante los peores meses de la pandemia y el aplazamiento de algunas cirugías oncológicas en diferentes picos de ... la crisis sanitaria tendrá un reflejo en el aumento de la mortalidad por esta enfermedad en los próximos años. Así lo reconoció este lunes en la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, en el Parlamento donde dijo que es posible que se observe un «impacto negativo» de la pandemia por Covid en la supervivencia de los pacientes con cáncer.
La primera ola de la pandemia, durante el primer semestre de 2020, arrasó con la actividad programada del Servicio Vasco de Salud y uno de esos sistemas afectados fue el de los cribados del cáncer. Según estimaciones llevadas a cabo por la propia Osakidetza, esa suspensión y el posterior retraso generó que se dejasen de detectar 1.695 tumores colorrectales y otros 202 de mama en Euskadi durante el primer año de la crisis sanitaria. Pero la pandemia no solo supuso la paralización temporal de estos sistemas de detección, también lo hizo «significativamente» con las citaciones. El volumen de personas que se sometió a estas pruebas en 2020 descendió de forma brusca con respecto a los ejercicios anteriores.
1.695 tumores colorrectales dejó de detectar Osakidetza en Euskadi durante el primer año de crisis sanitaria, además de otros 202 cánceres de mama.
51.930 mujeres menos acudieron en 2020 a los cribados de cáncer de mama llevados a cabo por el Servicio Vasco de Salud, pasando de las 124.961 de 2019 a las 73.031 de un año después.
57,7% cayó en un año el número de personas en los cribados de cáncer de colon tras la aparición del coronavirus. De los 192.000 pacientes de 2019 a los 81.097 de 2020.
27,9% es la tasa de mortalidad de los pacientes oncológicos actualmente en Euskadi. En el periodo 2011-2015 ese porcentaje era ligeramente superior, un 30,8%.
En el caso de las mamografías, en 2020 acudieron un 41,5% menos de mujeres a las citaciones que en el año precedente, pasando de 124.961 participantes de 2019 a las 73.031 de hace dos años. En el caso del colorrectal el descenso fue aún más acusado. En 2019 el número total de personas que tomaron parte en el cribado fue de 192.000 pacientes, la cifra más alta de los últimos cinco años. En el primer año tras la explosión del patógeno cayó hasta las 81.097 personas. En el caso de los cribados de cérvix, Osakidetza no se ha aventurado a dar cifras de cánceres no detectados. Lo que sí ha indicado es que el 30% de las 142.180 mujeres que tenían que haber recibido la invitación para esta prueba ni si quiera llegaron a ser citadas.
Gotzone Sagardui, sin embargo, confirmó este lunes durante su comparecencia ante la Comisión de Salud del Parlamento Vasco para informar, a petición de EH Bildu, sobre el nivel de cumplimiento del 'Plan Oncológico de Euskadi 2018-2023', que esas citaciones acumuladas durante meses ya se han retomado.
Sagardui subrayó también que la cirugía oncológica se ha mantenido «en la medida de lo posible» durante todos los meses de pandemia, adaptándola a la alta ocupación de las Unidades de cuidados Intensivos en los picos de las diferentes olas. Según detalló, ha sido necesario proceder a una «reorganización completa» de los servicios de radioterapia para adoptar medidas de protección que garantizasen la protección de los pacientes oncológicos frente a posibles contagios de Covid.
La consejera dejó claro también que en base a los datos con los que cuenta actualmente su departamento se ha detectado «un descenso significativo de las tasas de mortalidad» de las personas diagnosticadas con cáncer. Aunque esta patología es a día de hoy la principal causa de muerte en Euskadi, por delante de las enfermedades del aparato cardiovascular, ha pasado de provocar un 30,8% de fallecidos en el periodo comprendido entre los años 2011 y 2015 a un 27,9% hoy por hoy.
Al margen de la incidencia de la pandemia en la atención a los pacientes oncológicos, Gotzone Sagardui informó que Osakidetza está trabajando en la organización de los equipos de trabajo necesarios para completar el desarrollo del proyecto de protonterapia con el equipo donado por la Fundación Amancio Ortega, valorado en 28 millones de euros, y que, a falta de concretarse dónde se colocarán las máquinas exactamente, se implantará en las inmediaciones del edificio donostiarra de Onkologikoa y que potencialmente dará servicio a más de cuatro millones de personas, cubriendo las zonas de Euskadi, Navarra, La Rioja, Cantabria, Burgos y Soria.
Esta concesión, calificada como una «buena noticia» por la propia consejera, permitirá tratar ciertos tumores de forma «muy localizada y precisa». Asimismo, subrayó que el futuro de los tratamientos oncológicos «pasa por este tipo de terapias». Sagardui negó que la donación de Ortega fuera «caridad», como la califican Podemos y EH Bildu, ya que la sanidad vasca «no la necesita», pero sí agradeció el gesto al fundador de Inditex. Para acceder a los tratamientos de protonterapia, el Servicio Vasco de Salud aplicará los mismos criterios de «equidad e igualdad» que para cualquier otro servicio de la sanidad pública de Euskadi.
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