José María Eiros: «Respetar las medidas contra el Covid-19 reducirá los casos de gripe»

Para esta nueva campaña antigripal, el Servicio Vasco de Salud ha previsto 558.000 dosis de vacuna, lo que supone un total de 138.000 vacunas adicionales respecto a las entregadas a las organizaciones sanitarias vascas en la campaña de 2019.

- La campaña de vacunación antigripal comienza en tres semanas en un momento especialmente complejo en los hospitales por la afección del coronavirus SARS-coV-2. ¿Cómo deben encarar la situación los ciudadanos y los sistemas de salud? ¿Con preocupación? ¿Incertidumbre?

- Yo diría que debemos afrontarla con serenidad. Hay que ser realista y diseñar una logística plausible y que permita a la población que es subsidiaria de vacunarse acudir a los puntos de vacunación. Hay que garantizar que las dosis de vacunas estén disponibles en el tiempo que se ha pactado y habría que conseguir incrementar las prevalencias. Es decir, nos iría a todos mucho mejor subir las coberturas de vacunación contra la gripe.

- El objetivo del Servicio Vasco de Salud es vacunar contra la gripe al 75% de la población de riesgo. ¿Lo ve posible?

- Desde luego sería lo ideal. Hay que destacar que en la última década en España hemos pasado de un escenario en los años 2009-2010 en el que se administraban el 62% de las vacunas que debían ser puestas. Sin embargo, en la campaña antigripal de los años 2018-2019 superamos por poco el 50%. Es decir, hemos pasado casi de un tercio de cobertura a la mitad de lo debido y recomendable. Debemos tratar de revertir esa adherencia, volver a subir ese porcentaje de vacunación. Llegar al 75% sería perfecto, pero con que ganemos en cobertura hasta llegar al 60% y podamos recuperar parte de lo perdido en la última década me daría por satisfecho. Sería una muy buena noticia para todos. Debemos recordar que vacunarse es un acto solidario con otras personas.

- ¿Cómo se puede aumentar esa cobertura? ¿Cuál debe ser la estrategia para atraer a los ciudadanos de los grupos diana reacios a vacunarse?

- En primer lugar, lo que debe saber la ciudadanía es que las vacunas son una de las medidas más eficientes en salud que se han diseñado jamás. Segundo, son muy seguras a pesar de lo que se pueda creer. Bien es verdad que su eficiencia no es del 100%, eso también hay que contarlo. No garantiza siempre el no padecimiento de una enfermedad infecciosa. Y por último, no hay nada más transparente que los sistemas de monitorización en la post-comercialización de las vacunas. Y me refiero a la labor de los centros de fármaco vigilancia que existen, entre ellos, los vascos que son de primer nivel. Estos centros y sus profesionales reportan información si aparecen efectos adversos en las vacunas y hacen frente a los bulos en relación a este tema. Considero que el ámbito de la vacunología hay que cuidarlo especialmente.

- Los sistemas de salud de Europa se fijan todos los años en lo que sucede en el hemisferio sur para marcar sus protocolos contra la gripe. ¿Qué saben de lo sucedido este año?

- La temporada de gripe ha sido allí moderada. Ha habido una cocirculación de H1N1 y H3N2 y se han propagado los dos linajes de virus B. Pero ha circulado en diferente proporción en el hemisferio sur, que es muy grande. No es lo mismo lo que ha sucedido en Chile o Argentina o lo que ha pasado en Australia o Sudáfrica.

- ¿Ha habido cocirculación entre la gripe y el Covid-19?

- Sí, pero también de forma desigual en los diferentes países. El Covid-19 ha cocirculado con la gripe de forma muy habitual en Australia y en menor medida en otros países donde la gripe ha tenido menos actividad.

- Hábleme de lo sucedido en Australia.

- El sistema de mortalidad australiano ha reflejado una caída del 90% en las muertes por gripe, y este es un dato muy importante. El 31 de agosto concluía el invierno australiano y se ha vivido una experiencia de gripe inusualmente benigna. Registraron 4 decenas de muertos frente a las 430 del año anterior. Es una muy buena noticia para nosotros, aunque hay que tener en cuenta que en Australia las medidas que han impuesto para luchar contra el Covid-19 han sido muy restrictivas. Podemos ser optimista y tener razones para pensar que si mantenemos las medidas de distancia social, el uso de la mascarilla, el lavado de manos, no frecuentamos locales poco ventilados y somos cuidadosos en el ocio nos puede ir bien.

- Es decir, respetando las medidas de prevención para la transmisión del coronavirus podemos evitar la transmisión de la gripe. ¿Es así?

- Exacto. Hay un beneficio añadido claro en mantener las medidas de prevención que tenemos para frenar la transmisión del Covid-19, que es la reducción de la incidencia de la gripe. Es decir, mantener esas recomendaciones que nos hacen las instituciones sanitarias puede repercutir de manera muy positiva en la reducción de la transmisión de los virus de la gripe. En el caso de Australia, es sorprendentemente bajo el número de casos de gripe que ha notificado este invierno en comparación de los años anteriores. Teniendo, eso sí, un índice de vacunación cercano al 70%.

- Una vacunación que este año, más si cabe, es vital respalden los sanitarios, uno de los grandes retos de Osakidetza.

- Desde luego. Los sanitarios deberíamos ser ejemplares en la adherencia en la vacunación antigripal. Por eso es muy importante conocer que hay mecanismos de incentivación de muchos tipos y mecanismos de formación. No deberíamos ser un colectivo reticente, debemos ser proactivos.

- Dice que es importante afrontar la posible cocirculación del gripe y Covid-19 con serenidad. A nivel asistencial, sin embargo, la situación podría llegar a ser compleja si la transmisión de ambos virus se propaga sin control. ¿Los sistemas de salud qué pautas deben tener claras para evitar colapsos?

- Sin ser un experto en la materia, sí se me ocurren tres ideas muy importantes. Primero, diseñar campañas de comunicación e información que sean robustas e inteligibles por la población diana. Dos, arbitrar los mecanismos de administración real de la vacuna y tres, arbitrar también mecanismos de monitorización y seguimiento de la adherencia de las personas.

- ¿Cómo de posible es volver a padecer, como ha sucedido a lo largo de la historia en varias ocasiones, otra pandemia producida por la gripe?

- Hasta donde tenemos memoria y documentación, desde el año 1500, la humanidad va archivando la existencia de pandemias provocadas por la gripe. Las que tenemos más monitorizadas son las 4 últimas, la asiática, la rusa, la mal llamada española de 1918 y las del año 2009, la gripe A, gripe H1N1 o gripe porcina. Estos sistemas de monitorización de las pandemias gripales han llevado al mundo científico, a la propia Organización Mundial de la Salud y otros organismo, a establecer la preparación de planes pandémicos. Bien es verdad que la inmensa mayoría de la humanidad desconoce que hay profesionales trabajando en la respuesta a una gripe pandémica pero eso nos ha permitido obtener información de cara a monitorizar una epidemia como esta que no es de la gripe, es por un nuevo coronavirus SARS-coV-2, pero que tiene aspectos muy comunes. Entre ellos, el fundamental, la propia transmisión respiratoria por proximidad. Ese control ofrece un gran beneficio a la humanidad.