«Estamos psiquiatrizando situaciones de la vida cotidiana como el duelo o que te deje la pareja»
Más de 1.500 expertos en salud mental se dan cita esta semana en Donostia para compartir experiencias y avances profesionales
Donostia será esta semana la capital de la salud mental. Más de 1.500 expertos se darán cita del jueves al sábado en la capital ... guipuzcoana con motivo del XXVII Congreso Nacional de Psiquiatría para compartir experiencias y prácticas profesionales, conocer los últimos avances en materia de investigación en enfermedades como la esquizofrenia, el trastorno bipolar, la depresión o el trastorno de la personalidad. Marina Díaz Marsá, presidenta del comité científico de este congreso y vicepresidenta de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (Sepsm), aboga por dejar atrás el «paternalismo» en el abordaje de estos trastornos y «centrar la atención en el paciente con decisiones compartidas, explicándoles los tratamientos mediante el respeto a su autonomía y a su libertad individual»,
– ¿Existe todavía mucho desconocimiento en torno a la salud mental?
– Todavía existe mucho desconocimiento, sí. La psiquiatría ha avanzado mucho en los últimos 30 años, hemos identificado marcadores biológicos, se ha avanzado en los tratamientos médicos, tanto farmacológicos como psicoterapéuticos, se ha entendido la necesidad de la intervención precoz para evitar cronicidad y para evitar situaciones disfuncionales. Hay que tener un mensaje optimista de que la psiquiatría ha avanzado, que contamos con tratamientos eficaces y que el objetivo es la integración plena sociolaboral del entorno mental.
- La salud mental forma parte ya de nuestras conversaciones. ¿Qué ha pasado para que sea así?
– Con la pandemia se logró sacar el tema de la salud mental del armario. Diferentes personas reconocidas y de prestigio hablaron de sus problemas de salud mental y ello ha hecho entender que una de cada cuatro personas puede tener un trastorno en algún momento de su vida. Esa elevada prevalencia hace que sea un motivo de discusión y de diálogo, y que las personas hablen más de salud mental.
«Tras la pandemia hay más trastornos mentales pero también tenemos más herramientas para identificar los problemas»
– ¿Tras la pandemia ha habido una escalada de casos de problemas de salud mental o es que ahora contamos con más herramientas para ponerle nombre a eso que sentimos?
– Ambas cosas. Por una parte, la población identifica más el malestar emocional, que eso no quiere decir que tenga una enfermedad psiquiátrica. Hay que entender que en la vida hay situaciones emocionales adaptativas, adversas, que pueden solucionarse con tiempo y que no implican un tratamiento. Pero también es verdad que la prevalencia de trastornos como los depresivos o de ansiedad han aumentado, probablemente por un ritmo de vida más acelerado o con más exigencia.
– ¿De dónde surge un problema de salud mental, es algo biológico o influye también el contexto en el que vivimos?
– Las enfermedades psiquiátricas tienen un origen biopsicosocial. Es decir, existe una vulnerabilidad biológica y genética que condiciona al individuo a tener enfermedades mentales y sobre esta vulnerabilidad biológica intervienen factores ambientales, psicológicos y sociales. Una persona con poca vulnerabilidad biológica y muchos factores estresantes puede dar lugar a tener una enfermedad mental. Por el contrario, alguien con mucha carga biológica y menos factores estresantes también puede sufrir una enfermedad mental.
– ¿Qué es tener una buena salud mental?
– La buena salud mental implica poder enfrentar los retos que el entorno te da y, de alguna manera, te permite una relación sana contigo mismo y con los demás y te hace funcionante. En la enfermedad mental, al final, aparte de la sintomatología clínica que definen los trastornos mentales, está el aspecto de la disfuncionalidad. El individuo no puede tener una vida normal secundaria a esa sintomatología. Alguien que tiene una buena salud mental tiene una buena relación consigo mismo, tiene una buena relación con los otros y tiene un proyecto de vida y herramientas para ir llevando a cabo ese proyecto vital.
– Por cierto, ¿tenemos que hablar de trastornos mentales o de enfermedades mentales?
– Son términos absolutamente sinónimos. En algún momento las personas con enfermedad o trastorno mental preferían la denominación de trastorno porque le parecía algo menos estigmatizante. La verdad es que para mí son dos términos absolutamente aceptables porque todos podemos ser enfermos de cualquier cosa en algún momento de nuestra vida.
«La enfermedad psiquiátrica tiene un componente biológico y genético, y otro ambiental a partes iguales»
– ¿Las redes sociales son un caldo de cultivo para que florezcan estos problemas?
– Absolutamente. Ya hemos visto que un mal uso de las redes sociales puede predisponer al padecimiento de determinados trastornos mentales, fundamentalmente de conducta alimentaria o impulsivos. Generan unas expectativas que son falsas para los jóvenes, alteran las horas del sueño, conducen al aislamiento porque no se basa en relaciones interpersonales reales, impide tolerar el posponer la gratificación y genera una baja autoestima.
– Acudir a psicoterapia está dejando ya de ser un tabú y casi se recomienda de manera indiscriminada. ¿De verdad es necesario que vayamos todos a terapia?
– Si hay algo que te hace sufrir especialmente y que te dificulta la relación contigo y con los otros, es bueno ir a psicoterapia. Si esto lo puedes solucionar con una charla con los amigos, no tendría sentido. ¿Por qué no? El ser humano no es perfecto y puede tener alguna dificultad en algún área de su vida, y desde las técnicas psicoterapéuticas con evidencia científica se puede recuperar esta dificultad.
– ¿Es clasista la salud mental en cuanto a que solo se puede permitir ir a terapia alguien que puede pagar 70 euros por sesión?
– El objetivo es que no lo sea. Desde la atención pública se está haciendo un esfuerzo por implementar modalidades psicoterapéuticas, muchas veces grupales, para intentar llegar a más gente con el resultado de que la asistencia psicoterapéutica se pueda generalizar a todo el mundo que la requiere. El problema es que en España contamos con un número de psiquiatras y psicólogos inferior a la media europea. A veces nos es difícil desde la sanidad pública dar respuesta mediante las técnicas psicoterapéuticas y hay un sesgo de que efectivamente algunas personas con un poder socioeconómico mayor podrán acudir a una psicoterapia privada que desde la pública no se puede ofrecer.
«Nuestro objetivo es que la asistencia psicoterapéutica no sea clasista y se pueda generalizar a todo el mundo que la requiera»
– ¿Por eso España es el país donde más psicofármacos se consumen?
– Porque la mayoría de la prescripción se hace en Atención Primaria, ya que debido a esa falta de psiquiatras y psicólogos, la lista de espera para los centros de salud mental es grande, oscila entre cinco meses y a veces un año. Otro aspecto también es la psiquiatrización de la vida cotidiana. Quizá tenemos una sociedad un poco más frágil a nivel mental o se están psiquiatrizando situaciones que no deberían psiquiatrizarse, como los duelos o que te deje la pareja. Tendríamos que tener herramientas para solucionar la no utilización de fármacos.
– ¿Un problema de salud mental se puede llegar a curar al 100% o se aprende a vivir con él?
– Se puede curar al 100%. Hay diferentes enfermedades mentales que tienen una remisión total de los síntomas y se puede vivir sin tener un trastorno mental, aunque con antecedentes de haberlo tenido es verdad que eres más vulnerable. Pero se puede conseguir una funcionalidad y una integración plena sociolaboral.
Un foro abierto para acabar con los estigmas de los trastornos mentales
Como todos los años, el Congreso Nacional de Psiquiatría ha organizado un acto para el público general. Se trata de un foro social, previo a las tres jornadas de contenido científico, en el que se quiere acercar a la ciudadanía el mundo de la psiquiatría y la salud mental creando un espacio de intercambio de experiencias con el objetivo de contribuir a la desestigmatización de los problemas mentales. La cita es este miércoles 16 a las 19.15 horas en la sala 10 del Kursaal con asistencia libre y gratuita hasta completar aforo. El foro constará de una mesa redonda en la que intervendrán Ignacio José Subijana, presidente del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV); Mikel Chillida, director de desarrollo de Chillida Leku; Agustín Erkizia, de la asociación de personas afectadas por el suicidio de un ser querido (Biziraun) y Mikel Merino, agente de apoyo mutuo de la asociación guipuzcoana de familiares y personas con problemas de salud (Agifes) y miembro del comité en primera persona de la Federación de Euskadi de Asociaciones de Familiares y Personas con Enfermedad Mental (Fedeafes). La jornada estará moderada por Ángela Ibáñez Cuadrado, jefa de Servicio de Psiquiatría del Hospital Ramón y Cajal de Madrid y miembro del comité científico del Congreso; y la psiquiatra Marina Díaz Marsá.
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