El piscólogo y experto en prevención de la conducta suicida, Francisco Villar.
Psicólogo clínico

Francisco Villar: «Las pantallas son la causa del incremento del suicidio entre los menores»

El experto en prevención de la conducta suicida en menores asegura que la mejor intervención para prevenirlo es limitar el acceso a los móviles y las redes sociales

Patricia Rodríguez

San Sebastián

Domingo, 26 de octubre 2025

Su diagnóstico es claro. Las pantallas tienen «toda» la 'culpa' del incremento de las conductas suicidas entre los jóvenes, según advierte Francisco Villar, psicólogo clínico y coordinador del programa de atención a la conducta suicida del menor en el Hospital San Joan de Déu de Barcelona, que observa como ahora «los chavales vienen con una actitud muchísimo más pasiva» y con unas «tentativas mucho más graves que antes». Este pasado sábado dio una charla en el encuentro de Altxa Burua celebrado en Eibar.

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– ¿Qué está pasando para que un menor piense en acabar con su vida?

– Lo que está pasando hoy es lo mismo que pasaba siempre. Una persona acaba pensando en acabar con su vida bajo una historia de dolor, de desesperanza, de desvinculación. Lo que ha cambiado mucho son las condiciones de la vida. Con estos niveles de satisfacción vital que tienen, de desvinculación, de habilidades para poder afrontar la vida, se ha puesto bastante más difícil y es por esto que estamos viendo la realidad que tenemos.

– ¿Cuál es esa realidad?

– Por un lado, hemos visto que ha habido un incremento muy importante en los recursos de todo tipo, ya sea la conciencia social, planes de prevención, formación de profesionales... pero de forma paralela y progresiva se ha incrementado la problemática. Nosotros, en 2013, atendíamos 250 episodios de conducta de suicidio en las urgencias de nuestro hospital, y hace ya 4-5 años que estamos superando los 1.000.

– ¿Comparten un perfil?

– Son chicos, sobre todo de entre 14 y 15 años, expuestos a unas situaciones de violencia a las que antes no estaban expuestos, situaciones que incrementan mucho el dolor y un vaciado de las habilidades de poder enfrentar la vida. Chicos mucho más desregulados, impulsivos, con una calidad de los vínculos con los otros deteriorada en pro de una mayor conexión, según dicen ellos. Y hay una exposición a unos contenidos también pro-suicidio que tampoco habíamos visto nunca antes. Si un adolescente dice que se encuentra triste en TikTok, en dos segundos está expuesto a todo este tipo de información. Hoy en día las principales líneas de propagación de la conducta suicida son chicos de 12, 13 años que sin la capacidad de saber la gravedad de lo que están haciendo se ponen a compartir una autolesión, por ejemplo.

– Ya hay estudios que asocian la alta adicción a las pantallas con ideas suicidas. A su juicio, ¿cuánto de culpa tienen los móviles, las redes sociales, en el suicidio?

– Del incremento y de la falta de mejora después de todos los esfuerzos que hemos hecho en relación a la prevención, toda. El mismo uso de las pantallas, no ya el sobreúso, está directamente relacionado.Porque no olvidemos que todo el tiempo que está un chico delante de una pantalla, está fuera de la vida.

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– ¿Estamos perdiendo habilidades para poder gestionar determinadas situaciones?

– Un ejemplo muy gráfico: un niño pide algo y su padre no se lo compra. Es una oportunidad para entrenar la tolerancia a la frustración, la gestión emocional, los tiempos de espera... para que esto se acabe traduciendo en beneficios en la adolescencia especialmente, pero también en la vida adulta. Si todas estas oportunidades las bloqueas con una pantalla, sin espacio para el aburrimiento, estás incapacitando a tu hijo para que ponga en marcha sus mecanismos de proyección, de imaginación, de narración...

– ¿Qué le cuentan los chavales en la consulta? ¿Cómo llegan?

– Vienen con una actitud muchísimo más pasiva, y diciendo 'hoy me encuentro mal, quítame esto'. Y vienen con unas tentativas mucho más graves que antes porque también tienen toda la información de cuáles son los elementos domésticos que generan las mayores consecuencias. Ya no tenemos a chicos que acuden por ingestas medicamentosas de valeriana. Ahora están mucho más informados de qué cosas son hepatotóxicas.

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– ¿En estas conversaciones sale a relucir la interferencia con las pantallas?

– Sale directamente con los focos de malestar, por ejemplo, chicos sometidos al ciberacoso; chicos a los que les está acosando un señor de 50 años que se hizo pasar por un chico de 15 años y que le va pidiendo fotos cada vez más subidas de tono; chicos que han tenido un conflicto en el colegio y que en principio ahí quedó pero que luego cogen el móvil y están humillándolos en redes sociales... Pero nosotros hemos decidido como adultos exponer a nuestros chicos a estas situaciones que no deberían de estar asumiendo. Si tenemos a chicos que no duermen por las noches, por lo tanto no pueden aprender, pero tampoco pueden estar regulados emocionalmente y no pueden sentirse bien es directamente atribuible a las pantallas. Y todas estas situaciones nos las podemos ahorrar.

– Como experto en prevención de la conducta suicida, ¿cómo ha vivido el suicidio de la joven sevillana Sandra Peña?

– Cuando estás dedicado a la prevención del suicidio tantos años, lo he vivido como un fracaso personal y un fracaso social.

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– ¿Cree que la mejor intervención para prevenir el suicidio es limitar este acceso a las pantallas?

– Hoy en día, sí.

– ¿Habría que retrasar la edad de entrega del primer móvil?

– Si los estudios nos dicen que si en vez de dárselo a los 16 se les da a los 18 su calidad de vida mejora, yo soy de ofrecer vida. Además, retrasar las cosas no es demonizarlas. Nosotros no demonizamos la democracia porque no dejamos votar hasta los 18, no demonizamos el trabajo porque no dejamos trabajar hasta los 18.

– ¿Falta una mayor regulación?

– Los gobiernos ya se están moviendo pero no nos engañemos, la media de edad de entrega de los móviles está por debajo de los 11 años. También hay niños de esa edad con WhatsApp, por lo que la ley española no les está protegiendo. Con todos los mensajes de educación, con las recomendaciones de los pediatras y con los levantamientos familiares, como el de ayer, no hay ninguna forma de entender que un menor de 16 años tenga un teléfono móvil en propiedad. Los chavales entre 14 y 15 años son especialmente vulnerables. La mayoría de los casos de tentativas se dan a esas edades.

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– ¿La solución a todo esto?

– Nunca lo hemos tenido tan fácil, no tenemos que quemar contenedores, ni hacer una asignación económica. ¿Tu hijo te ha pedido un móvil? No se lo compres. No hagas nada e imita a aquellos que hacen bien las cosas, a los más inteligentes del mundo.

– Hay quienes dirán que sus hijos, sin móvil, se pueden sentir excluidos de sus amigos.

– Si los que están viviendo en Silicon Valley, tan tranquilos, no les dan un móvil a sus hijos, quiere decir que no hay ningún peligro de que el tuyo se quede fuera del mundo, de que no tenga habilidades digitales el día de mañana.

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