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La nutricionista Sandra Moñino. IG

Sandra Moñino, nutricionista, sobre las tostadas con mantequilla: «Es igual de saludable que el aceite de oliva»

Esta experta en nutrición integrativa analiza las propiedades de la mantequilla, en contraposición con la margarina

X. G.

Domingo, 18 de mayo 2025, 13:30

La eterna pregunta que nos asalta a la hora del desayuno: ¿es realmente saludable la tostada con mantequilla? Una reconocida experta en nutrición ha puesto fin al debate, arrojando luz sobre este popular producto y desmitificando algunas creencias. Sandra Moñino (conocida como @nutricionat_ en las redes sociales), nutricionista y autora del libro 'Adiós a la inflamación', aborda esta cuestión en el podcast 'Con jengibre y limón', que presenta junto a la periodista María Pérez. Su conclusión es clara: la mantequilla sí puede ser una opción saludable, pero con matices importantes y una distinción fundamental: la margarina no.

Según Moñino, especializada en alimentación para evitar la inflamación, la margarina «es una grasa que no es saludable». Explica que, a diferencia de la mantequilla, la margarina «normalmente lleva aceite de girasol, de palma, de colza o de nabina, que no son buenos para la salud». Así pues, la clave para identificar una mantequilla saludable, según la experta, está en su lista de ingredientes. Debe ser minimalista, idealmente conteniendo solo un elemento: «Mantequilla». Este es el criterio principal para elegir una mantequilla. Moñino incluso sugiere que si es «de cabra y oveja, pues muchísimo mejor».

Entonces, ¿cómo se compara una tostada con esta mantequilla frente a una con el aclamado aceite de oliva virgen extra? Para Moñino, pueden ser equiparables en términos de salubridad, siempre con una condición: «Entonces, una tostada con mantequilla es igual de saludable que una tostada, un aceite de oliva virgen. Esto si te sientan bien los lácteos». Reconoce que «hay personas que a lo mejor los lácteos le sientan mal».

Mantequilla y lácteos

Para aquellos que no toleran bien los lácteos de vaca, sugiere optar por mantequilla de cabra o de oveja. Si estas opciones son difíciles de encontrar, recomienda el Guí (Ghee), una mantequilla clarificada a la que se le elimina el sólido lácteo y el agua, quedando la «grasa pura» sin lactosa, y que «se ha puesto muy de moda».

Así, esta experta desmiente la idea de que las grasas sean perjudiciales, afirmando que no son el enemigo y son esenciales para nuestra salud. Explica que las grasas actúan como una «pegatina a los nutrientes», siendo cruciales para la absorción de vitaminas liposolubles como la A, D y E. La vitamina A, por ejemplo, es vital para la hidratación de las mucosas, incluyendo la ocular, la piel y la intestinal, y su absorción depende de la presencia de grasa. Se menciona que el hígado es un alimento que también lleva mucha vitamina A y es muy rico en hierro y zinc.

Aceite de oliva virgen, mejor que mantequilla

Al hablar de grasas saludables específicas más allá de la mantequilla, se destaca en primer lugar el aceite de oliva virgen extra. Es considerado uno de los mejores. Se recomienda que sea «virgen extra» porque la extracción es «pura en frío», y se aconseja no calentarlo mucho a alta temperatura para que no pierda propiedades, sugiriendo incluso añadirlo después de cocinar. Las aceitunas también son consideradas «muy buen alimento», pero se advierte de evitar las que llevan glutamato monosódico por ser inflamatorio.

Otros tipos de grasas beneficiosas que menciona la nutricionista incluyen el coco en cualquier versión (fresco, rallado, deshidratado) y su agua, que ayuda a la recuperación de electrolitos e hidrata muchísimo. El aguacate es otra «de las grasas más más beneficiosas que hay», rico en antioxidantes y que normalmente no se somete a calor, lo que preserva sus propiedades. Los frutos secos en general son «maravillosos». Sobre los frutos secos, aconseja la opción al natural, siempre evitando los fritos y el exceso de sal refinada.

Finalmente, el pescado azul, sobre todo los más pequeños como sardinas, caballas y melva, es una de las «mejores grasas» por su alto contenido en Omega-3, que tiene un «efecto antiinflamatorio». Se diferencia del Omega-6 (presente en muchos alimentos como cereales y frutos secos), que es necesario, pero un desequilibrio con exceso de Omega-6 «genera proceso inflamatorio». Por ello, se debe priorizar el consumo de alimentos ricos en omega-3. En contraste, el aceite de girasol no es tan recomendable debido a su alto contenido en Omega-6 y poca estabilidad al calor.

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