Euskadi investiga en 3.500 pacientes cómo tratar los síntomas del Covid persistente

Una enfermedad que se calcula sufre el 10% de la población contagiada y que provoca que una vez superada la afectación aguda, principalmente respiratoria, no consiguen recuperar su estado vital previo al padecer alteraciones neurológicas, vasculares o cardíacas entre otras. En estos casos, los síntomas persisten más allá de las 12 semanas del inicio de sus síntomas por Covid-19. En multitud de casos, las afecciones que deja este patógeno en estas personas se alargan durante meses.

Conocedores de esta situación, tanto los responsables del Departamento vasco de Salud como de Osakidetza han establecido líneas de actuación en los entornos asistencial e investigador para tratar de ofrecer soluciones a estos enfermos. En relación al segundo ámbito de actuación, en Euskadi se están llevando a cabo varios proyectos de investigación relacionados con la prevalencia de síntomas, pronósticos, tratamiento y calidad de vida de las personas que presentan sintomatología semanas o meses después de haber superado la infección por Covid-19. Estos estudios se encuentran integrados en las distintas redes nacionales e internacionales de investigación.

En dichos proyectos están participando cerca de 100 investigadores pertenecientes a los tres institutos de investigación sanitaria, Biodonostia, Bioaraba y Biocruces, en colaboración con otros agentes de la Red Vasca de Ciencia y Tecnología como CICbioGUNE, Tecnalia y la UPV-EHU.

Los proyectos de investigación en los que se está trabajando son cinco. Para empezar, los investigadores vascos están tratando de identificar marcadores biológicos de pronóstico en base al análisis de las muestras biológicas recogidas de pacientes con Covid-19 persistente y depositadas en el Biobanco vasco. Por otra parte, se está averiguando qué secuelas neurológicas deja a largo plazo la enfermedad en base a diferentes analíticas, estudios neuropsicológicos y análisis de imagen mediante inteligencia artificial con el fin de definir mejores protocolos de intervención o neuroprotección de pacientes, que permitan prevenir o paliar los efectos neurológicos secundarios a la infección por SARS-coV-2.

Además, se está realizando un estudio de cohorte con cerca de 3.5000 pacientes ingresados por el virus desde 2020, en los que se realiza el seguimiento de los síntomas persistentes que hayan podido tener o desarrollar durante los dos años tras su ingreso, para desarrollar herramientas de predicción de persistencia de síntomas a medio y largo plazo. Por último, se estudian también las alteraciones en la microbiota intestinal de los pacientes producidas por la infección y su relación con los trastornos digestivos y se trabaja en la comprensión del impacto en la salud y a nivel social de las personas con Covid-19 persistente y diseño de programas de salud que mejoren su asistencia sanitaria.

Sobre estos proyectos, de los que informa Salud en una respuesta parlamentaria, se deja claro que «aún es pronto para conocer resultados».

Estos proyectos en los que trabajan un centenar de profesionales sanitarios tienen el objetivo de ofrecer soluciones médicas a los pacientes que sufren el Covid persistente. Porque, como señalan desde el Servicio Vasco de Salud, «el seguimiento clínico que se está realizando a estas personas muestran diferentes alteraciones y síntomas, generalmente inmunitarios y digestivos, que en su gran mayoría están progresando lentamente hacia la mejoría y que será necesario volver a valorar con el paso del tiempo».

El tratamiento desde Osakidetza hasta la fecha con estos enfermos ha sido «garantizar en todo momento» la asistencia de pacientes en «todas las diferentes consultas de Atención Primaria y/o hospitalaria en las que su problema puede ser valorado y evaluado con el fin de llegar a un diagnóstico lo más ajustado posible». Partiendo de la base de que el Covid-19 es una enfermedad «respiratoria de inicio» y que en la gran mayoría de los casos «sus síntomas remiten y/o desaparecen» con el paso de las semanas, «conocemos ya que tiene aspectos sistémicos asociados a la afectación endotelial en cualquier sistema del organismo y se están describiendo alteraciones varias» provocadas por el SARS-coV-2. Modificaciones médicas que están provocando afecciones neurológicas, neurovegetativas, neuroendocrinas, secuelas pulmonares en la ventilación, con cambios intersticiales y del intercambio gaseoso, alteraciones vasculares y cardíacas, según consta en el informe del Departamento de Salud.