La demora en la vacunación de los veinteañeros hace que Euskadi acumule ya 80.000 citas libres

El avance de la vacunación fue, junto con los datos de evolución epidemiológica, uno de los factores que se tuvieron en cuenta en la mesa de trabajo del LABI técnico celebrada ayer y presidida por el lehendakari, Iñigo Urkullu, en la que se decidió prorrogar las medidas en vigor al menos una semana más «para consolidar la tendencia descendente de todos los indicadores», ya que según alertó Sagardui, «la mejoría todavía es insuficiente en cuanto a la presión asistencial», que sigue siendo elevada con 331 personas ingresadas en los hospitales vascos, de las cuales 256 están en planta y 75 en las UCI.

Recordó en este sentido la «importancia de mantenerse alerta y cumplir con las medidas de prevención», ya que «este virus, sobre todo la variante Delta, nos ha demostrado que sabe entrar por cualquier resquicio y propagarse rápidamente».

La resistencia de muchos jóvenes a interrumpir las vacaciones para recibir la inyección, además de las cancelaciones de un «número importante» de personas en la franja de edad de 20 a 29 años que se han contagiado en la quinta ola, está provocando que se acumulen cada vez más huecos libres en el calendario, por lo que la consejera pidió por activa y por pasiva que la ciudadanía reserve cita «cuanto antes. Seguimos teniendo agenda disponible para quien quiera vacunarse», insistió.

A pesar de todo, aseguró que el ritmo de vacunación en Euskadi sigue siendo «satisfactorio» y consideró que «deberían aumentar las cifras» de cobertura de población vacunada, que en estos momentos alcanza el 82,4% de los mayores de 12 años con una dosis (1.630.794 millones de vascos) y el 73,9% con la pauta completa (1.463.104 millones). La vacunación no avanza lo ágil que se desearía, por ello, desde Osakidetza se ha realizado un envío masivo de SMS a las personas de entre 16 y 39 años «a modo recordatorio para que pidan cita de la vacuna contra el Covid-19 quienes aún no la hayan solicitado». Además, desde que la semana pasada Euskadi anunciara que el periodo de vacunación ha descendido de los seis a los dos meses para quienes hayan sido contagiadas por el virus, se han enviado 40.000 mensajes de texto a estas personas. También a este colectivo realizó un «llamamiento especial» para que soliciten cita a través de la web. «Es una cuestión de solidaridad», remarcó Sagardui, al igual que lo hizo a comienzos de agosto, cuando anunció que había 22.000 citas libres. La siguiente semana aumentaron hasta las 57.000 y en estos momentos superan las 80.000.

Preguntada por la respuesta de los más jóvenes al llamamiento a la vacunación, valoró que ha sido «muy buena» hasta el momento y «alcanzaremos los niveles de satisfacción que ya tenemos en los demás grupos de edad». Los vascos de entre 12 y 15 años «todavía siguen solicitando cita y hay un gran número pendiente de recibir la vacuna» pero valoró que «la respuesta ha sido buena y creemos que se ha entendido la importancia que tiene que toda la población escolarizada pueda iniciar el curso en septiembre ante una infección covid-19 lo más inmunizada posible».

En estos momentos, el 32,4% de los menores entre 12 a 15 años ha recibido la primera dosis; entre el grupo de 16 a 19 años, algo más de la mitad (el 55,8%) y entre la franja de 20 a 29 años, el 59%, esto es, todavía cuatro de cada 10 veinteañeros no ha recibido ni el primer pinchazo. Sin embargo, la consejera de Salud achacó estos porcentajes a los «hábitos estivales», que han «condicionado el ritmo de vacunación».

El pasado lunes, Euskadi recibió 78.390 dosis de Pfizer y está previsto que mañana lleguen 105.400 de Moderna, según anunció. Una vez más, reiteró que Osakidetza «está preparada para administrar todas las dosis que llegan». De hecho, «en pocos días» se alcanzarán las 3.000.000 de dosis administradas desde que se comenzó la campaña de vacunación el pasado 27 de diciembre, «sin duda, la mayor que se ha puesto en práctica nunca. Y seguimos adelante», dijo. Ahora que hay vacunas y manos, falta ciudadanía para vacunar.

La consejera no dudó en destacar los «efectos positivos que tiene vacunarse para el cuidado de la salud individual y colectiva». Aseguró que solo el 0,5% de la población vacunada se ha reinfectado e incidió en la «labor pedagógica» que deben hacer desde las instituciones en este sentido. Al no haber «instrumento jurídico que permita la vacunación obligatoria, en nuestras manos lo que queda es que llegue al mayor número de personas posibles para que consigamos cuanto antes unos mayores índices de vacunación», afirmó Sagardui.

No pasó por alto el número de personas que están ingresadas en las UCI vascas y que no están inmunizadas, más o menos el 65%. A su entender, ese porcentaje demuestra «la efectividad» de la vacuna «para protegernos y para que, en caso de ser contagiados, lo pasemos con menos sintomatología».

La consejera defendió enérgicamente la «importancia de que nos dotemos de la mayor de las defensas que están en nuestras manos en estos momentos, que es la vacuna, y lo hagamos por nosotros y por los demás».

También volvió a recordar que la edad no significa un desarrollo de la enfermedad menor» e hizo hincapié en que la media de los pacientes que se encuentran en las UCI ha ido disminuyendo a medida que ha avanzado la pandemia. En estos momentos es de 54 años, «pero también hay pacientes de menor edad, bastante más jóvenes» como ya indicó hace unos días el jefe del servicio en el Hospital Donostia, y constató que las personas que además tienen patologías previas tienen más posibilidades de «tener complicaciones a lo largo del contagio del Covid-19».

La consejera de Salud también remarcó que «aun sabiendo que la vacuna no es cien por cien infalible, hay que acompañarla con las medidas de prevención que todos conocemos», como son el uso de la mascarilla, la distancia interpersonal y evitar aglomeraciones de personas.

Illunbe fue ayer buen ejemplo del desacelerón que ha sufrido este mes la campaña de vacunación en Euskadi. Si bien es cierto que el goteo de jóvenes fue constante, la imagen de la gran afluencia de gente rodeando todo el centro de inoculación donostiarra que hace tiempo tenía acostumbrados a enfermeros y enfermeras no se repetía ayer. El donostiarra Joanes Badies explicaba que a él le coincidió la cita de vacunación «entre vacaciones y vacaciones» y que gracias a eso no ha tenido que posponerla. «La semana que viene me voy a Cataluña y la verdad que viajo más seguro así. Mis padres ya estaban vacunados y conmigo, a falta de la segunda vacuna, estamos todos inoculados al completo». Este joven, que no ha pasado el covid, suspira al señalar que la vacunación «es un alivio porque al final estás en contacto con mucha gente que no es tu círculo cercano».

Unos aprovechan sus vacaciones para ir a la playa, salir de fiesta o realizar cualquier otra actividad de ocio. Otras, como Gianna Grosso, aprovechan su periodo de descanso para ayudar. Esta joven argentina ha vuelto de su voluntariado en unas colonias de Gautena (Asociación Guipuzcoana de Autismo), en las que las personas con trastorno del espectro del autismo desarrollan actividades de ocio y tiempo libre, para vacunarse. «Nosotros estamos en permanente contacto con personas dependientes y aunque estamos siempre con medidas estrictas, no estamos del todo tranquilos». Ahora, no obstante, Grosso admite que la inoculación, «aunque sea solo la primera» dosis, le tranquiliza. «Los usuarios sí que llevan tiempo ya estando vacunados, pero la verdad es que es una liberación recibir la primera inyección del suero. Ahora a contar los días para la segunda».

José Luis Mariño es gallego y vive en Donostia por trabajo. En lo que respecta a la campaña de vacunación, no duda: «Más vale prevenir que curar», insiste con un indudable acento gallego. Sin embargo, hay quienes prefieren posponer la cita, no hay más que echar un vistazo a los datos. «Es importante que nosotros, los jóvenes, también vengamos a recibir el pinchazo cuanto antes. Al final, somos los que más contacto social hacemos entre nuestros grupos de amigos», comentaba este joven, que aun así reconocía que «la gran mayoría respeta las medidas» y justificaba que «hay quienes todavía no pueden vacunarse por fechas o no lo hacen porque no se encuentra en su residencia por vacaciones. También es cierto que aunque intentes ser responsable, no estás encerrado en casa y menos en verano cuando hace mejor tiempo y todos queremos salir por ahí».

Aiora Urra apenas podía disimular ayer a la salida de Illunbe las ganas que tiene de irse de vacaciones. «Yo ya pasé el covid y ahora con el primer pinchazo me voy a Burgos protegidísima», comentaba con una sonrisa de oreja a oreja. Allí, en Burgos, le esperan la familia y amigos. Casi todas las personas de su entorno ya están vacunadas «y mis amigos del pueblo también han recibido algún pinchazo o han pasado el covid. O sea que nos vamos tranquilos». La donostiarra señalaba que tampoco se lo pensó dos veces a la hora de pedir cita, aunque reconoce que fueron sus padres quienes realizaron todos los trámites. «Cogimos la cita hace un mes, en cuanto me dejaron, porque sabía que una vez superada la enfermedad y con el primer pinchazo estaría mucho más segura y tranquila tanto para mis padres como para mí misma. La verdad que es otra tranquilidad. Hay que vacunarse».