El alza de positivos obliga a reforzar el personal en la unidad Covid del Hospital Donostia

Los ingresos en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) se han duplicado en apenas una semana en Euskadi, donde también ha crecido un 23% el número de personas que necesita atención en planta, que han pasado de 410 hace una semana a 504 el lunes. Si la tendencia se mantiene, el departamento vasco de Salud puede encontrarse ante el reto de encontrar nuevas enfermeras para atender a tanta gente, aseguran desde Satse. «En el momento en el que se tengan que abrir nuevas unidades por el número de ingresos veremos qué pasa», dicen, preocupados por la evolución de los positivos este verano.

Hace tiempo que desde el sindicato de enfermería alertan de esta problemática, que en los meses estivales se une a la escasa disponibilidad de las profesionales por las vacaciones de verano. Es más, esta misma semana Satse, a nivel estatal, ha advertido de que los hospitales se van a convertir en una «bomba de relojería» en julio y agosto por el alto número de infectados que está dejando esta séptima ola.

Después de más de dos años de crisis sanitaria, «los profesionales están saturados, exhaustos y sobrecargados» y la llegada de las nuevas subvariantes de ómicron, BA.4. y BA.5., no hace más que empeorar la situación. Desde el área que dirige Gotzone Sagardui ya han pedido a los mayores de 60 años que vuelvan a ponerse la mascarilla para evitar riesgos innecesarios en un momento en el que estas subvariantes han derivado en un incremento de la incidencia de un 91% en Euskadi en ese colectivo, considerado como el más vulnerable en estos momentos.

Mientras todos los indicadores suben, el único que ha bajado en la última semana es el relativo a los fallecimientos. En los últimos siete días se han contabilizado 22 muertes por Covid, ocho menos que en la semana anterior. En gran medida gracias a la vacuna, aunque todavía es demasiado pronto para asegurar que el incremento de ingresos no se va a ver reflejado en un aumento de defunciones. Los datos de las próximas semanas serán decisivos para conocer el comportamiento de las subvariantes BA.4. y BA.5, aunque todo apunta a que no son más graves.

Por ahora, la administración de la cuarta dosis de la vacuna está en el aire, al menos, en Gipuzkoa. Fuentes consultadas aseguran que «lo más probable es que se plantee su inoculación solo a grupos vulnerables en otoño», a la espera de cómo evoluciona el verano. En este sentido, la ministra de Sanidad, Carolina Darias, recordó ayer que por ahora solo se ha dado su visto bueno a la cuarta dosis en mayores de 80 años y usuarios de residencias, «falta acordar cuándo».