Euskadi desoye el mandato de Sanidad y mantendrá abierto el interior de los bares

La controversia surge a raíz de un nuevo semáforo de colores que obliga al cierre del interior de bares y restaurantes a partir de una incidencia acumulada del virus de 150 casos por 100.000 habitantes en los últimos 14 días. Y ahí es donde está una de los puntos de fricción, ya que de aplicarse este criterio, Euskadi -que cuenta con una tasa superior a los 210 casos- tendría que echar la persiana de sus locales de manera inmediata, algo que no contemplan ni el lehendakari, Iñigo Urkullu, ni el sector hostelero, aún «perplejo» por las nuevas restricciones propuestas desde Madrid, que califican de «incomprensibles».

El acuerdo, denominado 'Actuaciones de respuesta coordinada para el control de la transmisión de Covid-19' pretende homogeneizar mayoritariamente las restricciones referidas a la restauración y al ocio nocturno, para aplicar según el grado de incidencia de cada comunidad medidas con mayor o menor severidad. Así, el nuevo semáforo establece cuatro niveles de riesgo según la incidencia acumulada (IA) a 14 días que establece cuatro niveles: 0, con una IA de hasta 25; 1, hasta 50; 2, hasta 150; y 3, con más de 150. Por encima de ese límite no pueden abrir el interior de los locales ni tampoco celebrarse ningún evento multitudinario. Además, se establece la reapertura del ocio nocturno hasta las 3.00 horas, siempre dependiendo del nivel de incidencia.

Urkullu insistió ayer en que seguirán en vigor las medidas aprobadas en el LABI del pasado lunes durante, al menos, tres semanas y que después se producirá una evaluación de las mismas siempre «sobre el plan Bizi Berri. Un plan que fue consensuado y compartido con el Gobierno de España en primavera del pasado año y que ha resultado eficaz», al contrario de lo que ocurrió este miércoles en el Consejo Interritorial, un acuerdo «impuesto», en el que no participó Euskadi «ni en el debate ni en su votación. No es esta la actitud de gobernanza compartida ni colaborativa. Nosotros tenemos nuestras propias competencias y en este sentido reitero que tenemos una hoja de ruta», expresó.

Urkullu criticó «la estrategia sin rumbo» que está comprobando en las últimas semanas. «Pido orden y que se respeten las competencias de las comunidades», reclamó. A esto se agarran los hosteleros vascos, que «confían» en que «los niveles de autogobierno que tiene Euskadi permitan seguir rigiéndonos por los acuerdos que se adoptaron en la comunidad autónoma» y la postura que ha defendido Urkullu «es la que entendemos que tiene que aplicar la hostelería aquí, la apoyamos al 100%», afirma el secretario general de Hosteleria Gipuzkoa, Kino Martínez.

Se muestra «perplejo», ya como ciudadano, cuando «hace un mes Pedro Sánchez anunció el fin del estado de alarma diciendo que las comunidades autónomas tenían competencias suficientes para el control de la pandemia y ahora pone estas medidas en marcha, es totalmente incoherente», critica.

En el caso de que llegasen a entrar en vigor las restricciones que plantea el 'semáforo' aprobado en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS), «mucho peor que las del verano pasado», sus efectos «ahogarían» a un sector que comienza a ver la luz al final del túnel con el plan de desescalada actual. «Supondría un mazazo del que muchas empresas no se podrían recuperar. La gente está extenuada, anímica y económicamente y haber recuperado la actividad hasta las doce de la noche ha sido un logro. Ahora nos jugamos muchísimo. Esperamos ir acercándonos a esa normalidad a medida que se vaya controlando la pandemia, y se vayan ganando horas de actividad. Espero que antes de fin de verano podamos trabajar ocio nocturno» .

Para este sector reclama «un plan de apoyo específico». No entiende que aún no haya llegado «sabiendo que es el sector más afectado de toda la hostelería. Llevan 14 meses cerradas y siguen pagando sus impuestos».

De cualquier modo, según expresa Martínez, «no vamos a darle ninguna importancia a este semáforo», que supone un nuevo señalamiento a un sector como foco de los contagios, cuando «se ha demostrado claramente que el papel de la hostelería en lo que a brotes se refiere es totalmente marginal», destaca.