Isabel Álvarez y María Muñoz Caffarel, en el laboratorio que el grupo de cáncer de mama de Biodonostia tiene en Onkologikoa. Iñigo Royo
Día Muncial contra el Cáncer

«El conocimiento genético del cáncer está revolucionando la medicina de precisión»

Dos investigadoras de Biodonostia hablan sobre los avances en la lucha contra el cáncer, cuyo día mundial se celebró este sábado

Javier Guillenea

San Sebastián

Domingo, 5 de febrero 2023, 07:24

En laboratorios de todo el mundo, centenares de miles de investigadores trabajan sin cesar para tratar de encontrar una cura contra el cáncer. No es ... tarea sencilla porque su objetivo no es una enfermedad sino muchas. El cáncer, cuyo día mundial se celebró este sábado, tiene numerosas formas y varía de una persona a otra; es un enemigo con demasiadas cabezas, aunque cada vez son menos.

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Periódicamente surgen en los medios de comunicación noticias sobre tratamientos prometedores o avances contra algún tipo de cáncer. Los investigadores abren continuamente puertas que permiten conocer mejor la enfermedad y cada vez nos acercan más a la meta. Son noticias esperanzadoras, como la que el pasado mes de enero anunció que un grupo de científicos españoles había logrado describir un nuevo mecanismo de reparación de ADN que usan los tumores para escalar a los tratamientos contra el cáncer de hígado. O el hallazgo de una nueva combinación farmacológica que muestra eficacia en el cáncer de páncreas. O el descubrimiento en Biodonostia de un mecanismo que explica cómo las diferentes células de los tumores de mama se comunican entre sí.

Este descubrimiento ha sido publicado recientemente por el grupo de María Muñoz Caffarel, investigadora Ikerbasque y responsable, junto a la oncóloga Isabel Álvarez, del grupo de cáncer de mama de Biodonostia. «Antes nos imaginábamos el cáncer como una bola de células tumorales, pero es que hoy sabemos que hay otras muchas células que acompañan a ese tumor y que no tienen un papel pasivo, sino que son de alguna manera educadas por el tumor y pueden acabar contribuyendo a su progresión. En unos modelos de ratón, que luego lo validamos en muestras de pacientes, hemos intentado entender cómo las diferentes células tumorales hablan entre ellas a través de un idioma o unas señales que son las citoquinas», responde Caffarel cuando se le pide que explique en qué consiste el descubrimiento.

Es una de las investigaciones que ha llevado a cabo el grupo, que se formó el 1 de enero de 2022 y que desarrolla su actividad en Onkologikoa. «Se decidió que los equipos de investigación fueran coordinados por una persona clínica, que en este caso es Isabel, y por otra, que soy yo, que hace más investigación traslacional, que es el estudio de las enfermedades pensando en su aplicación», afirma Caffarel.

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«Lo he visto en directo»

En un pequeño despacho junto al laboratorio, las dos investigadoras hablan de su trabajo y de los avances en la lucha contra una enfermedad que afectó el año pasado a 280.100 personas en España. En los últimos 40 años la supervivencia de los pacientes con cáncer se ha duplicado y eso es algo que Isabel Álvarez ha experimentado en primera línea.

«Yo he vivido el cambio, lo he visto en directo. El más grande fue el de los tumores HER2. Cuando terminé la carrera universitaria, el HER2 era una cosa de laboratorio bastante desconocida. El desarrollo del conocimiento del cáncer que tiene esa característica y de los fármacos dirigidos hacia él ha cambiado de forma radical el tratamiento y la supervivencia del grupo de pacientes que tienen esa alteración», dice.

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«La investigación contra el cáncer es un muro que estamos construyendo entre todos; cada uno ponemos un ladrillo»

«Dentro de unos años veremos cómo cosas que ahora son investigación básica serán el pan nuestro de cada día»

«Hemos participado en ensayos potentes a nivel internacional», afirma Álvarez, que enumera algunos. «Ensayos en el uso de los taxanos en adyuvancia, de adyuvancia en HER2, en ensayos de inmunoterapia en enfermedad avanzada y también en enfermedad local. Ahora tenemos varios estudios en marcha, estamos pendientes de abrir uno de inmunoterapia y también tenemos ensayos abiertos de terapia HER2 y de hormonoterapia para el cáncer metastásico».

En el despacho hay varias hojas con dibujos de agradecimiento. Una de ellas lleva el membrete de la Asociación Española contra el Cáncer. «La relación con los pacientes es estrecha y eso es muy bonito», asegura Caffarel. «La asociación Katxalin ha hecho este año una contribución económica y también estamos en contacto con la Asociación de pacientes de cáncer de mama metastásico».

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«Se está mejorando muchísimo. Yo me imagino la investigación contra el cáncer como un muro que estamos construyendo entre todos y cada uno pone un ladrillo», afirma Caffarel. Una de las piezas que trata de aportar Biodonostia a ese gran muro está basada en las inmunoterapias. «A raíz del conocimiento de los mecanismos por los cuales las células malignas se escapan al control inmune y crecen, se ha ido desarrollando la inmunoterapia en diferentes tumores y en algunos ha tenido un éxito muy importante. De hecho, ha cambiado de forma radical la manera en la que se tratan. Los ejemplos más importantes son el melanoma y un tipo de cáncer de pulmón», señala Álvarez.

«Estamos intentando mejorar la eficacia de la inmunoterapia en cáncer de mama porque creemos que va a ser una de las terapias más importantes en los próximos años. En el laboratorio queremos conocer por qué a veces no funciona y por qué en algunos pacientes que sí parece que responden al tratamiento la respuesta es limitada en el tiempo», explica Caffarel. «En el tratamiento de los cánceres estamos viviendo un cambio de paradigma. Una de las grandes revoluciones ha sido toda la parte del conocimiento genético del cáncer y de las vías moleculares. Esto está llevando a lo que se llama medicina de precisión, es decir, buscar los tratamientos en función de la alteración de cada tumor, porque las alteraciones no solo cambian de un cáncer de estómago a uno de mama, por ejemplo, sino que dentro de un cáncer de mama o de pulmón hay subtipos y alteraciones muy diferentes que hacen que lo que sirve para un paciente no valga para otro», añade Álvarez.

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Es una lucha dura y compleja. «Hay esperanza, aunque para eso es necesario investigar», coinciden las dos especialistas, que advierten sobre «los mensajes que a veces se lanzan desde los medios de comunicación». «No hay que crear falsas expectativas ni decir cuando se consigue algo que hemos curado el cáncer», dice Álvarez. Pero el futuro aguarda y no es oscuro. «Dentro de unos años veremos cómo cosas que ahora están en la parte más básica de investigación serán el pan nuestro de cada día, la rutina», asegura.

Amaia Cipitria | Bioingeniería en Regeneración y Cáncer

«¿Por qué se duermen algunas células tumorales y qué las despierta?»

Contra el Cáncer en Gipuzkoa ha destinado desde 2016 más de cuatro millones de euros a diferentes proyectos de investigación como inmunoterapia, linfomas, colangiocarcinoma o próstata, entre otros. En 2022 ha concedido ayudas a los investigadores de Biodonostia Amaia Cipitria, Marcos Arauzo y María Hernández, que detallan en estas páginas los proyectos en los que están trabajando. El de la investigadora Ikerbasque y jefa del grupo de Bioingeniería en regeneración y cáncer de Biodonostia, Amaia Cipitria, tiene un nombre sugerente: 'La metástasis invisible. ¿Cómo se duermen las células cancerosas metastásicas y qué las hace despertar?». Para tratar de contestar a esta pregunta en los próximos tres años, Contra el Cáncer en Gipuzkoa le ha concedido una ayuda de 299.525 euros. «Después de un tratamiento aparentemente exitoso, los pacientes de cáncer pueden reanudar su vida normal, pero a veces el cáncer puede reaparecer en forma de metástasis y en otros órganos incluso años después de ese diagnóstico inicial. Esto es debido a que puede haber algunas células tumorales que evaden el tratamiento y sobreviven dormidas o latentes durante años», explica Cipitria. Para saber cómo entran las células metastásicas en estado de latencia y qué las hace despertar, su grupo diseñará matrices de bioingeniería en 3D, con y sin vasos sanguíneos artificiales, para imitar el entorno en el que residen las células durmientes. «Esperamos encontrar formas de atacar a las células cancerosas latentes o a su entorno para eliminarlas o evitar que se despierten», dice Cipitria. La investigadora de Biodonostia sostiene que la fase de latencia del cáncer, o cuando es asintomático, «es un campo totalmente desconocido y, sin embargo, es una ventana de oportunidad. Es ahí donde todavía estamos a tiempo para retrasar o prevenir la metástasis. Es algo que a mí me parece fascinante».

Marcos Arauzo | Biología Computacional y Biomedicina de Sistemas

«Los datos están abriendo la puerta de muchas investigaciones»

Marcos Arauzo es ingeniero industrial especializado en automática y electrónica, y vive rodeado de datos. «He dedicado toda mi carrera científica a aplicar mis conocimientos en modelado de sistemas e inteligencia artificial para comprender procesos biológicos complejos, primero en ingeniería metabólica en sistemas unicelulares y luego en reprogramación celular», dice. Los datos son la materia prima con la que lleva a cabo su labor profesional y con la que trata de aportar su grano de arena en la lucha contra el cáncer. «Están siendo la puerta de muchas investigaciones», asegura. Contra el Cáncer en Gipuzkoa le ha concedido una ayuda de 180.000 euros para un proyecto con el que pretende mejorar la atención personalizada de pacientes de glioblastoma mediante inteligencia artificial e inmunómica. Esta cantidad ha sido providencial, ya que le ha permitido obtener financiación adicional del instituto Carlos III y de la Unión Europea. El glioblastoma es un tipo de cáncer agresivo que se genera en el cerebro o la médula espinal. «La supervivencia media es de menos de quince meses», explica Arauzo. Pero alrededor de un 20% de los enfermos mejoran y son estos los que le pueden proporcionar al investigador de Biomagune la información que necesita. «Estamos cogiendo muchos datos únicos de 300 pacientes de varios países y los estamos integrando con datos clínicos. Las inmunoterapias funcionan bastante bien en algunos cánceres, pero el cerebro tiene defensas especiales que impiden que este tipo de terapias funcionen». El objetivo de Arauzo es «comprender los mecanismos moleculares» por los que la terapia funciona mejor en algunas personas. «Es un enfoque novedoso para guiar las intervenciones personalizadas que mejoran la calidad de vida y la atención de los pacientes», explica.

María Hernández | Estudiante de Biología y Bioquímica Molecular

«Hay muchos factores que intervienen en esta enfermedad»

Ala donostiarra María Hernández siempre le ha interesado la investigación sobre el cáncer. «Es algo que siempre me ha atraído», dice. Recuerda que «durante la carrera el cáncer a veces aparecía en algunas asignaturas como una curiosidad», como un ejemplo para explicar otras cosas, pero ella quería profundizar más y pronto se puso a buscar un grupo que investigara en un ámbito concreto en el que está especialmente interesada: el cáncer de mama. Hernández tiene 22 años y está pendiente de entregar el Trabajo de Fin de Grado de Bioquímica y Biología Molecular de la UPV. En 2022, Contra el Cáncer en Gipuzkoa le concedió una ayuda de 1.107 euros dentro de su programa de prácticas de laboratorio de verano. No es una cantidad exorbitante, pero siempre sirve de acicate para emprender una carrera en un mundo como el de la ciencia, lleno de incertidumbres. Está empezando y no le importaría ser ella la que diera con una cura para el cáncer, aunque sabe que es un sueño lejano. «Yo estoy investigando una proteína, es algo muy pequeño entre todo lo que se está haciendo en el mundo, pero a veces piensas que es importante. Hay muchos factores que intervienen en esta enfermedad, pero nunca hay que perder la motivación». Las prácticas de verano las realizó en el laboratorio de María Caffarel, en Onkologikoa. Allí, participó en un estudio sobre la implicación de las citoquinas pro-inflamatorias en la efectividad de la inmunoterapia aplicada al cáncer de mama. «Obtuve resultados prometedores», afirma. En la actualidad, investiga en el mismo laboratorio una proteína llamada VAV3 para ver si tiene un impacto en la resistencia a la terapia endrocrina en un tipo de cáncer de mama llamado de estrógeno positivo. «Si vemos que sí que tiene impacto, puede funcionar para combatir esta resistencia en algunos pacientes».

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