Azúcar y demencia

Recientemente la Universidad de Boston ha publicado un alarmante estudio donde afirma que el consumo de bebidas azucaradas acelera el envejecimiento del cerebro. Asegura que las personas que consumen este tipo de bebidas son más propensas a tener peor memoria y además el tamaño de su cerebro es más pequeño. El estudio muestra además que las personas que consumen refrescos de manera diaria tienen casi tres veces más de posibilidades de sufrir un derrame cerebral y el triple de posibilidades de desarrollar demencia.

«Nuestros hallazgos indican una relación entre una mayor ingesta de bebidas azucaradas y la atrofia cerebral, incluyendo menor volumen cerebral y memoria más pobre», asegura el científico Mattew Pase, miembro del departamento de neurología de BUSM (Boston University School of Medicine).

«También encontramos que las personas que beben diariamente bebidas azucaradas tienen casi tres veces más probabilidades de desarrollar un accidente cerebrovascular y demencia. Esto incluye un mayor riesgo de accidente cerebrovascular isquémico, donde los vasos sanguíneos en el cerebro se obstruyen y demencia de la enfermedad de Alzheimer, la forma más común de demencia», declara Pase.

El estudio incide en lo perjudicial que resultan las bebidas azucaradas de manera artificial en el organismo e indican que están directamente relacionadas con un mayor riesgo de padecer dolencias cardiometabólicas, lo que aumenta el riesgo de enfermedades cerebrovasculares y demencia.

El doble del azúcar recomendado

A pesar de estos datos, mantener a raya el azúcar es difícil. El año pasado, la OCU ya alertó del alto consumo de azúcar en la población. Los españoles toman de media unos 94 gramos al día. Una cantidad que duplica los 50 gramos recomendados por la OMS para una dieta de 2,000 calorías. Si traducimos esta medida a cucharadas, no se deberían superar las 12 cucharillas de café.

Con todo esto resulta fundamental reducir el consumo de azúcar libre, es decir los azúcares añadidos a los alimentos y los azúcares presentes de forma natural en la miel, los siropes y los zumos de frutas.