Euskadi aporta 1.500 donantes de médula en un año al registro mundial
Errenteria acoge el fin de semana una reunión de autocaravanistas que, a raíz de la enfermedad de un compañero, quieren promover la donación
ANE URDANGARIN
Viernes, 27 de enero 2017, 08:14
La ola solidaria que se ha generado en torno a un vecino de Errenteria que precisa de un trasplante de médula ósea se visibilizará este fin de semana en una concentración de más de medio centenar de autocaravanas con el objetivo de concienciar y promover la donación de este tejido, que puede salvar la vida de enfermos que luchan contra la leucemia, mieloma o linfomas, entre otras dolencias. Un grupo de autocaravanistas se movilizó tras conocer el caso su compañero y acudió al Hospital Universitario Donostia (HUD), desde donde les han ayudado a canalizar su generosidad. «A raíz de un caso concreto, sus amigos han organizado una campaña para conseguir más donantes. Es algo muy bonito y de agradecer», reconoce Lucía Elósegui, coordinadora de trasplantes del centro sanitario. Para mañana han organizado una charla abierta al público con profesionales del hospital, que explicarán y aclararán dudas acerca de la donación.
Publicidad
-
donantes vascos
-
hay inscritos en el Registro Español de Médula Ósea. En el registro mundial hay casi 29 millones de voluntarios apuntados.
-
Más información
-
uDónde llamar. Para informarse, hay que llamar a coordinación de trasplantes de Gipuzkoa, 943007000, o escribir a inodmo@osakidetza.net.
-
uRequisitos. Tener entre 18 y 55 años y ser una persona sana. A los interesados se les envía información sobre todo el proceso y se les aclaran dudas en una entrevista.
Elósegui recuerda que es «ilegal» realizar campañas con nombre y apellido de pacientes, ya que las donaciones son siempre «anónimas y altruistas» y se quiere preservar la equidad. Además, tampoco tiene sentido hacer campañas dirigidas: la probabilidad de que sus amigos sean compatibles es más que remota. «Por eso, las campañas han de dirigirse a animar a hacerse donante para el mundo, como en este caso». Porque no es fácil dar con ese ciudadano con el carné genético idéntico, o casi, al enfermo. De ahí que cuantos más inscritos haya en el registro de donantes, mejor. «Es una cuestión de diversidad genética. Esto va por genes y números y hay millones de combinaciones. Cuanta más gente apuntada, más probabilidades», explica la enfermera. En la actualidad, hay algo más de 28 millones de personas en ese registro mundial.
La Organización Nacional del Trasplante lanzó en 2013 un plan con el objetivo de duplicar de 100.000 a 200.00 la cifra de donantes para el 2016. Un año antes ya se había alcanzado la meta. Al País Vasco, por población, le correspondía aportar 1.200 nuevos donantes al año. El año pasado se inscribieron 1.500, «una cifra positiva», y ya hay 12.000 donante vascos registrados. Pero nunca es suficiente.
El HUD es el centro de referencia para todo Euskadi para la donación y trasplante de médula ósea. El año pasado se llevaron a cabo 60 trasplantes alogénicos, lo que significa que las células provienen de otra persona. 24 de los donantes eran familiares de los enfermos «y en 36 casos recibimos células del mundo, de Estados Unidos, Alemania, Inglaterra o Israel», cuenta Elósegui. Los precursores hematopoyéticos, es decir, la médula ósea que se extrajo a donantes vascos, fueron enviados a otras comunidades, a los Estados Unidos, Alemania o a Austria.
Según los últimos datos, el 93% de los enfermos que precisaba un trasplante encontró un donante compatible. La búsqueda se realiza primero en el entorno familiar, «donde suele localizar donante en el 25-30% de los casos». Si no es así, «nos ponemos en contacto con el Registro Español de Médula Ósea que gestiona la Fundación Carreras, para que empiecen la búsqueda del donante más compatible entre las personas inscritas en todo el mundo». Si resulta infructuosa, se vuelve a intentar cada semana para rastrear a los nuevos voluntarios.
Publicidad
En Euskadi, los ciudadanos que dan el paso de hacerse donante lo hacen muy bien informados. Hay quien se apunta motivado por algún caso cercano, «pero la mayoría viene sin conocer a nadie, porque es generosísima y quiere salvar vidas de gente que no conoce, algo maravilloso», destaca la coordinadora. Elósegui incide en la importancia de que se dé el paso con toda la información para que, llegado el momento, no haya negativas y ningún donante se eche atrás, con lo que eso supone para el enfermo.
Entrevista con voluntarios
El procedimiento que se sigue en Euskadi pasa primero por enviar información y el consentimiento informado a las personas interesadas, que generalmente suelen llamar previamente a la oficina de trasplantes (943007000) o escribir un mail (infodmo@osakidetza.net). En esa información se explica que para ser donante hay que tener entre 18-55 años y estar sano. También se describen las enfermedades o situaciones que excluyen para ser donante.
Publicidad
A continuación, se mantiene una entrevista con profesionales de coordinación de trasplantes, para aclarar dudas y en la que se explica lo que significa ser donante. «Siempre les digo que lo ideal es que si algún día reciben la llamada para donar se pongan contentos. Quizás nerviosos también, pero sobre todo contentos». ¿Y lo hacen? «Sí, porque la donación es preciosa. Se quedan con una sensación súper bonita». En esa entrevista se extrae una muestra de sangre a quienes deciden seguir adelante para que su carné genético quede registrado. Y a esperar la llamada que, en la mayoría de los casos, nunca llegará.
Se estima que 1 de cada 1.200 voluntarios vascos inscritos acaba finalmente donando. Cuando se produce esa llamada, la donación se programa para el mes siguiente, «no se hace corriendo». El proceso dura dos días. En el primero se hace un reconocimiento médico «para asegurarnos de que está perfectamente de salud». Si se observa cualquier mínima alteración, se suspende. «Nuestra prioridad es la seguridad del donante». La donación se puede realizar extrayendo estos progenitores de las crestas ilíacas, un procedimiento que se hace bajo anestesia general y requiere ingreso de 24 horas. Hay otra opción, que consiste en tomar una medicación para movilizar esas células, que se extraen mediante aféresis, como cuando se dona plasma y plaquetas. En este caso, dura una mañana. «La gente sale súper contenta. Muy alegre, les sube la autoestima: están dando vida a alguien que no conocen».
Publicidad
Suscríbete los 2 primeros meses gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión