Las personas ciegas reclaman que sus perros guía puedan acceder a todos los bares y restaurantes

Estos perros, apuntan, «aportan plena autonomía y seguridad en los desplazamientos al convertirse en sus ojos» de las personas con discapacidad visual. De ahí que reivindiquen este derecho para que los perros puedan acceder a todos los locales hosteleros de Euskadi.

Desde la ONCE recuerdan las leyes de cada comunidad autónoma «reconocen a las personas usuarias de perro guía el acceso a lugares públicos o de uso público como son los establecimientos de restauración». Un aspecto que, sin embargo, muchas veces es desconocido «y en ocasiones genera problemas a la persona ciega a la hora de disfrutar de plena autonomía en su vida diaria»

A nivel nacional, además, está prevista la aprobación de un nuevo Real Decreto que complementará la legislación autonómica en torno a este tipo de animales y sustituirá la normativa que hay ahora mismo en vigor (Real Decreto de 1983). Y es que la actual Ley de Bienestar Animal incluye la posibilidad de que el establecimiento prohíba la entrada de mascotas de forma expresa. Sin embargo, el nuevo texto «reforzará que los perros guías puedan acompañar a las personas ciegas, aunque haya una prohibición expresa de entrada de animales».

Además, la Fundación ONCE recuerda que este acceso «no puede conllevar ningún gasto adicional, ni quedar limitado por cupo alguno determinado por la concurrencia de otros animales de compañía». Igualmente, piden a la ciudadanía «que ayude a difundir y conocer este derecho a acceder, permanecer y disfrutar, en igualdad, de una cafetería o restaurante junto a su perro».

En la misma línea, también subrayan el derecho de estos perros guía a acceder al transporte (autobuses, taxis, VTC, metro, tren, barcos o aviones); espectáculos; centros de enseñanza, sanitarios, o religiosos; supermercados o establecimientos turísticos, entre otros. «Los únicos lugares a los que no tienen derecho de acceso son las zonas de manipulación de alimentos, un quirófano o sala de curas, una atracción de feria o de un parque de atracciones, y el agua de una piscina que no sea para perros», apuntan. El objetivo de todo ello es claro: la inclusión de las personas ciegas en la sociedad.