Amás de 4.000 metros de altura, en los Andes chilenos y argentinos, se encuentran unas extrañas formaciones de hielo que recuerdan a los capirotes ... de los cofrades de la Semana Santa, por lo que recibieron el nombre de «los penitentes». También hay 'penitentes' en el estado de Washington, en el monte Rainier, que se hizo famoso por el avistamiento de nueve ovnis que hizo el piloto Kenneth Arnold en 1947. Estos capirotes fueron descritos por primera vez por Charles Darwin en 1839. Los hay de diversos tamaños, algunos tan solo tienen unos centímetros de altura y otros llegan a los 5 m.
Están en zonas de muy difícil acceso, por lo que han sido muy poco estudiados. Ahora, 180 años después de que los describiera Darwin, ha habido una expedición para estudiarlos. Investigadores de la universidad de Boulder, en Colorado, han analizado los que hay cerca del volcán Lluillaillaco, en el desierto chileno de Atacama. La formación de estas extrañas figuras se debe a varias causas. Una de ellas es que en un clima tan seco como el desierto de Atacama y a más de 4.000 m de altura, cuando aumenta la temperatura, el hielo no se hace líquido, sino que se convierte en vapor de agua directamente. Además, hay unos fuertes vientos.
Los investigadores observaron unas manchas de color rojizo, que en otros entornos son signo de que hay algas. Llevaron muestras al laboratorio y, efectivamente, se trataba de algas y otros microorganismos. Según los investigadores, es la primera vez que se demuestra que en ese paisaje helado y desértico existe vida. Curiosamente, las algas encontradas son similares a otras algas de las nieves encontradas en ambientes alpinos y polares.
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