El «no San Fermín» de 2020 en Pamplona
La presidenta de Navarra y el alcalde de Pamplona llaman a que no haya actos paralelos y las peñas aseguran que no convocarán ni participarán en ninguna actividad que pueda provocar aglomeraciones de personas o situaciones de riesgo sanitario
sonia arrieta
Viernes, 26 de junio 2020, 16:14
Este año «no hay fiesta de San Fermín y no debería haber actos paralelos», así de tajantes se han mostrado este viernes la presidenta de Navarra y el alcalde de Pamplona. Ambos se han unido para hacer un llamamiento en ese sentido ante la pandemia de coronavirus que ha obligado a suspender la fiesta. Han instado a demostrar que «somos los mejores organizando fiestas y también no organizándolas». Las autoridades locales afirmaron el pasado mes de abril, cuando anunciaron de forma oficial la suspensión de la fiesta debido a la crisis saniaria por el Covid-19, que «en un contexto así no caben ni chupinazo, ni encierros ni Pobre de mí». «No va a haber San Fermín ni fiestas en Navarraa. Este año no toca», han zanjado la presidenta de la Comunidad Foral, María Chivite, y el regidor de la capital, Enrique Maya.
El carácter internacional de las fiestas de San Fermín va a hacer que personas de todo el mundo se fijen en lo que pase en la capital navarra de 6 al 14 de julio, han apuntado, por lo que Pamplona cuenta con una «oportunidad magnifica de contribuir al mensaje de prevención y conciencia social» ante la Covid-19.
El «no San Fermín» de 2020 en Pamplona se va a poner de manifiesto a través de medidas como la no ampliación del horario del transporte público o de los establecimientos de hostelería, ha indicado el alcalde de Pamplona, Enrique Maya. También ha anunciado que de manera preventiva se establecerá y controlará el aforo máximo en dos escenarios fundamentales de la fiesta, las plazas Consistorial y del Castillo. Se ha establecido un aforo máximo de 400 personas en la plaza Consistorial y de 3.675 personas en la del Castillo. Será en las horas previas a las 12 del mediodía del día 6 de julio, y durante el resto del día. A ello se sumará la prohibición de que los bares y restaurantes prolonguen su horario más allá de la hora establecida, al tratarse el día 6 de un día laborable, y la solicitud de evitar música sanferminera a todo volumen.
Ante la suspensión del chupinazo desde la fachada del Ayuntamiento, Pirotecnia Fiesta, la empresa que suministra el cohete del chupinazo y los fuegos artificiales del 'Pobre de mí', ha tenido una idea. Lanzar una réplica del cohete que no se va a tirar desde el balcón consistorial y así, que cada uno, lo disfrute en casa. Un cohete más trabajado, envuelto, con escudo de Pamplona, imagen de San Fermín a un precio de 12 euros. Lo sacan con carga de 25 gramos de pólvora o sin ella, por si alguien prefiere guardarlo como recuerdo de un año que tiene a todos tiritando.
Asimismo ante la previsión de una gran afluencia de personas al centro de la ciudad el día 6 de julio, el Ayuntamiento y Policía Municipal coordinarán un dispositivo policial y sanitario, en colaboración con otros cuerpos como Policía Foral, Policía Nacional y Guardia Civil, y con Cruz Roja y DYA, para evitar riesgos y aglomeraciones.
Pese al establecimiento de este dispositivo se insiste en que «no hay Sanfermines este año» y se apela a la responsabilidad de la ciudadanía para no celebrarlos. La presidenta de Navarra y el alcalde de Pamplona han valorado iniciativas como las de las peñas, que juegan un papel fundamental durante las fiestas, y algunos bares que han decidido no abrir esos días.
Cuestionado sobre la presencia de miembros de la Corporación en celebraciones religiosas previstas esos días, el alcalde de Pamplona, Enrique Maya, ha manifestado que son actos organizados por el arzobispado a los que los concejales pueden ir de forma voluntaria, pero «ni cuerpo de ciudad, ni trajes de gala».
La presidenta de Navarra, María Chivite, ha insistido en que «todos estamos expuestos al virus», que sigue activo como evidencian los brotes de los últimos días, y en ese sentido ha apelado a la «responsabilidad».
Por su parte, las peñas han anunciado que no convocarán ningún acto durante esas fechas ni participarán en ninguna actividad que pueda provocar aglomeraciones de personas o situaciones de riesgo sanitario. Por ello, no desfilarán con las pancartas, no habrá salidas de sus charangas y no abrirán sus sedes al público del 6 al 14 de julio y es que, según han asegurado, «la situación vivida, además de excepcional, ha sido lo suficientemente dura como para tomar cualquier decisión con calma, serenidad y responsabilidad, sin prisas y sin ansiedades».
Este año «no es posible celebrar los Sanfermines que nos gustarían», han reconocido, tras lo que han hecho un llamamiento a sus socios y a los ciudadanos en general a «actuar con responsabilidad, cautela y cordura, cumpliendo las normas y medidas establecidas para evitar la propagación del virus y nuevos rebrotes». Ha insistido en que «nuestras peñas no se van a abrir al público, no vamos a funcionar como un bar cualquiera».
Por último, propietarios de varios bares del centro de Pamplona han decidido por responsabilidad no abrir sus establecimientos durante las fechas de los Sanfermines -que han sido suspendidos por la pandemia de COVID-, sobre todo el 6 de julio, día del chupinazo, y el 7, festividad de San Fermín.
La primera suspensión de la fiesta en los dos últimos siglos por una pandemia
Las fiestas de los Sanfermines fueron suspendidas el pasado 21 de abril por el ayuntamiento de Pamplona ante el riesgo que representaba para los asistentes la Covid-19.En toda su historia, los Sanfermines han sufrido varias cancelaciones, pero esta es la primera vez en los dos últimos siglos que se adopta esta decisión a causa de la propagación de una enfermedad infecciosa. Ni el cólera ni la gripe española pudieron con las fiestas.
En 1978, cuando la Policía Armada irrumpió en la plaza de toros de Pamplona para disolver a unos jóvenes que pedían la libertad de los presos, hubo que decir adiós a las fiestas a partir del 8 de julio. En los enfrentamientos posteriores con 'los grises', Germán Rodríguez murió por un disparo en la frente. Más recientemente, el asesinato por ETA de Miguel Ángel Blanco obligó en1997 a que se ordenara un día de luto y que se prescindiera de las celebraciones previstas. Se trató sin embargo, de aboliciones parciales. Para encontrar una suspensión completa de los Sanfermines hay que remontarse a la Guerra Civil.
La suspensión supone un duro golpe económico a las arcas de la ciudad, que ve desaparecer una importante fuente de ingresos. Según la Asociación de Hostelería de Navarra, los 9 días de fiestas representan el 15% de la facturación anual del sector, que emplea a 18.000 personas.
En la presente edición, el consistorio había aprobado un presupuesto de tres millones de euros, que ahora se destinarán en parte a combatir los efectos de la pandemia.