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Pablo Cabezali ha acudido hasta el restaurante Arotxa en Legasa.
Pablo Cabezali acude a este asador, a una hora de San Sebastián, en busca de la mejor chuleta navarra: «Muy suave en cuanto al sabor, pero es una pieza que no...»

Pablo Cabezali acude a este asador, a una hora de San Sebastián, en busca de la mejor chuleta navarra: «Muy suave en cuanto al sabor, pero es una pieza que no...»

El influencer gastronómico compartió sus impresiones sobre el menú del asador, destacando algunos platos y ofreciendo una evaluación detallada

L. G.

Miércoles, 8 de enero 2025, 10:54

El reconocido influencer gastronómico Pablo Cabezali, conocido por sus exhaustiva reseñas, ha visitado el restaurante Arotxa en Legasa, Navarra, para degustar su afamada chuleta. En un viaje que le llevó casi una hora desde el País Vasco, el influencer compartió sus impresiones sobre el menú del asador, destacando algunos platos y ofreciendo una evaluación detallada.

Pablo Cabezali comenzó su experiencia con el foie gras casero, un plato que describió como una «barbaridad» y que le dejó gratamente impresionado. «Volvería solo por este plato», afirmó, mostrando su entusiasmo por esta propuesta. También destacó los pimientos del piquillo rellenos de hongos, que calificó de suaves y ligeros, y las manitas de cerdo deshuesadas, preparadas a la plancha, aunque sugirió que las migas podrían haber tenido más intensidad de sabor.

El plato principal, la famosa chuleta del restaurante, fue analizado minuciosamente. A pesar de destacar su ternura y la notable infiltración de grasa, Pablo Cabezali expresó ciertas reservas sobre la pieza. «Parece como si fuese un wagyu. La grasa no me va. Muy suave en cuanto al sabor, pero es una pieza que no... Es como que si la apretases, chorrearía». También comentó sobre la presentación del plato, señalando que personalmente la habría cambiado.

Dos postres: torrija y tarta de manzana

El influencer gastronómico concluyó su experiencia con dos postres: una torrija y una tarta de manzana. Mientras que la torrija le pareció jugosa y menos dulce de lo esperado, describió ambos postres como cumplidores pero no especialmente destacables.

En términos generales, Pablo Cabezali valoró positivamente su visita al Arotxa, destacando la tranquilidad del lugar, la calidad del servicio y la experiencia gastronómica en su conjunto. Con un coste total de 109,45 euros, consideró que la comida «desde luego, ha cumplido».

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