La nieve del Pirineo, en peligro
En 2050 la cadena montañosa perderá la mitad de su capa de nieve, según el informe anual del Observatorio del Cambio Climático de los Pirineos
La temporada de nieve ya está aquí. El puente de diciembre es sinónimo de nieve y poco a poco las estaciones van abriendo sus pistas, ... aunque las montañas no luzcan tan blancas como deberían según marca el calendario.
Esta situación no es nueva. La escasez de nieve lleva años repitiéndose y los expertos no se cansan de denunciar las graves consecuencias que el cambio climático está causando en los Pirineos.
El informe anual del Observatorio del Cambio Climático de los Pirineos revisa la situación del macizo en los últimos 50 años y anticipa la situación que se vivirá en los próximos 50. En su último documento las conclusiones son muy desalentadoras con la constatación de la subida de temperatura de 1,2º. Esta cifra se sitúa por encima del promedio del calentamiento global, que es de 0,85º.
Si la situación no se remedia, la temperatura seguirá subiendo. Las previsiones apuntan a que en 2030, en promedio para toda la zona pirenaica, la temperatura subirá entre 1º C y 2,7º C. En 2050, el calentamiento sería algo mayor: entre 2º C a 4º.
Con esta temperatura, el macizo debería perder la mitad de su capa de nieve para 2050, o incluso el 80% para finales de siglo. Además, el período de permanencia de la nieve en el suelo se reduciría en más de un mes.
El aumento de la temperatura también está afectando a la flora y la fauna de los Pirinieos. Ya que cambia el ciclo de vida de muchas plantas de alta montaña, así como modifica las interacciones entre especies.
Los 10 desafíos de los Pirineos frente al cambio climático
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1 Preparar a la población para los afrontar los extremos climáticos.
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2 Aumentar la seguridad frente a los riesgos naturales.
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3 Acompañar a los actores del territorio frente a la escasez hídrica y las sequías.
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4 Garantizar la calidad de las aguas superficiales y subterráneas.
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5 Mantener el atractivo turístico de los Pirineos.
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6 Hacer frente a los cambios en la productividad y calidad de los cultivos y aprovechar las oportunidades emergentes.
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7 Pever cambios irreversibles del paisaje.
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8 Considerar la posible pérdida de biodiversidad y los cambios en los ecosistemas.
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9 Adaptarse a los desequilibrios entre oferta y demanda.
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10 Hacer frente a la mayor difusión de enfermedades, plagas y especies invasoras.
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