Mundial de mus a 3.400 metros

La cita se celebró en Cuzco, uno de las ciudades más elevadas del el altiplano andino, donde vascos de la diáspora, y sus descendientes repartidos por muchos países americanos, pero también de Australia o Francia, se juntaron un año más para jugar al mus, pero también para compartir vivencias, ponerse al día y sentirse durante unos días más cerca de 'casa'. «Si algo nos caracteriza a los vascos es el profundo sentimiento de pertenencia que tenemos, lo mucho que nos gusta lo nuestro». Y uno de esos elementos de arraigo, por supuesto, es el mus.

El último 'órdago' lo ganaron los jugadores del Centro Vasco Arbola Bat de Argentina, que se impusieron a los navarros y lograron llevarse el trofeo tras 18 años. En el podio, estuvieron escoltados por México y Australia –los representantes navarros al final quedaron cuartos–.

Este campeonato organizado por la Euskal Etxea de Lima contó con 40 participantes, animados por 80 acompañantes que no se han clasificado para la final pero no quieren perderse este encuentro. Hasta la última fase llegan una delegación de cada país, después de competir a nivel local. La más veterana fue Benita Irisarri, de 92 años, que acudió desde Chile junto a su hijo y sus nietos.

El encuentro sirve para verse las caras entre quienes llevan años participando en el campeonato, pero también es una buena excusa para viajar y conocer otras ciudades, en este caso la preciosa Cuzco, que pese a estar a más de 3.000 metros de altitud, no desanimó a los asistentes, algunos de ellos de avanzada edad como Benita, para recorrer sus ruinas y templos incas. El grupo era bien visible, ya que iban ataviados con sus txapelas e ikurriñas, cuentan los organizadores de un campeonato, que contó con el apoyo de El Diario Vasco, Fournier y Grupo Kursaal Rehabilitaciones.

«El ambiente que se respiraba fue de una infinita confraternización, cariño y paz», describen, donde los asistentes compartieron «historias que parecen sacadas de de una película. Hay personas que son museos vivos de historia de Euskal Herria, que te pueden contar con la calma del que sabe qué sucedió hace mucho tiempo, cómo se fueron a Sudamérica en barco escapando de la miseria de posguerra o a pastorear a EE UU». Un encuentro que es mucho más que una partida de mus.