El motivo por el que darse un chapuzón en verano puede provocar dolencias de salud, sobre todo «dolores estomacales y de oído»
Un estudio realizado por la Universidad de Exeter (Reino Unido) determina que los bañistas podrían tener mayor probabilidad de sufrir enfermedades de oído y gastrointestinales en el mar
I. G. D.
Viernes, 4 de julio 2025, 18:55
Ocurre cada verano. Subimos al coche cargados de maletas y con la ilusión de encontrar un destino exótico y que, a ser posible, nos permita darnos un chapuzón en el agua. Llegar a la playa, dejar la toalla sobre la arena y correr al agua es casi un hábito estos meses estivales. Y aunque hay una gran cantidad de estudios que mencionan las ventajas que generan estos baños veraniegos, hay científicos que afirman que pueden aumentar la probabilidad de contraer algunas enfermedades.
Una investigación dirigida por la Facultad de Medicina de la Universidad de Exeter y realizada en colaboración con el Centro de Ecología e Hidrología de Reino Unido, afirma que la presencia de dolores estomacales y de oído son más comunes entre las personas que nadan en el mar frente a los que no entran al agua.
Los científicos británicos determinan que existe un 77% más de probabilidad de desarrollar una dolencia de oído y un 29% de desarrollar una estomacal si uno se mete en el agua que si no lo hace. Eso sí, aunque los datos que han recabado avalan esta conclusión, no han podido establecer una relación causal sólida, es decir, no han podido demostrar de forma satisfactoria que es el agua del mar la que provoca directamente estas enfermedades.
Bajo el título '¿Es seguro volver al agua? Una revisión sistemática y un metaanálisis del riesgo de contraer infecciones por exposición recreativa al agua del mar' los investigadores buscaban relacionar numerosas enfermedades con el baño en aguas naturales. Para ello, preguntaron a más de 120.000 personas en países como España, Grecia, Estados Unidos, Reino Unido, Australia, Dinamarca, entre otros.
Entre los motivos por los que darse un baño en el mar, en la investigación mencionan «la presencia de microorganismos infecciosos que proceden de aguas naturales contaminadas con materia fecal, las limitaciones en la vigilancia de calidad del agua y la naturaleza de las actividades acuáticas, que muchas veces implica un mayor contacto con el agua».
Entre las conclusiones finales del estudio destacan que «los hallazgos indican que los bañistas tienen un mayor riesgo de experimentar síntomas de enfermedad como afecciones de oído, enfermedades gastrointestinales y de cualquier enfermedad». Aunque esta información puede afectar a los bañistas, el Doctor Andrew Singer destaga que «este nuevo conocimiento es importante para orientar las políticas destinadas a reducir las fuentes de estos patógenos humanos».
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