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El mosquito del dengue vuelve a España

El mosquito del dengue vuelve a España

El 'aedes aegypti', un insecto portador de enfermedades tropicales, ha vuelto a España tras 78 años de ausencia. Se le ha visto por Fuerteventura, donde los expertos luchan para exterminarlo antes de que se extienda

JAVIER GUILLENEA

Martes, 19 de diciembre 2017

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Un vecino de una urbanización de Puerto del Rosario, en la isla de Fuerteventura, fue el que dio la alarma la pasada semana. Envió a los técnicos del sistema de vigilancia entomológica de Canarias la foto de un mosquito muerto que le había provocado picaduras más grandes de lo habitual para un insecto de los de toda la vida. El mosquito, por el contrario, era más pequeño de lo normal y tenía unas estéticas rayas blancas en cuerpo y patas. Cuando examinó la imagen, Basilio Valladares, director del Instituto Universitario de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias, supo lo que tenía ante él. «Fue una sorpresa, era un 'aedes aegiypti', transmisor de la fiebre amarilla, el zika, el dengue y la chikunguña». Es la primera vez en 78 años que se detecta la presencia de este insecto en España.

El descubrimiento justificaba ocho años de constante búsqueda, que es lo que hace el sistema de vigilancia entomológica desde su creación, en 2009. Cada diez días sus integrantes revisan las trampas instaladas en distintos puntos del archipiélago canario para comprobar si la invasión, hace años esperada, ha llegado. Por su situación geográfica, las islas están consideradas como una región con un elevado riesgo de introducción de mosquitos transmisores de enfermedades. Por ese motivo, además de la búsqueda incesante en puntos de cría, el Gobierno canario recuerda constantemente a la población que en caso de sufrir picaduras extrañas de insectos lo comuniquen al sistema de vigilancia.

Estas medidas han dado resultado y pueden contribuir a frenar la expansión del intruso. «Sabemos que está en una urbanización y creemos que no se ha extendido», afirma Valladares poco después de salir de una reunión de varias horas para elaborar un plan de lucha contra el recién llegado. De momento, las autoridades han delimitado un área de 500 metros cuadrados alrededor de la urbanización y han comenzado una minuciosa búsqueda de larvas y ejemplares adultos. «Sabemos que hay pocos porque nos está costando cogerlos con las trampas», asegura Valladares. El acto final del ataque contra los invasores será la fumigación de la zona afectada.

«Es una muy mala noticia. Puede ser un accidente o que ya estén establecidos. No sabemos qué va a pasar»

El 'aedes aegypti', también conocido como mosquito de patas blancas, es un pequeño pero agresivo insecto originario de África. Suele picar durante el día, principalmente a primera hora de la mañana y a última de la tarde, y elige para hacerlo los codos y los tobillos, que son sus partes favoritas del cuerpo humano. Atacan siempre que pueden a no más de 150 metros de su lugar de nacimiento y es difícil detectarlos porque se mueven cerca del suelo sin emitir zumbido alguno. Son insectos urbanos, ligados a la actividad humana, que se han adaptado a reproducirse en pequeños puntos de agua generados por el hombre.

El Gobierno de Canarias ha recordado que «la mera presencia del mosquito no supone que se esté produciendo transmisión» de enfermedades. Su picadura es muy molesta pero padecerla no va más allá de una fuerte reacción inflamatoria acompañada por un intenso escozor. Para que transmitan algún virus han tenido que succionar la sangre a una persona infectada. Es en ese momento, una vez contagiados ellos mismos, cuando se vuelven peligrosos.

En el paraíso

Acabar con ellos no es la única prioridad del sistema canario de vigilancia. Hace falta descubrir también cómo han llegado a Fuerteventura, que es algo que aún se desconoce. Se da por hecho que han desembarcado entre la carga de algún mercante, posiblemente en una planta, pero hace falta encontrar el lugar exacto. «No se sabe en qué cargamento han venido pero lo averiguaremos», sostiene convencido Valladares.

Lo que sí se sabe es cómo llegaron hasta la urbanización. «Está cerca del puerto y el viento sopla hacia allí», explica el experto en enfermedades tropicales. Impulsados por el aire, los insectos se dieron de bruces con el paraíso de los mosquitos, un conjunto de edificios con piscinas y jardines repletos de zonas húmedas y pequeños charcos donde las larvas pueden crecer saludablemente.

La parte positiva de esta intrusión es que se ha producido en Fuerteventura, una tierra desértica donde es difícil que medre el 'aedes aegiypti'. En la isla se considera que la invasión ha sido detectada a tiempo y «en principio está controlada», pero aún existe el peligro de que se extienda a otros lugares de la misma manera en que llegó. «Estamos cerca del puerto y si nos descuidamos sí que hay riesgo de que viajen hasta La Palma y La Gomera, que son muy húmedas. Con esto debemos tener un cuidado tremendo», advierte Valladares. «En Madeira -señala- no hicieron nada cuando en 2004 detectaron el mosquito y tuvieron cerca de 4.000 casos de dengue».

En un contexto de globalización marcado por un intenso movimiento de personas y mercancías, las posibilidades de que se produzca un intercambio de virus entre humanos y mosquitos aumentan día a día sin que se pueda hacer mucho más que estar alerta. «En los últimos años se han vuelto a expandir, los estábamos esperando», afirma Roger Eritja, investigador del Servicio de Control de Mosquitos del Llobregat, quien califica de «muy mala noticia» la aparición de estos insectos en Fuerteventura. «Es un evento serio, un acontecimiento único y clave; puede ser un accidente o que ya estén establecidos, no sabemos qué va a pasar», reconoce.

A pesar de sus palabras, Eritja no parece demasiado preocupado por las consecuencias de la invasión. «Tiene que haber muchos mosquitos y mucha gente infectada para que haya una epidemia», asegura. Pero no por ello hay que bajar la guardia. El 'aedes aegiypti' ha vuelto a colonizar no solo Madeira sino también zonas ribereñas del Mar Negro. También se han descrito casos aislados y sin continuidad en Italia, Turquía, Francia y Holanda. «A España llegó en el siglo XVIII a través del comercio de ultramar con América y a este continente había llegado a bordo de barcos de esclavos. La última vez que se detectó fue en Barcelona en 1939 y después desapareció sin que se sepa muy bien el motivo, lo que es inquietante. Es como si hiciera excursiones», afirma Roger Eritja.

Él fue uno de los tres especialistas que el 9 de agosto de 2004 participaron en una expedición que ha quedado marcada en el calendario de las efemérides entomológicas. Junto con sus compañeros del Servicio de Control de Mosquitos acudió a Sant Cugat del Vallès, desde donde habían llegado varias advertencias sobre la molesta presencia de moscas negras. En esta localidad, situada a 15 kilómetros de Barcelona, no solo encontraron lo que buscaban sino que se toparon con una desagradable sorpresa. En una de las casas que examinaron hallaron un ejemplar de 'aedes albopictus' o mosquito tigre, el primero que se detectaba en España y también portador de enfermedades tropicales. «Es el primo hermano del 'aedes aegiypti', llegaron aquí en un cargamento de neumáticos, que acumulan agua dentro, son oscuros y es difícil que se sequen. Para los mosquitos es como los agujeros de los árboles, un hábitat natural», explica Eritja.

Trece años después de aquel hallazgo, el mosquito tigre se ha extendido por toda la costa mediterránea y está presente en quince provincias. Y no solo eso, también se ha transformado. Según un estudio en el que ha tomado parte Eritja, estos insectos se han vuelto resistentes a los pesticidas más utilizados para combatirlos. El 'aedes albopictus' ya parece haberse asentado. Ahora le toca el turno a su primo hermano, el de las patas blancas. Ya está llamando a la puerta, solo necesita un buen barco y vientos favorables para volver al ataque.

Las enfermedades transmitidas por 'aedes aegypti

  • 78 años hace que el ‘aedes aegiypti’ fue detectado por última vez en España, en 1939. Se le vio en Barcelona y después desapareció sin que se conozcan los motivos. El insecto llegó por primera vez a la Península en el siglo XVIII a través de la ‘autopista marítima’ abierta con el comercio de ultramar con América. «Es como si hiciera excursiones», dice el experto en mosquitos Roger Eritja.

  • Zika Es una enfermedad relativamente leve que se manifiesta con fiebre, dolor de cabeza y malestar general. El mayor riesgo es la transmisión al feto en mujeres embarazadas, ya que los bebés pueden nacer con microcefalia.

  • Dengue Es conocida como la ‘fiebre rompehuesos’. Quienes la adquieren padecen dolores articulares y musculares, fiebre alta, náuseas, vómitos y sarpullidos. También sufren inflamación de los gánglios linfáticos, cefaleas o dolor muy intenso detrás de los globos oculares.

  • Chikunguña Los síntomas que presenta son fiebre, dolores articulares y musculares, náuseas, cansancio y erupciones cutáneas. Los dolores pueden durar meses, incluso años.  En uno de cada seis casos deja importantes secuelas en las articulaciones.

  • Fiebre amarilla Los síntomas iniciales pueden ser similares a los de una gripe e incluir fiebre, dolor de cabeza, vómito y dolores musculares. El paciente puede también sufrir ictericia, lo que le da el nombre a la enfermedad por el tono amarillento que toma la piel de quienes la padecen. A medida que la enfermedad progresa, sangran las encías y la orina también contiene sangre. Si empeora, causa la muerte del enfermo.

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