«En estas circunstancias, el acceso al conocimiento resulta crucial»
Mikel Mancisidor | Premio Eusko Ikaskuntza de Humanidades ·
A juicio del jurista vizcaíno, relator en el proceso que ha actualizado el Derecho a la Ciencia, la importancia del conocimiento es similar a la de la vacunaA Mikel Mancisidor (Bilbao, 1970), Profesor de Derecho Internacional Público en la Universidad de Deusto, que también ejerce la docencia en otras universidades de ... América y Europa, le otorgaron el pasado día 8 el Premio Eusko Ikaskuntza-Laboral Kutxa de Humanidades, Cultura, Artes y Ciencias Sociales, como reconocimiento «a su excelente currículo y su notable proyección e influencia global en el ámbito de los Derechos Humanos, en cuyo desarrollo es un claro referente». La más reciente aportación de Mancisidor, miembro desde 2012 del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU, es su desempeño como relator del Comentario General sobre Ciencia y Derechos Humanos. Se trata de una 'interpretación autorizada' con consecuencias jurídicas, que ha puesto al día el Derecho a la Ciencia –el derecho «a participar en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten»–, que se incluyó en 1948 en la Declaración Universal pero estaba pendiente de concreción y desarrollo.
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– El texto se aprobó el 6 marzo, días antes de que la OMS decretara el estado de pandemia. La situación actual, en la que cobran especial importancia algunos de sus postulados, ¿ralentizará o acelerará su desarrollo?
– Yo quiero interpretarlo en términos de oportunidad. El Comentario General sobre el Derecho Humano a la Ciencia, la actualización de una normativa en materia de ciencia y derechos humanos que ya existía, llega en un momento en el que la comunidad internacional está más dispuesta y más preparada que nunca para entender la importancia del derecho al acceso a los descubrimientos científicos y a los mejores tratamientos. Y, en la misma medida, al acceso al conocimiento y a la información, que desde mi punto de vista es tan importante como el acceso a una eventual vacuna. Si se están tomando tantas medidas es porque tenemos ese conocimiento y, por supuesto, tiene que divulgarse. En las circunstancias actuales, el acceso al conocimiento es crucial.
– ¿Cuándo empezaremos a percibir los beneficios de tener derecho a la ciencia?
– Un Comentario General es un hito importante enmarcado en un proceso muy largo. En este momento, es fundamental que sea conocido no solo por los Estados sino también por las organizaciones sociales y los propios científicos. La buena noticia es que está despertando mucho interés, y ese es el primer requisito para que un instrumento sea conocido y utilizado. A corto y medio plazo, servirá para diseñar políticas de ciencia y tecnología teniendo en cuenta aspectos que hasta ahora no se consideraban, y aportará un prisma adicional que permitirá enriquecer las políticas públicas y la posterior rendición de cuentas.
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– Unas políticas públicas que, en lo que respecta a la gestión de la pandemia, están en el ojo del huracán. Aunque sea pronto para evaluar con rigor si han sido las idóneas, ¿cuál es su impresión?
– Creo que hemos vivido unas semanas un poco peligrosas en las que se nos quería deslumbrar con la supuesta mayor eficiencia de los regímenes totalitarios a la hora de resolver estas situaciones. Sin embargo, hemos ido viendo que la falta de libertad y de información, ademas de dificultar la adopción de algunas medidas a tiempo, puede entorpecer el combate contra la pandemia. Frente a esa supuesta facilidad de los estados totalitarios, tenemos el contramodelo de los países europeos con garantías democráticas, con gobiernos sometidos al control político y al escrutinio público, que tal vez hayan podido dar impresión de menor eficiencia.
– ¿No han sido menos eficientes?
– Las sociedades democráticas pueden parecer un poco más confusas, pero eso es debido precisamente a la capacidad que tenemos de conocer los problemas, de opinar, de participar en controversias... y esa virtud de las democracias puede entenderse a veces como confusión o ineficiencia. Pero hemos visto que no es cierto que los estados democráticos carezcan de mecanismos de actuación. Y, además de tenerlos, también tienen garantías.
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– ¿Suficientes como para que les cedamos temporalmente parte de nuestros derechos?
– Algunos de los mecanismos, como el estado de alarma, pueden incluir la limitación y suspensión de determinados derechos, pero lo que diferencia a un estado democrático de uno totalitario es que en el primero esas medidas están sometidas al escrutinio de la opinión pública y al control parlamentario. Eso no significa, obviamente, que no se cometan errores, que es lo normal porque estamos gestionando una realidad nueva y no hay respuestas simples para problemas complejos. En términos generales, creo que en nuestro entorno europeo tenemos los mecanismos suficientes como para que las medidas de limitación de derechos y libertades que se han establecido con motivo de la pandemia queden confinadas al ámbito y al objeto para el que están pensadas. Otra cosa es que los Derechos Humanos y nuestro sistema de libertades no los tenemos que dar por hechos y garantizados. Se puede avanzar, pero también retroceder. Hay que estar siempre vigilante.
– El término 'democracia' otorga la misma cobertura formal a realidades muy heterogéneas. Se me ocurre pensar en un Bolsonaro, en un Trump...
– Una democracia no puede ser durante mucho tiempo mejor que sus ciudadanos, pero lo puede ser durante un tiempo gracias a sus sistemas de control. Un ejemplo es, justamente, la democracia de Estados Unidos, muy consolidada, que está aguantando el embate del populismo, el desprecio a la inteligencia, a las instituciones y a la verdad. De momento está aguantando ese test de esfuerzo, pero esperemos que no tenga que hacerlo durante cuatro años más...
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– En las últimas semanas la comunidad científica está teniendo un gran protagonismo, con todo lo que conlleva en términos de escrutinio y juicio público.
– Al igual que en el ámbito social y político, también en las políticas científicas estamos aprendiendo y cometiendo errores. El mecanismo prueba-error es propio del método científico. Lo importante es tener la transparencia suficiente para ir corrigiendo sobre la marcha. El esfuerzo científico titánico que se está realizando no debería plantearse como una carrera por el prestigio, por ver quién es el vencedor... Todo eso existe, pero hay muchos aspectos positivos como la cooperación internacional a la hora de compartir conocimiento, que está siendo mayor que en otras ocasiones. Otro tanto debería ocurrir con el acceso a sus productos. La comunidad internacional tiene una gran oportunidad de aprendizaje.
– ¿Que debería aprender?
– Por ejemplo, que los regímenes de propiedad intelectual están bien como incentivo pero que, una vez hecho el avance, hay que asumir ponerlo al servicio del derecho a la salud y a la dignidad humana básica, lo que no es incompatible con la recuperación de las inversiones más la legítima expectativa de beneficio.
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– ¿Es de los que opina que de esta crisis saldremos mejores ?
– Yo soy de los que prefiere optar por la prudencia. Veo que incluso personas que admiro intelectualmente están haciendo afirmaciones demasiado tajantes y utilizando con excesiva ligereza un tiempo verbal como el futuro simple. Estamos ante una oportunidad de aprendizaje, y a lo que tenemos que aspirar es a ser lo suficientemente inteligentes como para aprovecharla.
– ¿Qué podríamos aprender?
– Entre otras muchas cosas, que los riesgos globales requieren medidas de gobernanza global, porque poniendo barreras mas altas nadie va a resolver problemas globales como el cambio climático, las migraciones, la pobreza o crisis sanitarias como la actual. También es fundamental, incluso a nivel personal, ser conscientes de la importancia del equilibrio entre lo global y lo local, y actuar el consecuencia. O del sano punto intermedio entre el proteccionismo extremo que impide la lucha contra la pobreza y la liberalización sin normas cuyos límites estamos observando estos días... Que seamos o no capaces de aprender de esta experiencia dependerá de nuestra inteligencia colectiva.
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«Negarnos las respuestas es tomarnos por menores de edad»
En la situación en la que nos encontramos, pensar en «los beneficios que resulten del progreso científico» invita a visualizar millones, mejor miles de millones, de viales que contienen la vacuna que nos haga inmunes al Covid-19 o remedios eficaces. Mikel Mancisidor no niega su importancia, pero tampoco se cansa de destacar la trascendencia que tienen cuestiones menos tangibles a las que en momentos excepcionales a muchos no les cuesta demasiado renunciar, como «la libertad de prensa, la transparencia y la participación ciudadana, que son vitales». En gran medida, porque son lo más parecido que existe a una vacuna contra bulos, falsedades y manipulaciones.
Cree que «los ciudadanos europeos contamos con suficiente información de nuestras instituciones y, dónde no la haya, instrumentos para conseguirla. Un 'papá Estado' que para tenernos tranquilos nos niegue esas respuestas nos está tomando por menores de edad». Prefiere no pronunciarse sobre las dificultades de acceso a la información que están produciéndose estos días «porque no conozco los detalles, pero yo diría que más que ausencia de datos lo que hay es falta de parámetros y criterios para unificar la información».
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