El 18 de septiembre de 1819, hace 201 años, nació en París Jean-Bernardo-Léon Foucault. Un físico muy conocido por su famoso péndulo. Aunque ... no sé si se le conoce por lo que su experimento significó para la ciencia, o porque es el título de una famosísima obra de Umberto Eco.
El 31 de marzo de 1851, en el Panteón de París, Foucault estaba rodeado de mucha gente importante que quería presenciar un experimento que iba a demostrar que la Tierra gira sobre su eje. Había una barandilla metálica circular, cuyo centro coincidía con el de la cúpula del edificio. Al lado de Foucault estaba situada una gran bola de cañón de 28 kg de peso, que colgaba de un cable de 67 m que estaba anclado a la cúpula del Panteón. Bola y cable se sujetaban a la barandilla por una cuerda de cáñamo. Foucault acercó una vela a la cuerda y, al quemarse, la bala se puso en marcha. El suelo estaba cubierto de arena. La bala, en su parte inferior, tenía un estilete que dejaba su marca al moverse.
Si la Tierra no girase, el péndulo dejaría como marca una línea recta, un diámetro de la circunferencia. Pero no fue así. El primer efecto fue que el grosor del «diámetro» aumentaba; cada vez más grueso, más grueso... hasta que aproximadamente 33 horas después cubría todo el círculo.
Se había demostrado experimentalmente que la Tierra giraba sobre su eje, y que la duración de una vuelta completa dependía de la latitud. En la de París eran 33 horas.
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