Estos días estamos viendo a muchos niños disfrutando de sus nuevos juguetes. Los hay de nueva tecnología: videojuegos, tabletas, muñecas que hablan, coches teledirigidos, ... pero ... también se ven los clásicos: bicicletas, patines, etc.
Publicidad
Cuando yo era niño había mucha menos variedad que ahora, pero no importaba demasiado. Recuerdo perfectamente que con unas tablas recuperadas de una caja de frutas hacíamos espadas y luchábamos con ellas. Una simple caja de cartón o de madera nos servía para deslizarnos ladera abajo por alguna cuesta. Cuando era niño, en el lugar donde vivía, en invierno, siempre había nieve, así que, si no teníamos juguetes a mano, echábamos mano de ella y hacíamos un muñeco, o nos liábamos a tirarnos bolas. En las noches de verano cazábamos murciélagos con una boina o una manta vieja... o nos íbamos a pescar ranas con una caña improvisada con una rama, un anzuelo hecho con un alfiler y un trozo de trapo rojo...
No nos faltaban las diversiones. Los niños necesitan jugar y si no tienen juguetes se los inventan.
Los niños de ahora están atiborrados de juguetes. Pero creo que nosotros, en el pueblo, teníamos varias cosas que no tienen los actuales. La primera es tiempo libre, no íbamos al colegio hasta los seis o siete años y cuando lo hacíamos no teníamos actividades extraescolares. La segunda era grandes espacios abiertos, sin coches, para correr alegremente, socializar y desarrollar nuestra inventiva.
Suscríbete los 2 primeros meses gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión