El 29 de febrero de 1860, hace 160 años, nació en Washington Herman Hollerith. Probablemente a la mayoría de las personas de hoy en día ... ese nombre no les diga nada; sin embargo, es una de los inventores que más influyeron en el desarrollo de los actuales ordenadores, incluyendo entre ellos a los teléfonos móviles.
En aquella época los censos de población se hacían manualmente. En el caso de Estados Unidos eso significaba que se tardaban entre diez y once años en hacerlo. Sin embargo, el censo de 1890 se hizo en poco más de tres años gracias a Hollerith. Este inventor pensó que los datos del censo se podían «escribir» en tarjetas de cartulina, mediante perforaciones; algo similar a lo que ya había hecho Jacquard con los telares. También diseñó una máquina que permitía separar las fichas de acuerdo con que tuvieran o no una perforación en un cierto lugar. De ese modo era sumamente sencillo, por ejemplo, separar las fichas por sexo, por edad, o por cualquier otro dato que se hubiera registrado.
La oficina del censo utilizó la máquina de Hollerith. En tres años estuvieron perforadas los 56 millones de fichas (una por persona). Y después, la máquina obtenía todas las estadísticas muy rápidamente. La empresa que fundó Hollerith se llamaba Tabulating Machine Company. El 14 de febrero de 1924 cambió su nombre al de International Business Machines, que, sin duda, usted conoce como IBM.
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