Borrar
Las 10 noticias clave de la jornada
Fotolia
¿Por qué no tengo hambre por las mañanas?

¿Por qué no tengo hambre por las mañanas?

Los horarios descontrolados o las cenas pesadas pueden afectar negativamente al apetito

c. b.

Domingo, 13 de agosto 2017, 16:09

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Se ha repetido hasta la saciedad que el desayuno es la comida más importante del día. Sin embargo son muchas las personas que no consiguen desayunar nada aparte de un café porque se levantan con el estómago cerrado y no tienen apetito cuando se despiertan. ¿Por qué ocurre esto?

El apetito se controla mediante picos de grelina. La grelina es, en pocas palabras, una hormona que, entre otras funciones, se ocupa de avisar al cuerpo de cuándo debe tener hambre. Cuando nuestro cuerpo segrega esta hormona, el sistema digestivo se prepara para ingerir alimentos, segregando jugos gástricos e iniciando el movimiento de los intestinos. Si por el contrario nuestro cuerpo no segrega grelina, no tendremos hambre.

Cuando una persona no tiene hambre por las mañanas es porque no segrega esta hormona. Esto puede deberse a varios factores, como una cena demasiado copiosa el día anterior o los horarios descontrolados, entre otros. Si una persona no suele desayunar nunca, su cuerpo entiende que a esa hora no es necesario prepararse para comer, por lo que no segrega grelina. De la misma manera, un horario cambiante -acostarse y levantarse cada día a una hora distinta, comer en horarios diferentes, etc- puede provocar que el cuerpo no sepa cuándo debe segregar grelina.

Otra razón común es haber ingerido una cena demasiado copiosa la noche anterior. Es posible que si comiste mucho y relativamente tarde, te despiertes sin hambre. Los expertos recomiendan realizar cenas menos pesadas a última hora, pues reconocen que éstas influyen en la calidad del descanso nocturno y condicionan el desayuno.

Para tener hambre por las mañanas hay que acostumbrar el cuerpo a desayunar. Reeducar al cuerpo para abrirle el apetito es sencillo si mantenemos unos horarios fijos. Puede que los primeros días desayunes sin mucha hambre, pero el cuerpo se acostumbrará rápidamente y en pocas semanas entenderá que cuando despiertes tiene que segregar grelina.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios