Viaducto del TAV en Bergara, rematado hace años. MICHELENA

El Gobierno Vasco teme que el TAV no llegará en 2023 tras el cambio de Gobierno en Madrid

Pese a la descongestión del nudo de Bergara, el frenazo en los proyectos de las estaciones de Bilbao y Vitoria, que llevan meses sin avanzar, activa las alarmas

OCTAVIO IGEA

VITORIA.

Sábado, 6 de octubre 2018, 08:15

Al Gobierno Vasco cada vez le cuesta más disimular su preocupación por el nuevo retraso que sufren las obras del Tren de Alta Velocidad. Y las quejas contra el Ejecutivo central -el de Sánchez, pero también el que lideró Rajoy antes- van 'in crescendo'. Si la semana pasada la consejera de Infraestructuras reconocía una pequeña demora en las labores, ayer fue un paso más allá. Durante una comparecencia en el Parlamento, Arantxa Tapia expresó su temor de que el TAV no pueda inaugurarse hasta 2024, un año más tarde del último plazo que había fijado Fomento. El frenazo que han sufrido los proyectos de las nuevas estaciones de Bilbao y Vitoria, aunque en Gipuzkoa el trazado esté más avanzado, llevan diez meses paralizados y se han activado las alarmas.

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La demora de los trabajos de la Y vasca es realmente descomunal. Ni unos meses ni unos años. Cuando se dibujó el proyecto en los 90 la idea era que el tren estuviera funcionando para 2010. Claro que nadie contaba entonces con el duro golpe de la crisis, el acoso de ETA, la complicada orografía vasca y la inestabilidad política en la que se ha instalado España. Por eso Tapia echó ayer la vista atrás y dejó patente su hartazgo. «El retraso total va a ser de trece años», lamentó la consejera pensando en ese anhelado 2023. «O quizá algo más», acabó deslizando.

Tapia respondía así en el pleno de control celebrado en el Legislativo a una pregunta del PP, que le requería que pusiera el grito en el cielo por el último parón de las obras a consecuencia del cambio de Gobierno en Madrid. Y ciertamente el relevo al frente de Fomento ha influido. La propia consejera cifró la semana pasada en «dos o tres meses» el punto muerto que ha supuesto el relevo. Se achaca a los propios ritmos de la política y de la burocracia: un superministerio como el que ha asumido Ábalos no se reactiva en un suspiro.

Pero, al margen de que Fomento deba volver a coger velocidad, en Lakua hay temores más profundos. El principal es que el TAV haya perdido con Sánchez el estatus de obra preferente que le otorgó Rajoy en su última etapa, cuando dependía del PNV para sobrevivir, y cuando, por ejemplo, se desbloqueó el nudo de Bergara. La sospecha de momento solo se expresa en privado, porque el mensaje oficial que lanza el Gabinete Urkullu respecto a los interminables retrasos es que son fruto de la desidia de los sucesivos gobiernos españoles. «De su poco o ningún interés», dictaminó Tapia al final de su alocución de ayer.

Desde el 8 de marzo

Las obras de la Y vasca avanzan actualmente entre claros y oscuros. Pero avanzar, avanzan. Quedan por culminarse 60 de los 172 kilómetros que tendrá el trazado y en el Gobierno Vasco calculan que el tramo que recorrerá Gipuzkoa -el que ejecuta Lakua adelantando un dinero que luego le reintegra el Estado a través del Cupo- estará finalizado durante 2019, salvo la plataforma entre Astigarraga y Lezo, también retrasada. Fomento va algo más lento en Bizkaia y Álava, pero las previsiones también son optimistas. Incluso el nudo de Bergara, el eje que une todo el recorrido, ha comenzado a ejecutarse.

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¿Qué pasa entonces para que cunda el nerviosismo? Que las obras de las estaciones de Bilbao y Vitoria -la de Donostia se reformará el próximo año- no acaban de arrancar. Y, obviamente, sin paradas adaptadas a las necesidades de la alta velocidad de nada sirve tener el trazado listo. «Aún estamos en plazo de acabarlos para 2023, pero habría que correr mucho», avisan desde el gabinete de Tapia. Y no tener ni el más mínimo parón, algo impensable visto que habrá elecciones generales en un periodo máximo de dos años.

Los gobiernos central y vasco pactaron la solución definitiva para Abando el pasado 8 de marzo, y desde entonces no ha habido novedades. Ni De la Serna ni Ábalos han iniciado los trámites para la redacción del estudio informativo, proceso que puede durar unos 10 meses. El cálculo que manejaba Fomento cuando hablaba de la inauguración del TAV en 2023 pasaba porque este documento estuviera acabado antes de diciembre, y no estará listo, como poco, antes del próximo agosto. Después toca redactar el proyecto -unos 5 meses- y licitar unas obras que durarán al menos cuatro años.

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En Vitoria, el retraso es mayor si cabe. Ni se ha lanzado el estudio informativo. Y en Burgos, por otro lado, hay que rehacer un viaducto de 180 metros por fallos estructurales.

El Metro en la calle Zarautz, 24 horas

Mientras el TAV está sufriendo innumerables contratiempos que retrasan las obras, la pasante ferroviaria del Topo en San Sebastián avanza según el plazo previsto. Una vez que los operarios comenzaron a trabajar 24 horas en la boca de Pío Baroja, este próximo lunes comenzarán también en el túnel de la calle Zarautz. El Gobierno Vasco ha avisado a los vecinos con carteles en sus portales. Tendrán obras día y noche.

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